El perfil psicosocial de un individuo es la visión que engloba sus aspectos cognitivos, emocionales y conductuales. Como sabemos, en las ciencias humanas no es factible un grado de exactitud que permita predictibilidad con los grados de certeza posibles en las ciencias naturales o matemáticas, pero mediante las estadísticas podemos establecer escalas de probabilidades que han resultado muy funcionales. Así los perfiles psicosociales, nos han permitido crear bases de datos formales o informales, que nos resultan útiles a la hora de relacionarnos con las demás personas tanto en la vida privada como en la pública.

Para facilitar la comprensión de lo que estamos expresando, permitiéndonos valorar su importancia, vamos a proceder a ilustrarlo con ejemplos.

La psicología forense integrada a la criminología nos ha permitido entender mejor la conducta criminal y antisocial. El asesino en serie, por su accionar organizado y fríamente calculado, resulta más difícil de descubrir, pero el establecer los perfiles que le caracterizan ha facilitado su captura. Debemos destacar el papel de psicólogos del FBI, cuando en el 1974 crearon la Unidad de Ciencias de la Conducta, cuyos estudios de asesinos peligrosos reveló importantes conocimientos utilizables tanto para que la policía pudiera apresarlos, como para considerar políticas preventivas que redujeran el índice de criminalidad en una población. Aunque realmente ya hacia el 1880 unos médicos en Londres estuvieron intentando el mismo tipo de investigación con fines de descubrir la identidad de Jack el Destripador. Ejemplos de esta actividad los vemos en la conocida película El Silencio de los Inocentes y en la serie de Netflix: “Mindhunter”.

Por otro lado, se han hecho estudios de la personalidad antisocial, determinando que cometen crímenes de forma desorganizada, con escasa planificación, fácil de descubrir, quienes presentan características como: impulsividad, conductas agresivas en la adolescencia, falsedad, irresponsabilidad, ausencia de sentimientos de culpa, incapacidad para cumplir reglas y falta de compasión. El perfil psicosocial de estas personas nos muestra que con mayor frecuencia: son varones, muestran sus tendencias desde la adolescencia, fracaso escolar, padres con bajo nivel académico, ausencia o abandono paternos, maltratos a animales, peleas escolares, alcoholismo paterno, condiciones de pobreza (especialmente a nivel urbano), abuso temprano de drogas o alcohol, etc. Aunque se reconoce el papel de la herencia, vemos algunos factores sociales que podrían ser controlables. Una vez desarrollada la personalidad antisocial es poco lo que la sociedad puede hacer para recuperarlos, por lo que los aspectos preventivos son más prometedores y pueden evitar hechos lamentables en los que nos limitemos a culpar a la policía. Aunque expusimos el perfil psicosocial más frecuente, muchos antisociales no necesariamente concuerdan con él.

Todos sabemos que en la medida en que cuidemos el desarrollo de nuestros niños y adolescentes, podemos conseguir que siendo adultos puedan ser realmente útiles a la sociedad. Definitivamente mejorar la vida de nuestros grupos humanos, es la mejor forma de alcanzar la calidad de vida que deseamos en nuestras ciudades. Pero muchos apuestan a abusar de los demás y luego simplemente reforzar los muros de sus viviendas.

Organismos internacionales como la ONU o incluso nuestros gobiernos, podrían estar estableciendo políticas acertadas para mejorar nuestro futuro mediante una juventud más sana. Ahora bien: si no promovemos los valores humanos, somos ejemplos de vida, combatimos la corrupción, cooperamos con nuestras comunidades, etc., difícilmente esas políticas puedan ser efectivas. Nuestros eslabones más débiles pueden llegar a desestabilizar la sociedad completa.

Normalmente los padres son los primeros en descubrir las conductas antisociales tempranas en sus hijos y el peor daño que pueden hacerles es pretender ignorarlo. No se debe confundir amor con cobardía. Si no sabemos cómo orientar nuestros hijos, siempre habrá alguien que podrá asesorarnos.

Un empresario podría lograr relativo éxito económico explotando despiadadamente a sus empleados, irrespetando sus derechos, pagándoles salarios injustos, etc., pero debe saber que eso equivale a contaminar el ambiente en que vive, es como botar la basura en su misma fuente del agua potable.

Preferimos ver a los asesinos como monstruos y considerar que somos muy diferentes a ellos, pero los estudios psicológicos normalmente muestran lo contrario. Debemos saber que los peores asesinos tienen más elementos en común con nosotros de lo que quisiéramos aceptar. Tus pequeñas travesuras podrían llegar a ser verdaderos crímenes en algunas circunstancias especiales.

No debiéramos creer que somos buenos, ni siquiera Jesucristo aceptaba que le llamaran bueno (Marcos 10,18), pero tampoco los que consideras malos son tan malos como crees. Como hemos dicho muchas veces, ciertamente somos seres muy superiores integrados a una realidad física animal a la que tenemos que domar; en la medida en que cultivemos nuestro lado superior, nuestros perfiles psicosociales serán más compatibles con una mayor calidad de vida para nosotros y para nuestros seres queridos. Fuera de demagogia, un mejor mundo sólo se puede lograr con mejores personas. Si no crees posible que se pueda lograr mejores personas, es una clara señal de que tenemos que comenzar contigo.