Una pequeña “casa de comidas”, abierta desde medianoche, reúne a comensales que se detienen a intercambiar sus recuerdos. Son almas que abandonan sus ambiciones cotidianas y, por un instante, dejan que el diálogo los lleve.
El cocinero es un hombre maduro, sin nombre ni pasado, al que llaman “Maestro”. No le gusta promocionar su restaurante. Sólo tiene un plato en el menú, pero está dispuesto a satisfacer todas las peticiones culinarias, si tiene los ingredientes. No juzga, ni habla de sí; escucha. Vincula a las personas a partir de platos y experiencias. En unas ocasiones, nutre la pausa; en otras, alimenta la reflexión.
El local es llamado Restaurante de Medianoche. Tiene clientela fija, además de comensales esporádicos. Hay personas que cenan y duermen tarde; algunas, tienen miedo de irse a casa, de encontrarse a solas con ellas mismas; otras necesitan detenerse para narrar sus historias.
¿Cómo puedes llegar? La ruta es simple. Aunque está en la Calle Dorada de Shinjuku,Tokio, está en todas partes. Puedes accesar permaneciendo en casa, siempre y cuando te dispongas a pausar.
Así que, si quieres detenerte, aprovecha para ver -en una conocida plataforma de streaming- El restaurante de medianoche, la serie de Joji Matsuoka, basada en el manga (historia ilustrada japonesa) de Yarō Abe, cuya última temporada se denomina Midnight diner: Tokio stories.
Ojalá puedas pensarla. En ella se muestran muchos “condimentos” para hacer una Nochebuena la mayoría de las noches.