Oriundo de Santo Domingo, nació alrededor del año 1823.

Se crió y desarrolló en La Villa Nueva, Guayubín. Héroe de ambas guerras de 1844 y 1863.

Se dedicó a la faena agrícola y ganadera en esa comunidad.

Desde muy joven fue respetado y querido allí. Se hizo líder entre los moradores.

Estuvo en la guerra de Independencia contra Haití. Alcanzó el rango de coronel. Fue él uno de los que más se distinguió en la batalla de Sabana Larga.

El 3 de enero de 1856, Lucas Evangelista de Peña fue uno de los que desafiaron al ejército haitiano, en el Cuartel de Beller.

Fue ascendido a General y posteriormente designado en 1858 como Comandante de Armas de Sabaneta y Subjefe de la Línea Noroeste.

Cuando la Anexión a España en 1861, era general de División de las Reservas, vivía en El Pocito. Se opuso a la misma.

Junto a los Coroneles Norberto Torres y Juan Antonio Polanco, Teniente Coronel Benito Mención y Oficiales Pedro Antonio Pimentel, José Cabrera, José Ramón Luciano, José Barriento, Juan de la Cruz, Álvarez y otros, el 21 de febrero de 1863 encabezaron el pronunciamiento de Guayubín en favor de la Guerra Restauradora, enarbolando la bandera dominicana.

Fue acusado en la sumaria judicial contra los insurrectos del 21 de febrero de 1863, en Guayubín, Sabaneta y Montecristi. Pudo escapar de no ser fusilado, como sucedió con la gran mayoría de sus compañeros.

Cuando se dio el grito de Capotillo, el 16 de agosto de 1863, estuvo de los primeros que integró al movimiento Restaurador. En cierta ocasión se quiso dudar de su actuación, pero la misma fue aclarada por Pimentel, dejando bien clara la conducta de Lucas Evangelista de Peña.

En esa guerra se destacó y condujo tropas de refuerzo, de Jarabacoa, hasta entregarlas al general José María Cabral en el Sur, en 1864. En 1865 ayudó al triunfo del general Cabral.

Al término de la Guerra de la Restauración, en 1865 se retiró a su casa en Villa Nueva, Guayubín.

A fines de diciembre de 1865 se adhirió en Guayubín al pronunciamiento hecho por el general Gregorio Luperón en Puerto Plata contra Buenaventura Báez.

El general Federico de Jesús García, Delegado del Gobierno, hizo deponer las armas De Peña. Este último partió al exilio. Volvió de nuevo a su país y se estableció en su finca de la Villa Nueva, Guayubín y allí murió en el año 1909.

El Lic. Joaquín Balaguer, presidente de la República dispuso mediante el decreto número 2140 del 1972 el traslado de los restos de éste en el Panteón Nacional, tal medida no ha sido ejecutada.