No es exagerar decir que hay una crisis en el sistema de partidos en la República Dominicana. La abstención electoral en el 2008 fue de un 42% según datos oficiales de la Junta Central Electoral (JCE), sin embargo la Organización de Estados Americano (OEA) dijo que fue del 60%.

Si bien es cierto que todavía los partidos mayoritarios dominicanos, Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y Partido Revolucionario Dominicano (PRD), consiguen gran parte del electorado, no menos cierto es que esa supuesta fortaleza se debe al clientelismo político, la falta de ideología y al nepotismo imperante.

El Diagnóstico sobre el sistema de partidos en la República Dominicana 2005-2010, señala que, “Existe un panorama de recurrente fragilidad institucional, cuya máxima expresión es el incumplimiento de los estatutos y la ausencia de sanciones. Priman los arreglos informales para solventar las controversias, el clientelismo y viejas prácticas como la personificación de la política y el caudillismo”.

Los partidos políticos tradicionales se han convertido en maquinarias electorales al servicio del candidato de turno. La falta de ideología y la ausencia de un proyecto colectivo les caracterizan.

Es lamentable saber que el “¡dame lo mío!” se ha convertido en una práctica normal para conseguir el voto. Con falsas promesas y prebendas individuales convencen a una gran parte de la población dominicana

El informe constata que existen bajos niveles de transparencia y que en las elecciones primarias existen luchas internas que han debilitado las estructuras partidarias. Las oportunidades a la nueva generación de jóvenes y mujeres, encuentran una gran resistencia en las viejas figuras del partido.

Es lamentable saber que el “¡dame lo mío!” se ha convertido en una práctica normal para conseguir el voto. Con falsas promesas y prebendas individuales convencen a una gran parte de la población dominicana.

Algunas de las opiniones de los políticos entrevistados en el informe fueron las siguientes: “…Es necesario participar en los procesos entendiendo las reglas no escritas”, “…Aplicar los estatutos sería un gran logro para el partido”, “Una de las grandes debilidades de los partidos políticos es su pérdida de identidad”,“Los liderazgos no se desarrollan en base a proyectos de país, sino a proyectos personales”, “La política se ha convertido en alianzas para poder ocupar espacios”, “Ya no se sigue una ideología, ya no se busca una visión común”.

Estas opiniones reflejan la imperiosa necesidad de enterrar para siempre esa partidocracia clientelista. Urge promover una nueva cultura política que fomente una democracia participativa, transparente y protagónica, donde la ciudadanía tenga realmente la última palabra…