De eso se trata, de una rebeldía del signo que rompe con el ordenamiento lineal y normal del sintagma, donde el sujeto-autor reta al lector a tener que abordar otros modelos de lectura, donde el que dice (sujeto), no dice, sino que hace, y en ese hacer transgrede la lengua para asumirla desde la magia de la metaforización de la
lengua:
"entonces corre agítase indiscreto pavoroso/enjundia y rumba de la raja/química imperfecta de la baba/oled or oledor de cuca y de cemento/convivio de hocicos anteriores posteriores//". ( Pérez, O. G., 2015: p. 14).
Cualquier lector puede ser sorprendido por los golpes combinados de una ritmicidad que brota desde la vocalidad y la envoltura consonántica que hay en estos versos.
Aquí el sujeto-autor se revela en abierta rebeldía contra la liberalidad del verso. Transgrede el signo, lo remueve, hasta hacer de la lengua su tambor de sonoridad, a partir de la palabra:
"el rabo te lo dice todo/
eres un estado sin estado/un pelo sin el pelo/barriga elástica mal puesta/piadosa meretriz donde hay que oler/oler a punta de metal y cromo//".( Pérez, O.G., 2015: p.15 ).
Cada perro marca su territorio, huele y se apropia de su espacio. Aquí el "oler" del poeta es visualización del cosmos, agonía del vivir, de su vivir y de nuestra vida. La vitalidad del Ser en su entorno perruno, es lo empuja al poeta a no resistir, ni a resistirse a una vida de perros envuelta en el "metal" y en el "cromo" de la meretriz "liberal" o "neoliberal" de los burdeles ideológicos.
Esta es una obra plural, abierta y multívoca que raya en la subversión consciente de la imagen metafórica, por lo que, en una osadía sintáctica, sitúa al lector ante una lectura de construcción y reconstrucción textual, donde, necesariamente, hay una reinvención cósmica y nuevos mundos se aglomeran, bullen, laten:
"la uña espinosa el fuéquete austero taquicardia/ y arritmia de la máquina anatómica es el fluido/destos días en clámide y vetusta geografía/ late/late el clavo/late el hijo/ late el espiritusanto/late ley y espejo/late el excremento/late la pregunta/late la respuesta//". (Pérez, O.G., 2015: p.26).
El "latir" es movimiento, es vitalidad, es inconformidad y revuelta transcultural, transpolítica y filosófica del sujeto. De aquel sujeto que, como tú y como yo, se atrinchera día a día,
aquí y ahora, contra la vida injusta, excrementosa, pulgosa…propia de perros y donde nadie escapa de la muerte:
"perro mítico lunar y musical se arrastra por la duda/quiere hablar pero no escucha la palabra final y trans-/gresora geométrica la boca sacrifica el surco de la/esfera ardiente el ojo se come el arcoiris la siesta/de ese fauno que es también el dios de la pregunta/como puedes ver nadie se salva desta muerte puerto/donde arriba el invisible cuerpo de la vida//". (Pérez, O.G., 2015: p. 50).