Retorno de PHU a su patria: segunda y última estancia (1931-1933)

Cualquier estudio que sobre la vida de Pedro Henríquez Ureña se lleve a cabo desde la perspectiva intrahistórica deberá resaltar su acendrado amor por su patria y el anhelo expresado de volver a vivir en ella. Su emotiva confesión del 12 de febrero de 1927, en carta publicada en el periódico dominicano Patria, nos otorga  la razón: «Si fuera posible hallar allí trabajo y pasto para mis actividades y hogar cómodo y seguro para mi familia, me iría».

Buenos Aires, diciembre de 1931. La familia Henríquez Ureña de viaje hacia República Dominicana.

Es movido por ese amor patrio que él acepta la invitación que le hiciera el gobierno dominicano en 1931 para ocupar la Superintendencia General de Enseñanza de  República Dominicana. Gestiona licencia como docente para no desvincularse de la Argentina y el 16 de noviembre del citado año se embarca con destino a la ciudad de Santo Domingo para tomar posesión de su puesto en el gobierno presidido por Rafael Leónidas Trujillo, quien todavía no había mostrado al pueblo dominicano, en toda su dimensión, su mentalidad asesina, de implacable dictador.

Pedro —que no había sido puesto al corriente por su hermano Max sobre la verdadera situación política de la incipiente tiranía debido a que no le era posible hacerlo por correspondencia sin ser detectado por el sistema de espionaje del régimen—  arriba a su patria anhelada el 15 de diciembre de 1931 y toma posesión de su cargo a las 4 de la tarde del jueves 31 de diciembre. Es recibido con notorio entusiasmo tanto por el mundo intelectual como por las autoridades oficiales y en un acto de recepción organizado en la Universidad de Santo Domingo para celebrar su llegada dijo: «Al regresar a la patria , después de larga ausencia, cada minuto ha sido para mí de pensamiento y emoción. Yo sólo sé de amores que hacen sufrir, y digo como el patriota: Mi tierra no es para mí triunfo, sino agonía y deber».54 Ese recibimiento apoteósico del que fue objeto Pedro molestó al vanidoso tirano, a quien Pedro no mencionó al pronunciar sus palabras de agradecimiento.

El académico dominicano Juan Jacobo de Lara, pionero en la labor compilatoria de las obras completas de Henríquez Ureña, sostiene lo siguiente:

Después de su llegada a Santo Domingo, don Pedro se dio cuenta bien pronto de que su viaje había sido un error. A los dos meses le dijo a su esposa que no podría quedarse y que no debían instalarse de manera definitiva sino provisional. La situación política del país le resultaba inaceptable y optaba por irse  antes que someterse voluntariamente a un régimen de vida que le resultaba intolerable.55

Pedro Henríquez Ureña

El 25 de mayo de  1932 la Universidad de Puerto Rico le otorga el título de Doctor en Leyes Honoris Causa. Va a la patria de Eugenio María de Hostos por ese motivo. Es así como el 17 de junio de 1933 Pedro obtiene la aprobación, mediante decreto presidencial, de la licencia solicitada al gobierno de Trujillo para ausentarse del país —o huir del régimen despótico—, lo cual hace, embarcándose por Puerto Plata, el 29  del citado mes con destino a Francia, donde lo esperaba su familia. En ese momento su padre era Ministro Plenipotenciario de la República Dominicana en Europa. El mismo día de su partida cumplía 49 años de edad. De Francia volvería a la Argentina y jamás volvería a ver el añorado suelo patrio, pues su partida estaba motivada en su desacuerdo con el régimen trujillista.

Sonia, la hija menor de Pedro,  cuenta que luego de la partida de su padre Trujillo «le ofreció la legación dominicana en Argentina». Dice ella que: «Agradeció y rechazó el ofrecimiento, dato que recogí de una copia de la carta que le escribiera [el dictador] el 14 de julio de 1936».56

NOTAS:

54 Pedro Henríquez Ureña. «En mi tierra», en: revista Repertorio Americano (San José, Costa Rica), XVI (709); 1 de diciembre de 1934, p. 331.

55 Juan Jacobo de Lara, en su Pedro Henríquez Ureña, su vida y su obra. Santo Domingo: Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), 1975. Pp. 63-64.

56 Sonia Henríquez-Ureña Vda. Hlito. Pedro Henríquez Ureña. Apuntes para una biografía. México: Siglo XXI Editores, 1993. P. 133.

 

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