“La filosofía ha debido ser consecuente consigo misma y tratar la ciencia del arte como a las demás ciencias, reservándole su territorio autónomo, y determinando en ella lo que hay de progreso histórico en la dirección del conocimiento de la esencia última del arte, como elemento imprescindible para elaborar un conocimiento total de la realidad”. Pedro Mir: Apertura de la estética, p. 185.

Pedro Julio Mir Valentín (3-7-1913 – 11-8-2000), propició desde la cátedra universitaria, a finales de la década de los 60, la divulgación y formación estético-sensible en el país. La Apertura a la estética (Ed. De la UASD, Santo Domingo, 1974), ha sido el manual que con mayor voluntad de sistema hemos tenido en el país y en el marco universitario hasta los años 90.

Cuando el mismo apareció en 1974, ya era famoso a nivel de copias, fotocopias y dáctilo, pero sobre todo a nivel de cátedras impartidas por el poeta, ensayista, novelista, historiador y cronista Pedro Mir. En algunas universidades y hasta en liceos del país, el mismo era mencionado y recomendado por alumnos-profesores que aprendieron y se nutrieron del pensamiento educativo, estético y filosófico de Pedro Mir.

El autor de Apertura a la estética llevó a cabo una empresa humanística y de descubrimiento percepto-sensible que incidió en el alumnado y profesorado de la entonces Facultad de Humanidades,  donde una audiencia de futuros licenciados en educación, con diferentes menciones, funcionó como espacio de instrucción e introducción a la educación sensible y artística.

El pensamiento estético y los fundamentos en torno a la obra de arte, fueron el foco y el cauce de un acto integrador de las humanidades y las artes, divulgadas a través de planes de estudios y programas dirigidos al conocimiento del arte, la filosofía del arte y la formatividad estética. Por eso el libro está dedicado a “mis alumnos de Estética. Por su colaboración imprevista pero inapreciable y porque ellos representan lo nuevo en el arte y en la historia de nuestro país”.

Apoyado en una sustanciosa bibliografía básica de 173 volúmenes, la Apertura a la estética se escribió bajo la intención de divulgar una experiencia teórica y formativa del arte, sus modos de expresar, significar y comunicar. La historia de la estética y de los conceptos fundamentales de la misma conforman el universo de esta obra, siendo así que en la base de sustentación de la misma, encontramos los ejes de desarrollo de un programa educativo basado en la interpretación y la comprensión del arte.

El temario de la mencionada obra precisa los momentos del desarrollo artístico desde la antigüedad hasta el presente de la obra, de suerte que más tarde, nuestro maestro continuaría esta apertura en rangos y niveles de reflexión diferenciados.

La perspectiva gnoseológica,  psicológica y la diacrónico-sincrónica, le sirven de base a nuestro autor para pensar espacios y tiempos sensibles en base a las analogías, revisiones y momentos donde los hombres han creado las obras que han servido de referencia a las diversas visiones y prácticas que han predominado en los diversos períodos de la productividad estético-artística.

¿Cuál fue y es, aun hoy, la importancia de la Apertura a la estética en el contexto dominicano? La perspectiva histórica, historicista, conceptual e integradora asumida por Pedro Mir en este libro, está marcada también por autores, tratadistas y educadores artísticos que han desarrollado diversos modos, especies, conceptualizaciones, campos teóricos generales y particulares sobre la belleza, la obra de arte, el sentido de la obra de arte, la interpretación, la comprensión artística, los lenguajes del arte, mentalidades artísticas, productores artísticos, entre otros.

Así las cosas, nombres que van desde Platón, Aristóteles, Vico, Lessing, Kant, Burke, Eliot, Fischer, Hegel, Marx, Apollinaire, Cassirer, Arnheim, Lukács, hasta los más cercanos a la modernidad reciente como Cohen, Della Volpe, Duvignaud, Luporini, Munford, Osborne, Pound y otros, obligan a un conocimiento direccional de las Ciencias del arte y la Educación estética.

Pedro Mir se planteó en la cardinal de esta Apertura… favorecer una bibliografía y un programa estético dialógico e interdisciplinario, siendo así que tanto el conjunto como sus particularidades, incidieron en la formación de un alumnado que utilizará en lo adelante las sugerencias y planes del libro para multiplicar contenidos y ejes en tal sentido. Es por eso que desde la cátedra, el maestro Pedro Mir logró activar un cuadraje de reflexión abierto a la diversidad de un pensamiento y un programa que quiso hacer productivo en las diversas conceptualizaciones y visiones del arte y sobre todo de la obra de arte.

Los momentos de esta Apertura… se situaron en un orden reconocido en la comunicación mediante la imagen, la palabra, el lenguaje, el mito, la mitopoiesis, la significación y el mensaje. La comunicación verbal, la simbólica y la artística, constituyen de esta manera los principales puntos de interés de esta reflexión, armadas desde perspectivas que como la histórica, la antropológica,la gnoseológica, y la psicológica aseguran una integración de tiempos y reflexiones orientadas a la significación creacional, subjetiva, sensorio-perceptual y productiva.

Pedro Mir, quien desde temprana edad sintió vocación por la música y la poesía trazó un recorrido humanístico y filosófico donde la Estética tuvo un rol científico y visional. Esto lo llevó a convertirse, en cierto momento de su vida, en pianista y a intentar otros instrumentos. Su actividad profesional como profesor, lo llevó a asumir un plan divulgativo y procesual fijado en el estudio de la obra de arte entendida como producto y como proceso.

La explicación del símbolo como puente entre el arte y el lenguaje, la comunicación artística no verbal, el significado y el lenguaje mixto, conforman los diversos núcleos de trabajo sobre el pensamiento y la producción sensibles. La emoción, el conocimiento, la palabra, el artista, el cuerpo, la magia y otros fenómenos complementarios, ayudan a fundamentar y a re-fundamentar la idea artística, unida a la cosmovisión del sujeto y de la obra de arte.

En efecto, con la publicación en 1974 de la Apertura a la estética, surgió un punto de interés académico por la Filosofía, la Educación estética, la Apreciación artística, el contacto con la obra de arte y los diversos fenómenos de la creación cultural.

La concepción del arte, el desarrollo progresivo de las sensibilidades históricas, así como la idea de una comprensión antropológica, comunicativa, psicológica, histórica y gnoseológica del arte y sus etapas invita, en tal sentido, a una reflexión que debe tomar en cuenta ciertos puntos de referencia de esta obra, donde Pedro Mir revela pensamientos útiles para interpretar los diversos estados, momentos y núcleos del arte:

“Por su parte, los filósofos se niegan obstinadamente a recibir en su seno el producto de la reflexión teórica y la búsqueda práctica de los artistas, rehusando considerarlas como Estética y calificándolas de “escuela”, “corriente”, “doctrina”, “influencia” y no pocas veces simplemente “moda”, sin dispensarle un adarme de atención” (Op. cit. p. 185).

“Cuántas veces los propios artistas han manifestado públicamente los principios que norman su trabajo artístico –sobre la base de una experiencia viva, y además apasionada y apasionante- han confirmado los fundamentos de esta ciencia y han hecho Estética verdadera, tal vez la única verdadera Estética” (Ibídem. loc. cit.).

“Desde el momento en que la obra de arte restablece la posibilidad de acción del sistema sensorial, perturbado por la emergencia de lo nuevo, eso quiere decir que le devuelve al concepto su asidero normal.  La naturaleza teórica de la acción de los cinco sentidos, no quiere decir otra cosa que esa, que la acción concertada y constante de la actividad conceptual y de la acción sensible durante milenios, las ha condicionado con tal profundidad que hoy resultan inseparables” (p.206).

Los argumentos de base de una reflexión en torno al arte y a una filosofía de lo sensible, descansan en los aspectos señalados como forma-contenido, en un nivel de instrucción ligado a las artes plásticas, la historia de la cultura y las imágenes y los diversos pensamientos que surgen de la percepción de obras de arte en tiempo y espacio.

Podemos decir que desde este campo de interés, se puede motivar una acción artística trazada en objetivos, métodos, modalidades y ejes curriculares, que aseguran un desarrollo y esta vez una posibilidad real imaginaria de los productos artísticos. El profesorado de nuestro autor en aulas y otros escenarios académicos, invita a una revisión crítica en torno a las ideas estéticas, creacionales y educativas, toda vez que las diversas cosmovisiones sobre el fenómeno artístico testimonian un grado, un nivel, y una determinada formatividad artística en la República Dominicana del siglo XX.

Desde los diversos lugares que alcanza la Estética como Ciencia o Disciplina humanística, podemos advertir en la conformación de la Apertura… una concepción práctica de soluciones teoréticas, cuyas orientaciones como escritura pueden ser observables en autores como Gilbert y Kuhn, B. Bosanquet, Max Bense, E. F. Carrit, Benedetto Croce, G. Dorfles, William Empson, Ernest Fischer, Antonio Gramsci, Jean Guichard, D. Huisman, Eric Kahler, G. Lukács, Reznikov, Ogden y Rickards y otros.