La participación en las pruebas PISA 2015 es un pequeño triunfo dominicano que bien aprovechado puede impulsar el circulo virtuoso para alcanzar un mejor desempeño de nuestros adolescentes en el futuro. Hubo que vencer muchos escollos para lograr someternos al auto escrutinio (bajo el amparo de PISA) de la capacidad de nuestros estudiantes de 15 años cumplidos para utilizar el aprendizaje escolar en la resolución de problemas diversos, pues el miedo al “fracaso” demoró nuestra participación por mucho tiempo. En lugar de lamentar el tiempo perdido, ahora debemos hacer hincapié en nuestra sostenida participación en el tiempo, no solo cada tres años en las pruebas en sí, sino en el espíritu del programa PISA que es el de aprovechar el enorme tesoro de sugerencias útiles que nos proveen los reportes y la data disponible tanto de nuestro sistema como de los demás participantes, incluyendo las mejores prácticas identificadas por los técnicos de OCDE a nivel mundial. Ciertamente tenemos mucho que aprender sobre cómo invertir mejor los crecientes recursos dedicados a nuestro sistema escolar, y PISA es un excelente socio para apoyar ese esfuerzo. Si nosotros aprovechamos bien la lección, nuestros estudiantes se destacarán por su brillante mejoría en las pruebas por venir. Necesitamos de un sistema escolar inteligente que aprenda y mejore sus procesos incesantemente para empoderar a nuestros jóvenes a superarse como estudiantes.
Un punto a destacar es que PISA reconfirma el valor de invertir más en educación en países como el nuestro, pues aún hay falsos profetas que quieren confundir predicando que la buena educación no es costosa. Ellos alegan que se puede prescindir del sacrificio que significa una alta inversión en educación y obtener excelentes resultados, citando quizás algún caso anecdótico de ese raro fenómeno social. Sin recursos adecuados- excelentes maestros con tiempo y estímulos para hacer su labor, currículo y materiales didácticos apropiados, infraestructura escolar adecuada, etc.- el aprendizaje es una tarea muy cuesta arriba que solo los más brillantes y afortunados alumnos logran superar. Los elementos indispensables para una educación de calidad requieren de una importante inversión, un verdadero sacrificio de la sociedad en favor de su futuro. Es verdad que eventualmente la curva de rendimiento sobre montos adicionales invertidos se torna decreciente, pero estamos muy distantes de alcanzar ese umbral. Por ahora la continuada escalada de la inversión es imprescindible si queremos mejorar a paso acelerado el pobre desempeño de los alumnos dominicanos. En palabras de la OCDE:
“Entre los países y las economías cuyo gasto acumulado por estudiante se ubica por debajo de 50.000 dólares, un mayor gasto en educación sí se asocia con mejoras significativas en los resultados de PISA. Pero éste no es el caso entre aquellos países y economías cuyo gasto acumulado por estudiante supera los 50.000 dólares, categoría en la que se hallan la mayoría de países de la OCDE. En este último grupo, los elementos que explican el rendimiento académico son otros distintos a la inversión educativa.”
También es evidente que algunos sistemas escolares logran un rendimiento alto relativo a su inversión, sobre todo cuando las políticas educativas y la gestión son las apropiadas y se mantienen en el tiempo. Eso se logra priorizando el acontecer en el aula, enfocando la interacción de calidad entre maestro y alumnos, con todo el sistema apoyando esa labor diaria. Para eso se necesita emplear maestros muy calificados y altamente motivados para cumplir con su misión de educar (guiar o sacar lo mejor de cada alumno), y destinar los mejores maestros a trabajar con los alumnos más necesitados. No hay atajos para alcanzar la excelencia educativa, todos los éxitos pasan por la excelencia y la dedicación de los educadores.
Aplaudimos con júbilo la buena disposición del MINERD al anunciar al país los anticipados resultados de nuestra primera participación en PISA, señalando un antes y un después en la reacción oficial a este tipo de acontecimiento. Aprovechamos para saludar la correcta visión de mejorar nuestro desempeño escolar mediante el fortalecimiento agresivo de la formación y el acompañamiento de los maestros como principal estrategia en el mediano plazo. Prioricemos el reclutamiento y la retención de los mejores talentos en nuestros institutos pedagógicos. Así podremos en unos años equipar nuestras escuelas con el primordial recurso de maestros de clase mundial; y apoyemos con ahínco su labor en el aula. Si participamos en PISA con esa buena disposición, seguiremos ganando el terreno perdido durante décadas de abandono de nuestras escuelas y saldremos del sótano que hoy ocupamos, aunque quizás no desplacemos a Singapur de su sitial de indiscutible líder, bien ganado en base a medio siglo de invertir inteligentemente y sin interrupción en su sistema educativo.
Lecturas varias: https://www.oecd.org/pisa/pisa-2015-results-in-focus-ESP.pdf
http://www.teinteresa.es/educa/relacion-gasto-resultados-educacion_0_1700830247.html
http://politica.elpais.com/politica/2016/12/05/actualidad/1480975591_666281.html
http://www.bbc.com/mundo/noticias-38211248 http://www.bbc.com/mundo/noticias-38211247
http://acento.com.do/2015/opinion/8230280-como-pasar-las-pruebas-sin-meter-chivo-y-sin-estresarse/