La enseñanza de la lectura pretende reconocer actualmente estructuras psicológicas del comportamiento social del estudiante, mediante el proceso de análisis y reconstrucción discursiva. Necesariamente la lectura es el dominio cognoscitivo que está más ligado al análisis del discurso, pues a través de las operaciones de la primera, asistimos a la transparencia y conocimiento del segundo. Ambos procesos se corresponden como prácticas sociales e intelectuales.
En verdad, no podemos hoy leer un texto sin interpretar sus estructuras, funciones y vínculos en la formación lingüística de un texto oral y escrito. La sociedad está involucrada en la red psicológica del lector que quiere enterarse a través de la lengua y la cultura de aquello que constituye una sustancia y una forma del discurso. (Véase paro un tratamiento de conjunto a nivel interdisciplinario AAVV: Análisis del discurso: Teorías, Métodos y Áreas de Estudio, Iztapalapa, Universidad Autónoma Metropolitana, 2002.)
El discurso, en un sentido interdisciplinario es aquella región de estudios que, situándose en el “más allá de lengua”, produce el hablar del sujeto y sus niveles de aprehensión, expresión y percepción, en un proceso de conocimiento que particulariza el desarrollo del lenguaje, sus variadas etapas proyectivas, racionales y perceptuales.
La lingüística del discurso produce nuevas herramientas analíticas, así como estrategias de acercamiento al acto de interpretar, entender, segmentar, situar, reformar, cualificar enunciados realistas en el sentido lógico y epistemológico de su dimensión.
La configuración de memorias a través de actos de discurso o actos de habla, hace que tanto el proceso de enunciación, como el proceso de comprensión, particularicen los campos o focos de integración de conocimientos, en casos relacionados y dirigidos por las intencionalidades involucradas en el proceso de comunicación, significación y producción textual.
En este sentido, contexto y discurso registran las siguientes posibilidades constructivas y cualificadas del mensaje.
En efecto, para direccionalizar este proceso de articulación del discurso en su instancia socializadora, debemos particularizar los niveles de una pedagogía de la lectura mediante una pedagogía pragmática del discurso.
Observaciones
*Se trata de unificar los aspectos que intervienen en este proceso para readecuar y reorganizar nuestras percepciones lingüísticas.
**Organizar el mundo, significa, aquí, organizar el lenguaje-discurso.
***Un mundo es, desde el punto de vista pragmático, una estrategia organizada de hechos o elecciones del sujeto.
Los actos que producen el mundo son actos de habla o manifestaciones lingüísticas que sitúan las necesidades vitales del sujeto en un contexto construido.
Toda pedagogía de la lectura basada en el análisis del discurso rearticula no solamente los enunciados, sino, y además, el contexto de habla del sujeto en un mundo social. Lo que posibilita mayores competencias y acciones dirigidas del sujeto en su concentración de potencias cognoscitivas.
Si la relación lectura-discurso involucra lo social, tenemos entonces que, toda comunicación es la cualidad que asimila el mundo del sujeto en su pantalla de reconocimientos y adecuación del mismo en los planos de la expresión y de los planos del contenido.
Es por eso que, entre la pedagogía de la lectura y el análisis del discurso existe una relación necesaria de continuidad y de estudio. Tanto la interpretación como la comprensión dependen de la posición del sujeto en la acción social y de la adecuación o readecuación que desde la lengua y su “más allá”, el discurso, le permitan acceder a la unidad de los mensajes dirigidos a la necesidad y toma de posición de su espacio.