Hombre de una sola palabra y siempre dispuesto a servirle al país. Dio demostración de su amor y desprendimiento al mismo.

Nació en Santiago, alrededor del año 1821.

Se crió y formó en su ciudad natal. Aprendió el oficio de carpintero.

Estuvo en la Independencia como soldado de la misma en el año 1844.

Rufino Martínez nos lo describe así: “Hombre sencillo y de vergüenza, vivía de su oficio de carpintero. Entró en las conspiraciones del mes de febrero de 1863 en Santiago, y por sus reconocido valor se le contaba entre las mejores adquisiciones de los patriotas. Llegado el momento del golpe, estuvo en su puesto de honor”. (Diccionario Biográfico—Histórico Dominicano. 1821—1930. Santo Domingo, Editora Universitaria, UASD, 1971, página 132).

Fue uno de los participantes en los sucesos de Santiago de los Caballeros, del 24 de febrero de 1863, junto a Eugenio Perdomo, Capitán Pedro Ignacio Espaillat, Coronel Carlos de Lora y  Comandante José Vidal Pichardo.

Los mismos fueron apresados, sentenciados a muertes, siendo ejecutados éstos el 17 de abril de 1863, en Santiago ante el cementerio, en presencia del general Hungría y del Brigadier Buceta.