“Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales
ni en sus campañas publicitarias, ni en sus campañas políticas
tú lo bendices
lo rodeas con tu amor
como con tanques blindados.”
Salmo Nº 5, Ernesto Cardenal
Parece irremediable reconocer que las formas de pensar, de justificar, de dialogar, de argumentar, de motivar, de soñar, de actuar, cambiaron y para siempre. Lo dramático es que nadie puede asegurar que sea para mejor como lo adelantó hace unos días Isabel Allende: "La peor pesadilla o un sueño son posibles". Solo desde esa perspectiva y tratando de que el “sueño posible” al que nos desafía la escritora chilena no se quede en simple proclama, pueden observarse críticamente los hechos del presente y, si hiciera falta, ponerlos en perspectiva histórica para descubrir su génesis y en perspectiva de futuro para que nos anime como anuncio.
Me decidí a escribir este artículo cuando vi en televisión a la nueva alcaldesa del Distrito en un ascensor en el que había al menos otras 4 personas mientras ella invitaba a que se subieran otras dos que irresponsablemente accedieron a “coger la bola”. Las escenas que también vi ese día de las juramentaciones de los alcaldes de Santiago, de los ayuntamientos de la provincia de Santo Domingo y de otros más sin poder hacer distinciones de género llegaron casi hasta la provocación pues los abrazos televisados no pueden calificarse de otra manera. Siendo generosos, la mayoría de esos actos del 24 de abril pueden tildarse de irrespeto de los protocolos establecidos por la autoridad sanitaria para evitar el avance del Covid 19 y dejan en evidencia lo que puede ser la mayor debilidad de los esfuerzos por combatir la pandemia: la falta de sanciones a quienes tienen conductas potencialmente culpables.
Ya había pasado por las declaraciones del senador presidente del PRM con su preocupación desbordante por la realización de elecciones y que (aún a sabiendas de que es difícil que pueda contarle a alguien cuántos votos obtuvo para ser elegido presidente de su partido) pasó en medio de esta vorágine con una sentencia fulminante que no deberíamos dejar pasar o hacer cómo que no la dijo: “Una línea fina separa el manejo adecuado de la crisis sanitaria y el beneficio que les generaría el no haberlo hecho así.” Esa afirmación en las actuales circunstancias es especialmente grave pues también implica llevar la política a niveles que no se merecen los ciudadanos que serán convocados a elecciones en cuanto sea posible. Aparte de que todos sabemos que hacer juicios políticos -y consecuentemente acciones políticas- basadas en suposiciones conduce directo al totalitarismo, a la falta de política democrática. Creo que asumir la política bajo esos supuestos es muchísimo más peligroso que no saber todavía cuándo con seguridad serán las elecciones presidenciales y legislativas.
La forma en que se está realizando el combate al Covid 19 efectivamente tiene consecuencias en la política. Ahora bien, si hay una cosa segura es que el virus no va a matar a Maquiavello. Esa certeza debería permitirles descansar tranquilos a los políticos pues a medida que avancemos hacia la normalización la necesidad de la política será con toda probabilidad mayor. Claro que no me refiero a la política que insiste en poner en el escenario una parte de la oposición mediante el abandono no solo de la defensa de la vida, sino que lucen como si estuvieran trabajando para hacerse dignos de que les erijan un monumento por eso que alguna vez aprecié como “torpeza notable en comprender las cosas”. (https://acento.com.do/2013/opinion/209960-acerca-de-la-estupidez/)
Ya sé, me podrán decir que es enorme la diversidad de los enfoques. Por solo citar algunos, es suficiente comparar lo que dice Alberto Fernández, presidente de Argentina “Prefiero que una fábrica no trabaje porque sus trabajadores están en cuarentena y no porque sus trabajadores están enfermos”, con la calificación que del virus hace su vecino brasileño, Jair Bolsonaro: "Es apenas una pequeña gripe o resfriado" o con lo que recomienda a sus conciudadanos el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador: "Si pueden hacerlo y tienen posibilidad económica, pues sigan llevando a la familia a comer a los restaurantes"
Dedicado a revisar el comportamiento responsable esperado de la oposición, no encontré referencias a cumbres político sociales o comisiones formadas por la fuerzas vivas pero sí me pareció interesante compartir en estas reflexiones lo dicho por un opositor chileno, Nicolás Eyzaguirre (ex director del Departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ex ministro de Lagos y de Bachelet) acerca del comportamiento de la oposición en estas circunstancias: “No hay ninguna tensión con seguir las instrucciones del gobierno, porque eso es lo que todos los chilenos tenemos que hacer. Ahí tiene que haber una especie de básica obediencia civil, porque en esto necesitamos caminar todos para el mismo lado, pero uno puede y debe tener un rol activo en exigir transparencia y proponer medidas alternativas.”
Para colmo de colmos, el viernes de la semana pasada cerró con una arenga de uno de los candidatos de la oposición que provoca preocupación y temor: “En nombre de la democracia, vamos a la calle a partir de mañana para construir ese país, porque unidos lograremos cumplir esa promesa”. Según la OMS, y así lo han asumido TODOS los países, se recomienda indicar cuarentenas con distinto grado de intensidad. Entonces llamar a salir a la calle es de la mayor gravedad -así hablaría Bolsonaro. Escuchar ese llamado nos invita a revisar aquello de que la población solo se movilice para necesidades esenciales. Pero aun cuando lo esencial pueda ser en extremo polisémico, para nadie en medio de la pandemia puede ser esencial la repartición clientelar de cuanto logran conseguir para obtener favores electorales. El sábado despuntó con la buena nueva de que el cambio había comenzado en varios municipios del país.
A las dificultades que existen para la realización de las elecciones no se les deben aumentar circunstancias que disminuyan todavía más su calidad. La repartición clientelar, la falsa solidaridad, no solo debe ser condenada políticamente porque atenta contra el avance de la democracia, sino también porque es un hecho inmoral frente la pobreza. ¿Quién en su sano juicio podría poner en dudas, por ejemplo, que el caravaneo es un vector del virus? Si los partidos deciden arriesgar la vida de su activistas y candidatos es un asunto grave, si las familias de activistas y candidatos hacen lo mismo, mucho peor. Pero aquí hay un problema de derechos y de derecho a la vida por lo que nadie, absolutamente nadie puede en estos días violar los protocolos establecidos por la autoridad sanitaria. Como ven, ya es tiempo de que los controles sean aumentados y no estaría mal que la Junta Central Electoral y el Ministerio de Salud acordaran medidas para protegernos puesto que las organizaciones “civiles” no dicen nada transformadas como están en una especie de nuevos partidos bisagra.
Finalmente, un pequeño apunte sobre el tema de las elecciones y del ejemplo que se levanta una y otra vez de las que se llevaron a cabo en Corea del Sur. Con respecto a ese tema también confesamos temor, y algo peor, decepción. Leer que las elecciones se pueden hacer el 5 de julio con menos peligro si a los electores no les entintan el dedo o citar fuentes (que no se pueden identificar) que dicen que las cajeras del supermercado no se han contagiado y que por lo tanto, tampoco se contagiarían los integrantes de los Colegios electorales, es ya una cuestión mayor. Hace unas semanas escribí aquí mismo que la única posibilidad de establecer una fecha para las elecciones y dar inicio a la campaña electoral debía estar determinada por la declaración de la OMS de que estamos libres de la pandemia. Hoy más que nunca me parece imprescindible reiterar que uno de los aspectos centrales de los acuerdos políticos a los que necesariamente se deberá concurrir debieran ser acordar con un organismo internacional como la OMS, la OPS u otro de derechos humanos que establezcan que las condiciones están dadas para la realización de elecciones.
Lo digo pues resulta obvio que para los políticos dominicanos la seguridad sanitaria y la vida de los habitantes de esta media isla ha sido dejada en un claro segundo plano como lo confirman con las conclusiones que sacan sobre Corea del Sur y cómo se manipula la información de las elecciones realizadas en ese país asiático. Y aunque van a tener que perdonarme la larga cita, no puedo dejar de compartir con ustedes algunas de las importantes conclusiones de Antonio Spinelli, de IDEA Internacional al respecto: “¿Cuáles son las lecciones para otros países que enfrentan elecciones en los próximos meses? Una es que las condiciones observadas en la República de Corea son difíciles de replicar. Un requisito obvio sería que el nivel de brote de la pandemia debe ser contenido de alguna manera. A menos que la votación se lleve a cabo completamente a través de métodos de votación remota, sería inconcebible realizar una elección mientras el país está inmóvil por cuarentena. Las elecciones de 2020 se celebraron según lo programado, no solo porque su gobierno confiaba en sus capacidades para controlar el brote, sino también porque lo materializaron. La segunda condición es tener un marco electoral sólido. Todas las medidas excepcionales no podrían haberse implementado de manera tan oportuna y transparente, si no hubieran sido numerosas las disposiciones legales y procesales para facilitar la participación de los votantes que ya formaban parte del marco electoral de la República de Corea. Los procedimientos de votación anticipada y a distancia pudieron ampliarse de manera adecuada y rápida para abordar algunos de los desafíos extraordinarios que planteó la pandemia. Otra condición es tener suficientes recursos, algo que puede estar fuera del alcance de otras naciones que carecen de los medios financieros, humanos, tecnológicos, medios de comunicación y suministros necesarios. Una última condición es tener un entorno político propicio, donde los actores políticos en competencia acepten las limitaciones impuestas en sus campañas. Si bien obviamente hay mucho que aprender, la experiencia excepcional de la República de Corea en la realización de elecciones creíbles, justas y seguras bajo una pandemia puede no ser replicable en su totalidad.” (https://www.idea.int/es/news-media/news/es/república-de-corea-enseñanzas-de-las-elecciones-en-tiempos-de-pandemia)
No ignoremos el guante que nos lanza Joan Manuel Serrat: “Sean prudentes, sean pacientes y traten de llevar estos días de distanciamiento de la mejor manera posible. Solo cuidándose podrán cuidar a los demás”