La masificación de la comunicación controlada por la casta política de la República Dominicana que nos gobierna desde el 2004, ha aludido a una enajenación psicológica de los estados de conciencia del dominicano promedio. A estos estados podríamos llamarles como Kant, Le Bon y Ortega Gasset los definieron: “Conciencia colectiva ò espíritu de masa”. La propaganda del gobierno ha sido tan efectiva que ha logrado introyectar en las opiniones y en las percepciones de la mayoría de nuestros compaisanos un mimetismo estandarizado y generalizado sobre la conducta de la ciudadanía.

El experimento empezó a finales del 1998. Para entonces, la alta dirigencia del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el presidente de turno Leonel Fernandez, diseñaban una estrategia de manipulación total. Para ello, necesitaban observar ciertos comportamientos en la población dominicana. Probablemente, muchos recordaran que después que el huracán George azotó nuestro país en 1998, corrió por radio bemba la información o mejor dicho desinformación de un supuesto sunami que llegaría por la costa sur del mar Caribe y entraría a Santo Domingo. Esta confabulación provocó que miles de residentes surdomingueses salieran huyendo hacia el Mirador del Sur para salvarse del apocalíptico maremoto. Puedo con certeza afirmar que esta falsa noticia del sunami fue la génesis de la manipulación mediática del PLD sobre la población dominicana, también el germen creador de las llamadas bocinas y la propagación de las desinformaciones a través de terceros anónimos. Cuando estas decenas de miles de personas asustadas se instalaron en la orografía más elevada de la ciudad y usaron el farellón de arrecifes fósiles del Mirador del Sur para protegerse; entonces los estrategas del PLD comprendieron desde su laboratorio político que nuestro pueblo es fácil de manejar.

La frontera abierta, la migración descontrolada de ciudadanos haitianos indocumentados y la indiferencia del gobierno suman una inimitable intención: La cortina de humo. Una cortina que sirva de escape de los magos. Del mismo modo como el sunami puso en evidencia que la ignorancia es mayor que el temor; el anti haitianismo intrínseco en la sociedad dominicana, no sólo proyecta nuestro rechazo y odio hacia la gente del vecino país, sino que no nos permite ver la cruda y triste verdad que hay detrás de la cortina humo en el proscenio de las patrañas.

Todos sabemos que si se deportan a todos los haitianos del territorio dominicano a la semana estarán de regreso. Es bastante simple entenderlo. Los problemas se erradican allí, donde se originan, no en sus consecuencias. Mientras existan mafias, tanto dominicanas como haitianas, involucradas en el tráfico de la mano de obra barata; siempre existirá la presencia descontrolada de haitianos en el país. El incremento de las migraciones irregulares se debe a la existencia de las redes criminales que se benefician con el tráfico ilícito de migrantes y la trata de seres humanos. Esas redes son mafias compuestas por empresarios, militares y políticos de ambos países, ya que este negocio estima alrededor de 6.7 millones de dólares anual. La trata humana históricamente siempre ha sido un negocio lucrativo desde la época de la esclavitud. Hoy no son enviados, después de haber sido secuestrados de una sabana africana y llevados a América a la fuerza y desprendidos de sus raíces culturales etc. Hoy son forzados por la miseria. Los nuevos traficantes de las manos jornaleras negras son los mismos execrables de antes.  La esencia no ha cambiado, solo la forma de hacerlo. La elite oligárquica de Haití (que son menos de diez familias) vive en la opulencia acosta de la miseria de la gran mayoría de ese país. Segundo, no hay ningún complot como lo propagan los Vinchos y sus epígonos cretinos que se les suman. Lo que existe es una falsa bandera en nombre de la patria para desviar la atención de los problemas reales que, usando el tema haitiano como cortina de humo, hacen que la atención a los problemas verdaderos se esfume como el conejo de la chistera. La idea es entretener al pueblo con esos problemas secundarios. La propaganda anti haitiana seguirá apoyada por el gobierno para darle el circo al pueblo dominicano. Nada nuevo debajo de las nubes de estos cielos.

Sin embargo, se pierde el interés sobre temas emergentes como son: La corrupción, la deuda externa e interna, la criminalidad, la violencia a la mujer, el desempleo, el déficit energético, la contaminación medio ambiental provocada por las basuras inorgánicas y las aguas residuales convirtiendo el país en un interminable vertedero fétido, la escases de agua potable,  las epidemias, la deficiencia del sistema de salud, el estancamiento y vergonzoso nivel del sistema de educación, el aumento de la pobreza, el despilfarro de las riquezas naturales del país; entre otras y un sin números de cosas más que aún no sabemos.

La cortina de humo de la difamación y la tergiversación de la realidad que ha gestado el gobierno del PLD y sus aliados se promociona mediante la manipulación mediática que se dirige desde la avenida Independencia 401 y de su filial en el Palacio Nacional.

Mientras nos vamos tragando el carrusel del circo y la película con todo el proyector; la lumpen burguesía política que nos gobierna nos va urdiendo en situaciones colaterales fermentando la xenofobia para introducir paulatinamente las nuevas reformas fiscales.

la nueva reforma fiscal exigida al gobierno por el FMI y la Banca Mundial intervienen en nuestra política económica como los verdaderos invasores a la patria y, por efecto la perdida de nuestra soberanía. El retiro de circulación del dinero metálico es un indicador que el gobierno introducirá una nueva estructura monetaria. La devaluación del peso, más impuestos y la inflación proyectado en los productos alimenticios. Estas serán nuestras realidades, entretanto gran parte de la población dominicana se entretiene en el circo de la xenofobia.

Hagámonos algunas preguntas: ¿Por qué República Dominicana es un país caro, con salarios desiguales al costo de la vida y con un ridículo ingreso promedio per cápita? ¿Por qué en nuestra querida Quisqueya se pagan tantos impuestos, más que en Europa o en USA y la población a su favor no obtiene nada de eso? La respuesta es bastante sencilla: El nivel de endeudamiento es tan alto que hay que encarecer todos los productos, bienes y servicios para pagarle y amortizar la deuda a la Banca Mundial. Por esa razón, es que el gobierno es tan eficiente en la recaudación fiscal. El dinero prestado para pagar los gastos públicos de su inmensa nómina de botellas que garantizan el voto en las elecciones, además para financiar la vida opulenta de los funcionarios gubernamentales y congresistas. El pueblo con sus impuestos es quien subvenciona todo eso sin recibir a cambio seguridad social, educación para sus hijos, seguridad ciudadana, salud publica digna, etc. Desde Trujillo hasta la actualidad el Estado dominicano es el mayor empleador y a la vez la institución menos productiva. Es un absurdo total. El tiempo que, una empresa aumenta su capacidad de recursos humanos, es proporcional a su crecimiento, expansión y acumulación de riquezas.  Empero, este no es el caso del Estado dominicano, ya que los gobiernos del PLD se encargaron de privatizar y tunelar las pocas empresas estatales que aún existían, y por efecto la causa de que miles de personas quedarán desempleadas.

Cuando veamos por nuestras calles a esos haitianos indigentes dejemos a un lado por un momento ese odio y hagámonos una pregunta – ¿No son esa caras tristes, amargadas, infelices parecidas a las nuestras? – Ellos al igual que nosotros son víctimas de la corrupción de su país y de la profunda desigualdad social que les azota. También somos un pueblo que migra. La migración dominicana no conoce fronteras y estamos por dondequiera. Desde Cabo de Fuego hasta Alaska, desde la península Ibérica hasta los rincones más intrépidos de Ankara, Moscú, Singapur, Tokio y Canberra.

Que la soberbia, que el anti haitianismo, que la ignorancia, que los traficantes y mercaderes de la política no nos nieguen lo que realmente queremos ser como una nación verdadera.   Es un menester echar una mirada hacia arriba para ver quienes halan de los hilos de las  marionetas, cuando hablemos, que no sea con voces prestadas y preguntémonos pues: ¿Por qué el perro mueve la cola? Y recordemos esta respuesta: “Porque el perro es más listo que su cola. Si la cola fuera más lista; entonces, la cola movería al perro”.