Para los políticos, y muy especialmente para los comesolos, la percepción es más importante que la realidad, es decir, es mejor parecer lleno o “jarto” en palabras del pueblo, que tener el estómago lleno, es mejor aparentar algo que no se es, y sobre todo, estimular en la gente la “creencia” de que se está mejor, aunque se esté peor. Dentro de esta sarta de percepciones pueden establecerse innumerables ejemplos como aquel de que las encuestas imponían a Danilo como una fuerza de la naturaleza, y como tal encampanado en un ochenta por ciento del cual no bajaba nunca a fuerza de encuestas, y además de un gasto mensual en publicidad de aproximadamente dos mil millones de pesos, cosa que realmente nunca se había hecho.

Esta percepción maldita, según las nuevas encuestas, (en las cuales ahora no creen los comesolos) han variado, y nos encontramos con una fuerza irresistible de Luis que viene ascendiendo, y Danilo bajando, con un hartazgo que se nota en muchas partes de las acciones omnipresentes y omnipotentes de estos líderes políticos, y económicos de la vida pública nacional, del cansancio que producen las mismas personas todos los días, desde por la mañana hasta en la noche, y este hartazgo se evidencia en la propia percepción que da lugar a que el propio candidato morado, se atreva a afirmar, en su proclamación como candidato del Moda, más o menos que: “Las elecciones se ganan el día de las votaciones mesa por mesa”. Y nos preguntamos qué ha pasado con el discurso altisonante, y absolutista de ese ochenta por ciento mínimos que como poco tenía el Presidente?

El escenario político se torna interesante, sumamente interesante y prometedor, porque aparentemente Danilo será apoyado como dice el disco de Rafael, Por Aquel, que le entregó, según sus propias afirmaciones, desde la soberbia de la posición regalada por Aquel, “Un maletín lleno de facturas”, olvidando quizás, o ex profeso, que esas facturas sustentaban más de doscientos mil millones de pesos invertidos o botados en su figura sin brillo y poco vendible, a cuentas de la estolidez de Hipólito y el carácter creído de sus acólitos, quienes todos, sin excepción, se entendían ganadores.

Como dejamos dicho, este interesante escenario se torna aun más perfecto, como la tormenta, si Aquel se acuerda que le trajeron a Quirino, queriendo desbaratar su figura por siempre, y tuvieron el tupé quienes autorizaron la entrada del condenado narcotraficante, como procónsul del imperio, de visitarlo en su casa para demostrarle una simpatía que parecían más alfileres clavados que abrazos sinceros.Y entonces como devolución a este gesto tan hipócrita y bárbaro, en vez de apoyar realmente a Danilo, apoya a Luis, a Vinicito, como ya le introdujo a Abel en Santiago, y por vía de consecuencia, se la cobra a Reynaldo, entre otras cosas, y pellizca a quien dice que ha cumplido con su palabra, sin que le salga una mueca, o le caiga un rayo a redimirlo de esa afirmación tan grosera. (Rogamos ver el discurso de toma de posesión de Danilo)

La percepción ahora se vuelca en contra de quienes la pregonaban como el cenit del conocimiento y la panacea de todos los males, se ha virado la torta, y lamentablemente para nosotros, el pueblo que solo y realmente nos toman en cuenta en estas épocas, no tiene de manera real para donde coger, porque si unos son malos, los otros, no son los mejores, pero lamentablemente como dice el disco: “Hasta la belleza cansa”.

Ahora que no creemos en encuestas, y que las elecciones se ganan el día de las elecciones, y mesa por mesa, este cambio en el discurso triunfalista es no obstante inteligente, pero deberán dárselo al pueblo con cucharitas, porque fueron tres años y pico, dando fuete, diciendo que como Omega, Danilo era el Fuerte, y ahora?