Nació en la ciudad de La Vega, el 29 de marzo de 1826, hijo de Flevi Monción y Sebastiana Durán.
Se trasladó a la Línea Noroeste del país y allí se crió y vivió el resto de su vida.
Apoyó el Movimiento que luchaba por la Independencia del país contra el yugo haitiano, implantado en 1822, formando parte del mismo, en donde se destacó como Sargento granadero en la batalla de Beller. Posteriormente alcanzó el rango de Subteniente, en la acción de Escalante, en calidad de miembro del batallón de Dajabón. En la batalla de Sabana Larga, dio demostración de buen guerrero, siendo ascendido a Capitán.
Después de constituido el Estado Dominicano, se mantuvo vigilante y siempre dispuesto a defender el mismo, participando en acciones en defensas de la Soberanía. Su participación en la batalla de Sabana Larga, fue destacada, donde alcanzó el grado de Capitán.
El 16 de agosto de 1863, en la Loma de Capotillo inició junto a otros iniciaron la Guerra de la Restauración de la República. En aquel movimiento se destacó de una manera preponderante.
Siempre su movió en la Línea Noroeste del país, donde cultivó un liderazgo regional.
Fue hecho prisionero en Santiago y llevado a Santo Domingo donde encarcelado en la Torres del Homenaje, durante más de un año.
En su trajinar político, cometió errores, como fue apoyar el Gobierno de los seis años, de Báez y la anexión que el mismo pretendía. Pero supo rectificar a tiempo el error cometido y combatió a Báez en 1877 a través de una rebelión.
Fue Gobernador del Distrito Marítimo de San Fernando de Montecristi, en 1879.
El biógrafo Rufino Martínez nos lo describió así: “Suspirar, como todo hombre criollo formado lejos de la artificiosidad urbana, no acepta entrevista con altos funcionarios sino dentro de sus reales. Cuando más se apartaba de esa norma, la concedía en los puntos limítrofes del distrito, pero asistía con una escolta de cincuenta o sesenta hombres a caballos, armados de tercerolas”. (Diccionario Biográfico—Histórico Dominicano, 1821—1930, Editora UASD, 1971, página 324).
En su comarca se ganó el respeto y la admiración de todo un pueblo, por su valentía, honradez y don de mando.
Dejó inédito una vieja memoria sobre su participación en Capotillo en 1863, bajo el epígrafe” “De Capotillo a Santiago”, que fuera editado en el año 1902.
El general Benito Monción, murió en Guayubín, Montecristi, el 10 de febrero de 1898 y con su desaparición perdieron los dominicanos a un auténtico líder regional, durante varios años mantuvo un peso específico en la Línea Noroeste del país.
Sus restos fueron exaltado en el Panteón Nacional, el 24 de junio de 1972, mediante el decreto número 240, dictado por el Lic. Joaquín Balaguer.