Mujer dotada de un valor inigualable y de un temple como nadie. Una verdadera heroína en la lucha por la independencia del pueblo dominicana, en 1844.
Hija de Ignacio Bona y de Juana Hernández, nacida en Santo Domingo, el 6 de diciembre de 1824. Además, el matrimonio Bona—Hernández, procreó los hijos: María de Paula, Manuel de Jesús, Agueda, Ignacio, María Balbina, María Mercedes, Antonia, Juan Inocencio, Rafaela, Estanislao y María Altagracia Bona Hernández.
Ignacio Bóna, padre de Concepción Bona se involucró en el Movimiento que luchaba por la Independencia, encabezado por Juan Pablo Duarte, siendo él uno de los firmantes del Manifiesto de la Independencia, de fecha 16 de enero de 1844. Estuvo al tanto de todo el movimiento de los conjurados.
Aunque la señorita Concepción Bona era de apenas 19 años cuando se proclamó la Independencia, tenía pleno conocimiento de que su padre estaba comprometido con el Movimiento y varios amigos suyos. De ahí que ella siempre colaboró con los trinitarios.
De acuerdo con el historiador higueyano Vetilio Alfau Durán, hubo otras mujeres que ayudaron a la Independencia del 27 de febrero de 1844 como fueron: Micaela de Rivera, Manuela Diez y Jiménez, Josefa Antonia Pérez de la Paz, María Baltasara de los Reyes, María Trinidad Sánchez, Ana Valverde, Filomena Gómez de Cova, Rosa Montás de Duvergé, Froilana Febles, Petronila Abreu y Delgado, Rosa Bastardo de Guillermo, Rosa Duarte y Diez y María de Jesús Pina. Ojalá que los restos de algunas de ellas sean exaltados en el Panteón Nacional.
El historiador y escritor Vetilio Alfau Durán nos ha dicho sobre ella : “Doña Concepción Bona cumplido 19 años cuando confeccionó “con patriótico entusiasmo y con nerviosidad femenil” la primera bandera nacional que acariciaron los vientos en la noche épica del 27 de febrero de 1844 enarbolada por Sánchez en el Baluarte que hoy le sirve de panteón excelso” (Mujeres de la Independencia, contenido en el libro Cuadernos Dominicanos de Cultura, números 19—29/30, marzo 1945—enero/febrero 1946, tomo 3, compiladores Arístides Incháustegui y Blanca Delgado Malagón, publicado por el Banco de Reservas de la Rep. Dom., Editora Corripio, Santo Domingo, R. D., página 504).
Alcides García Lluberes nos ha narrado sobre la confesión de la primera bandera así : “La única tradición que existía entre los hombres que proclamaron la República, relativamente al origen de la primera bandera dominicana que se enarboló en la Puerta del Conde, dice que esa enseña fue labrada en fina tela con patrióticos entusiasmo y nerviosidad femenil, por una de las vecinas más gallardas del Baluarte : la señorita Concepción Bona, quien además pertenecía a familia acomodada y ardientemente adscrita al servicio de la causa revolucionaria. Acompaño a la mencionada dama, en tan envidiable tarea, su prima la señorita María de Jesús Pina”.
“A mayor abundamiento recordemos, que los conjurados de la Puerto del Conde y sus colaboradores las señoritas del vecindario lo que hicieron fue poner por obra, en lo material, la concepción magnifica de Duarte acogida fervorosamente por la Trinitaria, de formar la enseña del nuevo Estado “separado, como dice el historiador don José Gabriel García, los colores de la bandera haitiana con una cruz blanca, para significar de este modo a las naciones imparciales, que el pueblo dominicano, al ingresar en la vida de la libertad, proclamaba la unión de todas las razas por los vínculos de la civilización y el cristianismo”.
“Doña Concepción Bona, para el 27 de Febrero moraba en una casa baja que había en el sitio donde hoy se levanta el edificio del Hotel Continental; muy cerca, por tanto de la Puerta del Conde”. (El nacimiento de Ramón Mella, contenido en su libro Duarte y otros temas. publicado por la Academia Dominicana de la Historia, Vol. XXVIII, Santo Domingo, R. D, , Editora del Caribe, C. Por A., 1971, página 315).
La señorita María de la Concepción Bona y Hernández contrajo nupcias en la ciudad que la vio nacer el 2 de junio de 1851, con Marcos Gómez y Carvajal (nacido en Baní, en el año 1818, hijo de los señores José María Gómez Guerrero y María de Regla Carvajal, ambos oriundos de la villa de Peravia, dedicado al comercio y murió en Santo Domingo, el 2 de septiembre de 1855) y tuvieron los hijos : José María, Eloisa, Marcos Antonio, Manuel de Jesús y Rafael María Gómez Bona.
Gozó de prestigio y admiración por sus virtudes cívicas.
Doña Concepción Bona, murió en Santo Domingo, el 2 de julio de 1901.
Mediante el Decreto número 453—86, de fecha 6 de diciembre de 1986, el Presidente de la República, Lic. Joaquín Balaguer: “Dispone el traslado, a una urna especial en el Panteón Nacional, de los restos de la heroína Concepción Bona , que yacen en el antiguo cementerio de la avenida Independencia , de la ciudad de Santo Domingo de Guzmán”.
Los restos de ésta fueron exaltados en el Panteón Nacional, el 25 de febrero de 1987, leyendo su apología el historiador y escritor Manuel de Jesús Goico Castro.