En días pasados, el Presidente Danilo Medina pronunció en su discurso de Rendición de Cuentas que “es de la máxima prioridad construir con el sector minero una nueva relación basada en la transparencia, la justicia y la confianza”. Con sus palabras ha dejado claro lo necesario que es, y para nadie esto es un secreto, establecer un nuevo marco jurídico que pueda no solo aportar beneficios económicos al Estado, sino también a las comunidades a través de vínculos de propagación. Es por esto, que entendemos de primera necesidad imponer en la nueva regulación la figura del contenido local (comúnmente conocido en inglés como “local content”) en cada una de las actividades mineras que tengan un impacto para el Estado y sus comunidades.

El propósito de desarrollar políticas nacionales de contenido local es aumentar el valor generado por la explotación de un recurso que permanece en la economía doméstica, y desarrollar vínculos entre el sector minero y el resto de la economía. Es decir, no solo se debe considerar lo que sucede en el de forma independiente a la industria extractiva, sino también el impacto de este en los demás sectores de la economía. Como tal, el contenido local busca que el sector minero no se convierta en un enclave, sino que pueda desarrollar vínculos ascendentes (entre las empresas mineras y las cadenas de suministro), descendentes (instalaciones que procesan y exportan los recursos) y horizontales (desarrollar habilidades, servicios e infraestructura en otros sectores).

El contenido local se refiere a la creación de empleos y sus suplidores para satisfacer las necesidades del sector minero y, a la inversa, el uso de los recursos naturales como una palanca para construir vínculos con el resto de la economía. Un concepto clave utilizado por las empresas de extracción en este contexto es el "valor en el país", el cual sería el gasto total retenido en el país que beneficia el desarrollo empresarial, contribuye al desarrollo de la capacidad humana y estimula la productividad en la economía de un país. En resumen, enfatiza la disponibilidad de productos y servicios proporcionados por los locales para las empresas de extracción en el país donde se opera.

Debemos enfatizar que el contenido local es distinto de la responsabilidad social empresarial (RSE), la cual se define, en términos generales, como el compromiso de las empresas para contribuir al desarrollo económico sostenible. También es distinto del "contenido de la comunidad", que se refiere más estrechamente a la actividad dentro de la "zona de influencia" de un proyecto, sus "comunidades directamente afectadas" o sus "comunidades de acogida".  No obstante, los elementos constitutivos requisitos obligatorios del contenido local pueden incluir contenido de la comunidad e inversiones en RSE.

A pesar de su atractivo, las políticas de contenido local a menudo no cumplen con las expectativas nacionales, lo que en nuestro país podría suceder si no cuidamos la forma en la que se implementan estas políticas. Las trampas comunes de las políticas de contenido local mal diseñadas incluyen la falta de dirección estratégica, la poca consideración de los cambios en las capacidades y recursos en el país, la captación de los beneficios por las élites locales, el mal acceso a información, una terminología mal definida, entre otras. Es por esto que es importante entonces que definamos nuestras políticas de contenido local en base a principios, cuidándonos de la tergiversación de los mismos y la extrema complejidad que puede conducir al aprovechamiento por algunos para obtener beneficios personales. Los siguientes principios serían una estrategia en nuestra nueva normativa minera para maximizar el beneficio que nos puede traer la industria extractiva:

  1. Una estrategia nacional para el desarrollo económico debe guiar la política de contenido local:

El contenido local debe implementarse como un conjunto, con una visión nacional que defina cómo priorizar los diferentes objetivos de las políticas e identificar a los sectores de importancia estratégica para el gobierno.

2. Las políticas de contenido local deben crear valor más allá del sector:

Las inversiones en la creación de capacidad local deben basarse en el principio de creación de valor del proyecto específico. Una cartera de proyectos extractivos creará una demanda de habilidades especializadas, pero se debe dar preferencia general a los proyectos que requieren habilidades aplicables en otras actividades económicas (vínculos horizontales). El contenido local (habilidades y proveedores) que puede ser utilizado repetidamente por el sector extractivo y otros sectores crea valor. Por lo tanto, las inversiones efectivas en la creación de capacidad requieren una comprensión detallada del panorama de la demanda de todos los sectores de la economía. Asimismo, las actividades que se benefician de las políticas de contenido local deberían resultar en: i) ganancias de aprendizaje y productividad a través de reducciones de costos o mejoras en la calidad; y ii) rendimientos positivos y una mayor recaudación.

3. Los objetivos deben basarse una evaluación realista de recursos y capacidades:

No podemos pensar que existen objetivos o políticas de contenido local universalmente apropiados, sino que deben ser hechos a la medida para cada lugar de que se trate. Por lo tanto, es fundamental realizar una evaluación cuidadosa de la dotación de recursos y las capacidades locales para transformar estos recursos en riqueza. Estas capacidades incluyen habilidades, capital, infraestructura y gobierno. La clave del éxito para la nación anfitriona es garantizar que se realice una evaluación realista de su propio potencial, en particular de sus capacidades comerciales locales.

4. Las políticas de contenido local deben ser adaptables:

Las políticas deberán reevaluarse periódicamente para garantizar que son lo suficientemente ambiciosas: maximizar las oportunidades para que el sector extractivo exija naturalmente los bienes y servicios nacionales y respaldar los objetivos y metas de desarrollo nacional, y aún así ser razonables, no disuadir la inversión o llevar a una inversión ineficaz en el contenido local. Como tales, las políticas de contenido local no deben ser estáticas, sino dinámicas, a medida que los proyectos pasan de la exploración a la producción y se agregan más descubrimientos y/o proyectos.

Ahora bien, si bien la política de contenido local debe ser dinámica, no tendrá éxito si es víctima de la incertidumbre del mercado, lo que da como resultado políticas de rotación de las multinacionales. La política debe ser lo suficientemente predecible para que las empresas extractivas se sientan atraídos a invertir en los proyectos extractivos del país, incluso si el gobierno continúa respaldando los requisitos de contenido local.

5. Integrar la estrategia de compras con los esfuerzos de contenido local:

En las operaciones de una empresa, las estrategias de contenido local a veces residen en unidades separadas o en el departamento de RSE. Esto significa que el contenido local es a menudo una consideración posterior en el proceso de planificación. Incluso, es posible que se desarrolle un requisito de incremento en el contenido local de las habilidades y capacidades del proveedor demasiado tarde en el proceso de diseño e ingeniería para proporcionar bienes y servicios locales oportunos al proyecto.

Para garantizar una consideración temprana del contenido local, los gobiernos pueden solicitar que las empresas incorporen el mismo en su estrategia de adquisición inicial al preparar sus planes de desarrollo de campo. Esta integración de los objetivos de contenido local en las estrategias de adquisición y los planes de ingeniería puede aumentar significativamente el impacto de los esfuerzos para beneficiar a la economía local.