El peinado o arreglo del pelo es uno de los motivos principales de expulsión y represión hacia la población femenina y masculina en centros educativos públicos y privados. Esta práctica se fundamenta implícitamente en la visión errónea de que el tipo de peinado tanto en población femenina como masculina puede determinar si un estudiante aprende, es disciplinado y ordenado.

Sobre esta concepción se realizan diariamente revisiones de los peinados de niños, niñas y adolescentes para saber cuántos centímetros tienen de largo para los niños y cuanto pueden estar alejándose del modelo de tipo lacio para las niñas y adolescentes.

Las modas masculinas vinculadas a trenzas, pelo largo, son enjuiciadas como vinculantes a patrones delictivos.  Esta visión no se corresponde con la realidad. Jóvenes y personas adultas vinculadas a redes delictivas no tienen un estereotipo ni estilo definido, por el contrario tratan de pasar desapercibido. En el caso de jóvenes que pertenecen a bandas, sus símbolos y códigos culturales no son explícitamente identificables.

Con un gran desconocimiento de la realidad y el contexto social de adolescentes y jóvenes, directores/as de centros educativos y docentes prohíben a estudiantes de sexo masculino exhibir peinados en los que se muestre su pelo crespo desde un amplio grosor (afro)-trenzas o que el largo del pelo toque en algunos centímetros el cuello.

En el caso de la población femenina, las modas basadas en “pajones” que son estilos de pelo crespo natural también reciben el mismo tratamiento. Se les pide a las estudiantes que “recojan su pelo” o que lo desricen.

¿Cuáles son los sustratos culturales que mantienen este ejercicio “disciplinario”?

  1. Reforzamiento del modelo “militar” de ejercicio de la disciplina en el sistema educativo. La revisión de peinados es un reforzamiento del modelo autoritario presente en los cuerpos militares en los que no existe ejercicio de derechos y libertades.
  2. Enfoque de la disciplina desde matrices culturales autoritarias y violentas que desconocen los derechos de la niñez y adolescencia y el respeto a la diversidad.
  3. Sostén de la apariencia física como determinante de la conducta de las personas. Los centros educativos públicos y privados han convertido la apariencia física en el eje principal de medición de la conducta. Este enfoque de análisis de conducta refuerza la doble moral y distorsiona los valores convirtiéndolos en “apariencia” negando su esencia. Detrás de esta concepción existe una discriminación de clase y estrato social.
  4. El Pelo Lacio es sinónimo de buena conducta y orden.  Mientras más rasgos de negritud presente el pelo más posibilidades tiene de “portarse mal”, por eso es llamado “pelo malo”. Mientras que el pelo lacio es “bueno”.
  5. El pelo rizo o el pajón representa “caos” “desorden”, por eso se necesita recortar, recoger o desrizar.  Esta visión está sustentada en discriminación racial y negación de nuestra identidad afrocaribeña.

La prohibición de peinados y cortes de pelo en los que se muestra la negritud cargando en ellos un juicio de valor, como si la naturaleza de la negritud es la maldad y el desorden, y del blanco bondad y orden. Esta concepción es la que sostiene todas estas prohibiciones y restricciones en los peinados, siendo así una negación de la identidad negra presente en nuestra cultura y en nuestras raíces afrocaribeñas.

Este ejercicio restrictivo y prohibitivo en los peinados es totalmente contradictorio con el carácter democrático de nuestra sociedad y con el currículo que supone un fortalecimiento de la democracia, la diversidad y nuestra identidad cultural.

La presencia en los centros educativos públicos y privados de una represión continua a los peinados de niños, niñas y adolescentes desde un enfoque de disciplina vertical con matices militares es una gran barrera a los procesos de reforma y mejoramiento de la calidad de la educación.

No se puede implementar un nuevo currículo ni una reforma educativa hacia la calidad en centros educativos públicos y privados si se irrespeta la diversidad, se niegan nuestras raíces afrocaribeñas, se ejerce discriminación racial y de clase social desde la represión a los peinados.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY