Estas dos frases son muy comúnmente utilizadas en el país y entre la diáspora dominicana. Curiosamente, el fenómeno de asociar lo bueno con pelo lacio y lo malo con el pelo rizo esta esparcido también entre muchas otras comunidades afro-descendientes y puede remontarse hasta las raíces históricas del racismo y discriminación que en casi todo el planeta dieron a luz al ideal europocéntrico de belleza.
Que triste me parece la necesidad de cambiar el aspecto natural cada día para poder ir al colegio o al lugar de trabajo. Nunca en mi vida he tenido que resolver este tipo de dilema, al mismo tiempo que tratar de mantener mi auto-estima e identidad intacta. Claro, todas las mujeres día a día tienen que luchar contra los ideales estéticos artificiales e imposibles de alcanzar que el mundo echa en sus caras. Pero ¿ser intimidado por tu aspecto natural y obligado a ocultar tus propias características étnicas, por encima de eso? Es aún más desconcertante.
Por esta razón, todas las iniciativas anti-discriminatorias deberían ser bienvenidas en la sociedad dominicana. Especialmente porque las niñas, y después, las mujeres jóvenes son victimas de todo ello que la sociedad o los medios dicen que se espera de ellas, en un grado que amenaza su propia confianza.
Y es por esta razón que alegran tanto las iniciativas recientes como “A la escuela voy como soy”, una campaña que tiene como objetivo luchar contra la discriminación racial en base al aspecto. O las actividades de la autora del blog Miss Rizos (http://missrizos.com/), Carolina Contreras, la cual anima a las mujeres a que lleven su pelo natural y explica como defenderse de la discriminación.
Siempre me he fascinado por el discurso racista y otras practicas sociales que tratan de manipular y controlar a la gente. Ya sea por su raza, género, religión, o falta de ella, o por su orientación sexual diferente de lo usual. Entonces me encanta que en la Republica Dominicana empiezan a aparecer maneras de liberalizar las mujeres de esta horrible “opresión peluquera”.
Todas las mujeres ya tienen suficiente opresión y manipulación estética en sus vidas para tener que desrizarse su bello pelo rizado cada mañana antes de poder ir a la escuela o trabajo y empezar a hacer cosas que, para variar, realmente importan.