Nació en la Villa de Cotuí, en el año 1762, hijo del matrimonio de Miguel Sánchez y de Francisca Ramírez.
El Presbítero Pichardo y Delmonte fue su guía y preceptor, a la muerte de su padre.
Se crió alrededor de una familia de prestancia social, dedicada a los negocios. A la muerte de sus padres heredó una buena fortuna, que lo hizo ser una persona de categoría social.
Sánchez Ramírez se destacó en la guerra librada entre España y Francia en 1890, prestando servicios en la frontera con Haití. Se convirtió en súbdito de la Corona española, conspiró, siendo perseguido, escapó a Puerto Rico.
Al firmarse en 1795 el Tratado de Basilea, no estuvo de acuerdo con el mismo y se retiró a su ciudad natal de Cotuí y dedicándose a actividades privadas.
Juan Sánchez Ramírez es una figura controversial en sus actuaciones como caudillo de la Reconquista y de Palo Hincado. Quien mejor ha estudiado a éste personaje ha sido el joven historiador Juan Daniel Balcácer, en un ponderado y enjundioso ensayo intitulado: “Sánchez Ramírez, La Reconquista y la España Boba”, contenido en su libro “Aclaraciones Históricas de Santo Domingo. Santo Domingo.Editora Cosmos, 1977, páginas 21—29.
El historiador Juan Daniel Balcácer ha acotado sobre él : “Quien crea que Sánchez Ramírez fue un héroe del pueblo dominicano sencillamente está equivocado, pues en vez de dirigir un movimiento tendiente a liberar nuestro pueblo de toda férula extranjera, el hacendado de Cotuí no hizo otra cosa sino contribuir al continuismo del sistema colonial hispánico”. (Aclaraciones Históricas de Santo Domingo. Santo Domingo. Editora Cosmos, Santo Domingo, R, D., 1977, páginas 21—22).
Ya Balcácer ha hecho el primer intento, pero se necesita que se ahonde más sobre éste personaje que por lo visto su triunfo conllevó al retorno a la Madre España.
Ha sostenido Balcácer que: “el papel de Sánchez Ramírez durante el proceso social que en la historia dominicana se conoce con el nombre de La Reconquista no está del todo claro. Tradicionalmente el hacendado de Cotuí ha sido reputado como el máximo líder de dicho movimiento, aunque serias investigaciones—exentas de apasionamiento—han demostrado que lejos de dirigir la revolución, Sánchez Ramírez más bien usurpó la hegemonía de la misma. Incluso de su propio “Diario de Operaciones” se dice que es apócrifo, y que fue alterado con el propósito de presentar a su autor como el único y verdadero héroe de la Revolución reconquistadora” (Obra Citada, página 23).
Continúa el connotado historiador diciendo: “Hasta ese momento tuvimos una revolución de corte nacionalista que entonces se escindió, obedeciendo a la tendencia nacionalista de Ciriaco Ramírez y Cristóbal Huber Franco; y la reaccionaria—entreguista, dirigida por el connotado hacendado de Cotuí. Cómo se explica que Sánchez Ramírez pudiera hacer lo que deseara en aquellas circunstancias. Sencillamente porque la pequeña burguesía era entonces demasiado débil y nada podía hacer para contrarrestar el poder que comenzaba a ejercer la escasa burguesía atípica, ferviente defensora de esa espuria esencia hispánica que hacía de los dominicanos un pueblo netamente español” (página 25).
Sigamos citando a Balcácer: “Sánchez Ramírez , destacado miembro de la burguesía atípica de mentalidad colonialista, fue un entreguista toda su vida : jamás asomó a su mente la excelsa idea de la libertad y la independencia. Su gobierno reprimió a todos los que vieron en la separación de España el único camino para la prosperidad del pueblo dominicano. Y es necesario puntualizar que esta represión fue más lejos, repito, porque la represión no nos vino desde fuera, sino desde nuestras propias raíces. Y para colmo, quien oprimía, quien fusilaba y hacía mutilar seres humanos con deleite, era el dominicano Juan Sánchez Ramírez, asesorado por José Núñez de Cáceres. La historia tradicional, como premio a sus contribuciones, habría de consignarlos luego como héroes nacionales”.
“No cabe la menor duda de que La Reconquista” fue una verdadera tragedia para el pueblo dominicano. La revolución de 1808, repito, no fue desde el principio un movimiento tendiente a restaurar el colonialismo español” (Obra citada, página 28).
Juan Sánchez Ramírez, murió en Santo Domingo, el 11 de febrero de 1811.
Exaltado en el Panteón Nacional, en el año 1974.