Desde que Osvaldo Virgil -primer dominicano-, en base a su talento, se ganó el derecho de ingresar a jugar baseball en las Grandes Ligas, en la década del 1950, hasta la fecha, otros 600 o más criollos, han descollado en la Gran Carpa como también se le llama a las grandes ligas. En la actualidad, hay 206 dominicanos que figuran en el roster de los diferentes equipos en Estados Unidos; siendo la República Dominicana el segundo país, con más peloteros en las Grandes Ligas, solo superado por los propios Estados Unidos.
El baseball es un deporte riesgoso, donde la entrega debe ser 100 por ciento. Este deporte es muy popular, riguroso, absorbente (time consuming), hasta el punto, que solo algunos logran superar el proceso de avance desde las ligas menores hacia las grandes ligas. De ahí que muchos, desafortunadamente, hasta se frustran por el resto de su vida!!!
Talento, perseverancia, dedicación, disciplina, fortaleza, asunción de riesgos, receptividad, determinación y deseos de superación, conforman algunas de las características de los que triunfan, en ese y todos los deportes. Las estadísticas sobresalientes -cantidad de juegos ganados, average entre ganados y perdidos, números de ponches obtenidos, efectividad, actuación en juegos de estrellas, contribución para su equipo, actuaciones puntuales sobresalientes, caballerosidad en el juego, jugar con sentido de equipo y desafío de los contrarios, ganar con caballerosidad y aceptar la derrota con dignidad…, hacen de Pedro Martínez, un excelente ejemplo, de una vida deportiva brillante. También, hay momentos difíciles, donde el calor del juego produce situaciones desagradables -caso Don Zimmer- pero si no son un patrón conductual, estos momentos, se descartan y no evitan la inducción al Hall of Fame.
Sin embargo, tanto en el pasado como en la actualidad, hay jugadores de baseball, quienes por tener estadísticas brillantes, fueran candidatos potenciales Hall of Fame -Pete Rose, Sammy Sosa, Manny Ramírez, José Canseco, Barry Bonds, Roger Clemens, Mike Mcguire, Rafael Palmeiro, Alex Rodríguez, entre otros, pero estos beisbolistas, probablemente no serán elevados al Salón de La Fama. ¿Y por qué? Porque en todas las actividades deportivas, existe un Código de Conducta (Code of Conduct), y el baseball no es la excepción a la regla!! Pedro Martínez, no se apartó nunca del Code of Conduct. Pedro Martínez, cumplió con las normas del juego y llenó los estándares de los Reglamentos para ser elegido: a) Ayudar a Preservar la Historia del deporte, b) Honrar la Excelencia dentro del juego, c) Contribuir a conectar las Generaciones en el deporte. Previamente, se habían estudiado sus records, su habilidad en el juego, integridad personal, carácter y contribución a su equipo.
Igualmente ocurrió con Juan Marichal, quien pasó por el mismo riguroso e independiente tamiz de selección para alcanzar el Pedestal del Salón de la Fama, en Cooperstown. Juan Marichal y Pedro Martínez, desbordan las pasiones de analistas y fanáticos del baseball, no existiendo conclusión absoluta a favor de uno o en desfavor del otro, simplemente, sus estadísticas no son cosas para comparar sino para emular. Cuando se llega a Cooperstown, las comparaciones resultan odiosas. Cooperstown es alcanzar la Gloria y la Honra Sublime, y lo sublime no resiste discrepancias!!!