Durante y después de la campaña electoral, en norteamérica surgieron acusaciones y contra acusaciones por parte de los dos partidos principales y contrincantes.

Aunque la contienda se reflejaba en todos los ámbitos sociales de esa nación, fueron los medios radiales, televisivos e impresos los que más acogieron el escarceo viral y vitriólico.

Se hizo MUY evidente las tendencias partidarias, por parte de las dos cadenas de noticias televisivas más importantes en los EUA: CNN y la cadena FOX NEWS. Ambas desarrollaron un feudo digno de las más sofisticadas arenas deportivas del mundo, llegando inclusive al plano personal de varios comentaristas importantes.

FOX NEWS: Geraldo Rivera, Bill O’Reilly, Chris Wallace, Stuart Varney, Sean Hannity, Cheryl Casone, Anita Vogel, Julie Banderas, entre otros.

CNN: Wolf Blitzer, Fareed Zakara, Anderson Cooper, Erin Burnett, Robin Meade, entre otros.

Sin embargo, llama poderosamente la atención el desarrollo de una campaña muy sucia en contra del comentarista Bill O’Reilly. Su pecado principal ha sido el de escudriñar, a fondo, las actitudes del Clan Clinton, hasta niveles que comprometen a esta pareja en actos reñidos con la ética pública y política.

David Horowitz lo describe magistralmente al expresar que “Bill O’Neill fue la voz más poderosa en los medios televisivos que elogió el accionar de Donald Trump y arremetió contra los medios deshonestos que enfrentaron a ese candidato”.

En su libro de “La gran Agenda: El Plan del Presidente Trump para salvar América” llega incluso a afirmar que aún antes de que el presidente electo se juramentara, esa prensa, al servicio de los Clinton y Obama, haría lo indecible para impedir que Donald Trump fuera exitoso, a través de “sabotear” su imagen, proyectos y otras improntas”.

Horowitz llega a afirmar que grupos identificados con la “izquierda” estadounidense, financiados por magnates resentidos de Wall Street (que habían apostado al triunfo de Hillary Clinton), habían infiltrado el gobierno, universidades, grupos de presión social y por supuesto, los medios más importantes, incluyendo emblemáticos diarios de Chicago, Nueva York y Washington.

La razón de este accionar, sigue ilustrándonos Horowitz, es que el Plan económico y Fiscal de Donald Trump le iba a “poner el tapón” al derroche fiscal que existe en América del Norte que alimenta un sinnúmero de ONG’s que NO aportan nada a la solución de los problemas más neurálgicos de ese país.

Si reconocemos que Bill O’Reilly contribuyó grandemente, a través de su segmento en FOX NEWS, a que el mensaje reivindicador de “Hagamos América Grande Otra Vez” llegara a la clase media, sobre todo en aquellas urbes agobiadas por los problemas étnicos, la delincuencia y el desempleo, entonces obviamente esto lo convirtió en un blanco favorito del establishment Demócrata.

Los eventos de acoso sexual endilgados al prestigioso comentarista han resultado banales y amparados en un trasfondo no muy convincente, donde el factor indemnización ha resultado ser MUY oneroso y lleno de “compromisos futuros” tendentes al aplacamiento de esos grupos de presión.

Como podemos apreciar, TODO gira en torno a una batalla entre los vencedores y vencidos, que todavía NO quieren reconocer que La Casa Blanca va a Gobernar, tal y como le sucedió a Joaquín Balaguer, cuando los Reformistas le señalaron a los Peledeistas: ¡“Se Queda y Gobierna”!

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