Nació en  la ciudad de Santo Domingo, el 19 de diciembre de 1838, hijo legítimo de Andrés Rodríguez y Rodríguez y Bernarda Objío y Noble. Su nombre completo era Manuel Nemesio Rodríguez Objío.

A la muerte de su padre en 1842, su madre junto con él  y demás hijos se trasladaron a vivir en Azúa y allí ésta siguió operando su pequeño negocio comercial que administraba su fallecido esposo. En aquella villa aprendió las primeras letras de mano de su madre doña Bernarda Objío; y posteriormente volvió a Santo Domingo para continuar sus estudios en el Colegio San Buenaventura. Tuvo la oportunidad de ser discípulos de Félix del Monte, Alejandro Angulo Guridi y del Padre Gaspar Hernández. Mientras estudiaba también trabajaba en una Casa Comercial.

En enero de 1855 realizó su primer viaje a New York en compañía de uno de los jefes de la Casa Comercial donde trabajaba. A su regreso de nuevo al país se estableció temporalmente en Azúa y estando allí conoció al caudillo Pedro Santana que combatía en el Sur a Buenaventura Báez.

Su primera función pública fue de Oficial del Ministerio de Hacienda y Comercio.

Se inició como carabinero en las tropas que dirigía el general José María Cabral.

Fue secretario particular del general Pedro Santana.

Rodríguez Objío fue de los primeros dominicanos que se enteró de los propósitos de Santana de Anexar el país a España y de los negativos que esto era para la Patria y tal razón viajó a Saint Thomas y le informó a Sánchez de los peligros en que estaba la República.

Contrajo matrimonio en Santo Domingo con María del Rosario Ravelo, el 8 de enero de 1861 y procrearon tres hijos: Mariana, Arturo y María Luisa Rodríguez Ravelo. Además tuvo otra hija con Rita Reyes de nombre Dolores Rodríguez Reyes.

Al grito de Capotillo, el 16 de agosto de 1863 se integró de inmediato a la Guerra Restauradora, alcanzando el rango de General de Brigada por sus méritos acumulados.

A fines del año 1863 se reúne en Caracas, Venezuela con el Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte y con él regresó al país en 1864.

Ocupó además las posiciones siguientes : Ministro de Relaciones Exteriores, en el Gobierno de Polanco, en 1864 ; Diputado a la Asamblea Constituyente, en 1865 ; Ministro de Justicia, Instrucción Pública y de Relaciones Exteriores en el Gobierno de Cabral, en 1865 ; Diputado al Congreso Nacional, en 1867  y Presidente del Consejo de Guerra, en 1867.

En 1868 se vio precisado a marchar al exilio junto al general Cabral. Se estableció en Haití y de ahí pasó a Turke Island, donde fue recibido por su amigo el general Gregorio Luperón, para regresar ambos al país para combatir al Gobierno de Báez en 1871.

Manuel Rodríguez Objío se distinguió en las letras dominicanas en varias facetas, como periodista, poeta, prosista, orador, historiador y escritor. Sabía perfectamente el francés.

Fue fundador del periódico La Voz del Cibao, en 1867. También colaboró con el periódico Flores del Ozama. Usó el seudónimo de El coronel revoltoso. Los españoles le apodaban como “el chico Doctrino”.

Su producción poética está dispersa en periódicos y revistas nacionales y extranjeras.

Entre sus opúsculos, folletos y libros publicados, están: Mis últimas voluntades, en Leonidas García Lluberes. Crítica Histórica, Editora Montalvo, 1964, páginas 213—215 ; Poesías, coleccionadas por la Sociedad Literaria Amigos del País, en 1888; Relaciones, publicadas por el Archivo General de la Nacional, en 1951 y Vida del general Gregorio Luperón e historia de la Restauración, publicado en 1939, en dos volúmenes y nuevamente por la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, Inc.

A su regresó al país junto al general Luperón fue hecho prisionero en El Pino cerca de Sabaneta y llevado a Santiago, siendo encarcelado en la fortaleza San Luis y posteriormente trasladado a Santo Domingo. Un Consejo de Guerra lo juzgo, presidido por Báez, y lo condenó a muerte por fusilamiento.

El general Manuel Rodríguez Objío, murió fusilado en Santo Domingo, el 18 de abril de 1871.

El Poder Ejecutivo, dispuso mediante el decreto No. 2140 del año 1972 el traslado de los restos del general Manuel Rodríguez Objío en el Panteón Nacional, pero los mismos no han sido llevados allí.