Vamos a hablar de un problema importante que presenta la humanidad actualmente, sin saberlo. El elemento especial que nos diferencia de otras especies es nuestra perfeccionada capacidad de razonamiento. Lamentablemente, evitamos razonar.

Parecerá un desatino decir que, ante tanto avance científico y tecnológico, digamos que evitamos razonar. Estamos masificados y para tomar una decisión observamos “qué hacen todos”. Si la mayoría lo hace, aunque no te agrade, tiendes a aceptarlo. Suele ser buen recurso, excepto porque las masas son manipulables. Tampoco conviene cuando lo que todos hacen no está logrando lo que realmente buscan.

Notamos en el área del entretenimiento una preferencia por las actividades en las que no se requiere pensar. Canciones casi sin letras, música rítmica primitiva, lecturas de las que se aprende muy poco, telenovelas que son más de lo mismo, películas con argumentos mediocres, etc. En reuniones sociales usualmente se considera de mal gusto si alguien introduce un tema que exija pensar.

Lógicamente en una sociedad desarrollada debemos especializarnos para poder tener alguna función. Pero encontramos personas altamente capacitadas para sus oficios e ignorantes en casi todo lo demás. Es imprescindible no perder la capacidad de análisis crítico.

Está muy bien que utilices la Internet como un invaluable instrumento de apoyo, pero no que se convierta en un obstáculo para razonar. Hay que recordar que detrás de los programas de internet habitualmente hay planes para modificar tu forma de pensar. Conscientemente evitarías que alguien te dirija, pero hay muchas formas indirectas que buscan que actúes incluso contra tus propios principios.

Muchas películas presentan futuros apocalípticos en los que seríamos amenazados por robots o zombis. En realidad ya hay gente detrás de esa Inteligencia Artificial dirigiendo tu vida y convirtiéndote en alguna especie de zombi, sin personalidad. El tiempo excesivo en las redes sociales puede embrutecerte.

Hoy en día hablamos de “influencers”. No es nada nuevo. Siempre ha habido personas que inspiran a los demás. Pero es importante que evalúes esos líderes que actualmente más influyen, especialmente en los jóvenes.

Estamos conscientes de que algunas cosas deben cambiar en el mundo, pero esperamos que otros se ocupen de eso. Podrían ser tus padres o maestros, tus hijos o nietos, líderes políticos, los países desarrollados, la ONU, Jesucristo en una segunda venida, los extraterrestres, la segunda venida de Krishna, etc. Gran cantidad de personas vive con la ilusión de que “algo” llegue y les resuelva sus problemas para poder estar inactivo, pero la inactividad es precisamente la muerte. Ya no esperes a Dios. Él siempre ha estado a tu lado esperando a que despiertes.

Personas que sólo se dedicaron a acumular riquezas cuando se encuentran en su lecho de muerte sienten una confusión terrible al valorar su existencia y descubrir que vivieron sin vivir.

No importa qué tantas ocupaciones tengas, diariamente necesitas un momento para meditar, reflexionar, repasar los eventos que estás viviendo y entender a dónde vas. Disfrutar recordando las experiencias positivas que has tenido y analizar tus tropiezos para que no se repitan. El día que no dedicas tiempo a interiorizar, es un día perdido. Es comprensible que puedas desperdiciar algunos días, pero no toda tu vida.

Jung habló de personas racionales que se guían por el pensamiento y los sentimientos, y las irracionales por sensaciones y emociones.

No es necesario que seamos buenos, basta con que seamos sabios. El sabio no se traiciona a sí mismo, lo que sería suficiente. Porque para dañar a los demás necesariamente te dañas tú. Realmente no necesitamos menos gente mala, sino menos gente estúpida.

Escuchando a una persona, sabrás algunas cosas, si además la miras, la entenderás mejor, pero si enfocas toda tu mente hacia ella, sabrás hasta lo que no te ha podido decir.

Desarrollemos nuestra mente integrando los diferentes niveles de nuestra conciencia, que nuestras emociones sean fortalezas y no debilidades. Debiéramos percibir nuestra propia energía y su interacción con la de nuestro entorno. Comprender nuestras vidas. No es un proyecto futuro, es aquí y ahora.