Representantes de los ministerios de Agricultura de casi 20 países de América Latina estábamos reunidos en la sede principal delCentro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), en Palmira, 17 km al este de Cali, Colombia, la prima noche del martes 15 de abril de 1986, viendo tranquilamente la televisión tras haber cenado.

De repente, las cadenas de noticias comenzaron a transmitir imágenes en directo del ataque de la aviación estadounidense contra las ciudades libias de Trípoli (la capital) y Benghazi. Los allí presentes concordamos en que se había iniciado la temida tercera guerra mundial.

El mundo se hallaba en plena Guerra Fría y la superpotencia estaba encabezada por el belicoso Ronald Reagan quien ya había demostrado ser capaz de emprender cualquier aventura(invasión a Granada, operación Irán-Contra, bombardeo aBeirut).

La otra superpotencia, la Unión Soviética, se hallaba en franco declive, pero era capaz de responder con armas nucleares.

A las 9:00 PM hora del Este pudimos calmarnos un poco cuando Reagan se presentó en una cadena de televisión para dirigirse a sus conciudadanos y explicarles lo que sucedía, ya que el terror se había apoderado momentáneamente de la población de EEUU.

Reagan comenzó su discurso así “Mis compatriotas estadounidenses:A las 7en punto de estanoche hora del este, fuerzas aéreas y navales de los EstadosUnidoslanzaron una serie deataques contrael cuartel general, instalacionesterroristasy blancosmilitaresque apoyan las actividadessubversivasdeMu`ammarQadhafi. Los ataquesse concentraron y fueron cuidadosamentedirigidos aminimizar las bajasentreel pueblo libiocon quienes no tenemosnada en contra. A partir delos informes iniciales, nuestras fuerzas han tenido éxito ensu misión”[i]. (Traducción libre, RAG).

Muammar el Gadafi
Muammar el Gadafi

Hoy me parece mentira que el grupo allí reunido, compuesto en su totalidad por profesionales de distintas ramas de la comunicación, no se percatara de que asistía a un espectáculo. Meses o años después caeríamos en la cuenta de que estábamos presenciando el primer ataque terrorista de la historia programado para el horario estelar de la televisión, en el momento exacto que las cadenas abrían sus noticiarios vespertinos. Acabábamos de ser víctimas de "El Gran Comunicador", como se llegó a etiquetar a Reagan.

En una ocasión, ante la pregunta de un periodista sobre si sentía nostalgia de sus días frente a las cámaras, Reagan se reclinó en su silla en la Oficina Oval y haciendo un gesto con los brazos abiertos dijo: "¿Por qué? aquí, estoy en el mayor escenario del mundo"[ii]

El ataque al “perro rabioso”, como llamó el Presidente Reagan al líder libio Muamar el Gadafi, fue una respuesta de EEUUal atentado terrorista en una discoteca de Berlín que a principios de 1986 mató a un soldado y dejó heridas a más de cien personas, y que fue atribuido a los servicios secretos de Gadafi. Luego se sabría que (¡qué diferente a la sumisa Europa de hoy!) Europa, con excepción de Inglaterra, no apoyó la acción de Reagan. Por ejemplo Italia. Apenas una semana después Italia negó que hubiera apoyado el bombardeo. “Antonio Badini, consejero diplomático del presidente del Gobierno italiano, BettinoCraxi, calificó de absolutamente inexactas" las filtraciones publicadas por The New York Times según las cuales, tanto Craxi como el canciller alemán occidental, HeImut Kohl, se habían mostrado de acuerdo con Reagan "en encuentros privados celebrados antes del ataque norteamericano de la semana pasada, sobre la conveniencia de una acción militar más decidida contra Libia".

El diario de Nueva York añadía que ambos políticos advirtieron a Reagan que no podían ser puestos en evidencia.En el desmentido oficial del Gobierno italiano, se añade que la actitud de Italia frente al terrorismo coincide con la línea europea, que consiste en "un entendimiento para reforzar la colaboración internacional contra la plaga del terrorismo y en la aprobación de medidas restrictivas frente a los países que toleran y sostienen dicho terrorismo y particularmente frente a Libia".[iii]

Y España: “España, junto con otros países europeos como Francia, Alemania o Italia, se negó en 1986 a apoyar el bombardeo de Estados Unidos contra Libia como respuesta a un ataque terrorista a soldados norteamericanos. Los gobiernos español y francés llegaron a cerrar sus espacios aéreos a los aviones de combate estadounidenses que se dirigían al país norteafricano. Sólo el Gobierno británico de Margaret Thatcher respaldó la acción norteamericana por el apoyo de Washington en la Guerra de las Malvinas. En virtud de ese respaldo, ofreció sus bases militares, incluido Gibraltar. Pese a esto, debido a la actitud de España y Francia, los aviones norteamericanos tuvieron que dar un rodeo que les hacía recorrer más de 11,000 kilómetros para llegar a su destino”.[iv]

El ataque fue condenado por la ONU.[v] Lo mismo hicieron el Movimiento de Países no Alineados y la Liga Árabe.[vi]

Volviendo al grupo de técnicos reunidos en el CIAT. Estábamos allí para participar en el seminario “Vínculos de comunicación entre programas nacionales y centros internacionales de investigación agrícola”, invitados, además del CIAT, por el Centro Internacional de la Papa (CIP) con sede en Lima, Perú, y el Centro Internacional para el Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMYT) con sede en Texcoco, México.

La invitación se hizo mediante una carta dirigida a Juan Díaz Gómez, director del departamento de Investigaciones Agropecuarias de nuestra Secretaria de Agricultura (ver copia) en la cual el director del CIAT, John L. Nickel, señaló que me invitaba porque “El Sr. Guerrero es reconocido como un destacado comunicador en América Latina y su presencia y aporte al seminario serán muy valiosas”.

Durante una de las sesiones del seminario presenté mi ponencia “Dos Etapas en el Desarrollo del Sistema de Comunicación para la Transferencia de Tecnología Agrícola en República Dominicana”, la cual fue impresa y distribuida luego por el CIAT entre los centros de investigación agrícola.

Como se trataba de una actividad en el marco de Naciones Unidas Cuba participó. Esto, a diferencia de las actividades del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) que pertenecía a la OEA. Del representante de Cuba, Pedro Abreu Mujica, me llamó la atención la extrema sencillez de su vestimenta ya que la categoría de los asistentes, de acuerdo al protocolo del CIAT, era del nivel de viceministros, aunque la persona no lo fuera. Él presentó una ponencia muy interesante. “La Comunicación Rural en Cuba: una Experiencia de Trabajo de Masas” Afable y sonriente, nunca habló nada de política, y en cambio nos presentó privadamente un documental sobre las despampanantes mujeres que actúan en el célebre centro de diversiones habanero “El Tropicana”

Conocí y entablé una breve amistad con Heber Marrapodi Sanguinetti, primo del entonces presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti. Heber era, junto con dos representantes de Argentina, uno de los participantes más amenos y divertidos.

Un recuerdo curioso que me queda es que, en vista de la proximidad de nuestras elecciones presidenciales aquellos colegas me preguntaban que cuál candidato ganaría. Entonces no existían todas esas encuestas sofisticadas que hay ahora, además de que la contienda era reñida, con un candidato (Jacobo Majluta) apoyado por el partido de gobierno. Mi respuesta fue, sin decir nombre: un ciego de 80 años. Me refería, obviamente, a Joaquín Balaguer. Incredulidad total entre mis interlocutores. Pero pegué, al mes siguiente.

[i]Address to the Nation on the Air Strike Against Libya, Oval Office, (WHCA R3165-3168, 7:00)

[ii] Citado por BBC Mundo en http://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/02/110205_ronald_reagan_eeuu_lav.shtml

[iii]Italia niega que apoyase el bombardeo contra Libia. El País, 23 de abril de 1986

[iv]España se negó a apoyar el ataque de EEUU a Libia en 1986. El Gobierno socialista de Felipe González cerró su espacio aéreo a los aviones norteamericanos. EUROPA PRESS / MADRID, diario ABC, 18 de marzo de 2011.

[v]Por 79 votos a favor y 28 en contra con 33 abstenciones, Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó su resolución 41/38 que "condena el ataque militar perpetrado contra la República Árabe Socialista del Pueblo de Libia el 15 de abril de1986, el cual constituye una violación a la Carta de las Naciones Unidas y la ley internacional"A/RES/41/38. UnitedNations.

[vi]"UN Chronicle, August 1986″. Retrieved 28 October 2014.