Su muerte consternó a todo Puerto Plata y, muy principalmente, a la barriada del Ensanche Eduardo Brito, de su calle San José, donde nació, se crió y desarrolló. Nunca se alejó y mudó de allí, pernoctó toda su vida con sus gentes, familiares, allegados y amigos. Estos se sentían orgullosos y felices de tener una personalidad de las condiciones y calibres del ingeniero agrónomo y con un Master en administración de empresas como Pedro Antonio Been Gómez. Sin lugar a dudas, que fue un ejemplo en la superación y preparación de sus estudios.
Siempre fue un estudioso y lector asiduo. Amante de la buena música. Muy amigo y compañero de Félix González.
Murió uno de los hombres puertoplateños de más talento y capacidad profesional e intelectual de los últimos cincuenta años del pueblo de Puerto Plata.
No acumuló fortuna alguna, pero sí la preparación profesional e intelectual, para convertirse en un hombre excepcional y fuera de serie en su comunidad y el país.
Desprendido de lo material. Era sumamente humanitario con el prójimo.
Pedro Antonio Been, era un hombre de extracción muy humilde pero con dignidad, que pudo estudiar varias profesiones, tanto en el país como en el extranjero. Ocupó diferentes posiciones en la administración pública y en el sector privado; tuvo la oportunidad de hacerse rico, pero no cayó en las garras de la corrupción. ¡Qué ejemplo en la sociedad dominicana de hoy en día, nos ha legado el ingeniero Been!
Fue político por vocación, pero jamás para lucrarse de ella. En su existencia asesoró y preparó discursos para políticos y legisladores dominicanos.
En su vida profesional como intelectual siguió siendo una persona humilde y agradecida de las personas que lo ayudaron económicamente para alcanzar las profesiones y el Master en administración de empresas que logró realizar y obtener.
En las distintas ciudades del país como en el extranjero donde vivió, dejó huellas imborrables y buenos amigos. Se le respetó y admiró entrañablemente por su manera de ser sencillo, asequible y su don de gente.
Pedro Antonio Been Gómez, fue un profesional de una honestidad incorruptible en su trajinar por la vida. No tuvo de qué arrepentirse de nada en la vida. Hombre correcto y que jamás abandonó a sus hermanas adoradas y queridas en Puerto Plata.
Sus amigos de infancia supieron aquilatarlo y también con lo que hizo amistad en su trayectoria de trata mundo. No cambió en nada con ellos, siguió siendo el mismo Pedro sonriente, afable y alegre.
Su amigo incondicional desde la infancia, en la buena y en la mala, lo fue el poeta y locutor puertoplateña Félix González, que se mantuvo a su lado hasta el último día de su muerte. González se convirtió en su confidente y en los distintos cargos que ocupó Been siempre lo nombraba su asistente personal, por la confianza que tenía en él y por sus dotes de honestidad y responsabilidad.
Como ser humano tuvo defectos, pero en el fondo fue una persona de buenos sentimientos.
Jamás se amilanó en la vida de haber nacido de una madre trilladora de cafés y analfabeta. Esas circunstancias lo hicieron dedicarse más a los estudios, para ser un ciudadano útil y mejor preparado profesional e intelectualmente.
Puerto Plata y las organizaciones culturales, cívicas, profesionales y de servicios no supieron aquilatar la personalidad que representaba el ingeniero agrónomo Pedro Antonio Been Gómez en el mundo de la tecnología y la globalización.
No recibió el verdadero homenaje que se merecía en vida por sus grandes aportes al desarrollo de la agricultura y el engrandecimiento del país. Esa es la vida. Aunque el ingeniero Been no era dado a buscar reconocimiento u homenaje.
Pedro Antonio Been Gómez, fue un gran seguidor de la política del extinto líder reformista, licenciado Joaquín Balaguer Ricardo (1906—2002). Abanderado de los principios social—cristianos del Partido Reformista Social Cristiano, en Puerto Plata. Es una lástima que nunca se le diera la oportunidad de ocupar una posición legislativa; que digno y edificante hubiese sido ver un hombre del calibre y el fuste intelectual de él legislando en el Congreso Nacional y con su brillante y convincente oratoria en aquel escenario, que en los últimos años se ha visto empañado con figuras indignas y no merecedoras de esas altas distinciones.
Pedro Antonio Been Gómez, nació en la ciudad de Puerto Plata, el 22 de febrero de 1950, hijo de los señores José Been y Sarah Gómez.
Tuvo, además, cuatro hermanos más, que fueron: Marcos (fallecido), José (fallecido), Carmen y Epifanía (a) Fany.
Su padre José Been, murió estando Pedro Antonio Been de muy poca edad. La señora Sarah Gómez se vio precisada a tener que trabajar para buscar la manutención y educación de sus hijos.
Su madre Sarah Gómez, tuvo que irse a trabajar a los almacenes de la Casa de José Paiewonsky e hijos, ubicada en la calle 30 de Marzo casi esquina calle 6 del Ensanche Dubocq, de Puerto Plata y dedicarse a trabajar trillando cafés para conseguir el dinero necesario de la manutención de sus cinco hijos.