Junto a dar su voz de alarma y sugerir correctivos, el Consejo Regional de Desarrollo,  Inc. (CRD), a través de diversos estudios y levantamientos, ha venido dando seguimiento al aumento  irracional y sin control, a los perjudiciales grados de yoismo y otras manifestaciones de egoísmos, que han invadido sin excepción  a todos nuestros estratos sociales, sobretodo, en las últimas décadas, donde la corrupción política y de otras índoles, ha polarizado y revertido la escala de valores, en la que necesariamente debemos soportar  el desarrollo de nuestra Sociedad y Estado.

Realidad social en la que convivimos hoy en día, que sus mediciones la presentan, como arrojadora de impactos sumamente negativos,  al adulterar las reglas a la que está sujeta la escala de valores,  cambiando la honestidad por el engaño,  la integridad por la traición, la justicia por la falta de transparencia,  el amor por el resentimiento, el trabajo por el engaño, el esfuerzo por la pasividad, además, la vocación de bien por insensibilidad social.

Factor obstaculizador de la integridad y del bienestar, que sus enfoques técnicos proponen para su adecuada erradicación,  a cargo de todos  los dominicanos y dominicanas, establecer en nuestros diversos entornos sociales,  que la paz  sea  el principal  motor de nuestras vidas, a fin de arribar a horizontes, que nos provean de un  ambiente que facilite un estricto respeto al progreso, la equidad y  la justicia de todos y para todos.

En el referido cometido, insta comprender  la razón  fundamental y el porqué de que nuestra madre iglesia y las demás existentes, por medio de su sabiduría milenaria sustentan el desarrollo de los seres humanos, poniendo su mayor  énfasis en la paz y  en sus metas esenciales, pese a los  sacrificios, esfuerzos y el gran trabajo que requiere lograrla, en virtud que solo a través de sus frutos, será posible consagrar conductas que faciliten la sanidad social y la mejor sociedad que aspiramos.

Tarea la cual entiende ciertamente realizable, venciendo con la inteligencia natural que se les atribuye a todos los integrantes del pueblo dominicano, las barreras que les impiden la disciplina y consistencia que se requiere para implementar una cultura de paz.

Para el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), si bien es cierto que conforme a la última encuesta de la Corporación Latínobarómetro con sede en Santiago de Chile, aplicada a 18 naciones de América Latina,  abarcando a más de 600 millones de habitantes, se nos ubica entre los países en los cuales sus habitantes, muestran una mayor alegría y apariencia de felicidad, pese a nuestras dificultades socioeconómicas y debilidades institucionales, sin embargo, actualmente tenemos como principal reto, aprovechar  las bondades que nos otorgan y las que realmente detentamos, a fin de vencer por medio de ellas, los males que obstruyen nuestro desarrollo.