Me ha llamado mucho la atención la publicación del Ministerio Minas y Energía sobre las concesiones que ha otorgado, específicamente la que corresponde a la Cuenca San Pedro de Macorís, que incluye una parte importante del Parque Nacional Cotubanamá ( Parque Nacional del Este ), más específico todo el litoral sur, donde se encuentra la playa Palmillas, y completa hasta casi la mitad del Parque, para la exploración de petróleo y gas natural.

Digo que ha sido extraño para mí porque este tipo de concesión indica que hay serios indicios de que existan pozos petroleros y/o de gas natural con cantidad y calidad comercialmente explotables, lo que contradice el espíritu de la Ley No. 202-04 sobre Áreas Protegidas,  por lo que después de confirmada la existencia de algún hidrocarburo debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿Qué va a pasar? ¿Se otorgarán las respectivas concesiones de explotación?

Solo hay dos respuestas posibles, negativa o positiva. Si es negativa y no se otorgan las licencias de explotación correspondientes, los exploradores se sentirán engañados, porque después de un trabajo realizado con la esperanza de hacer negocios le dicen que no se les dará la concesión.  Habrán hecho un gasto innecesario, y es posible que hasta demanden al Estado para que les retribuyan por los gastos ocasionados. Si es positiva y se otorgan las concesiones de explotación de hidrocarburo, estaremos viendo en muy corto plazo la construcción de torres y excavación de pozos en el mar, lo que conlleva a derrames de combustibles, aceites y otros químicos que ocasionarán daños al medio ambiente. Y además, ¿ qué pasará con las propiedades privadas de la costa ? serán dañadas y/o utilizadas por las empresas explotadoras, sin compensar a estos propietarios? Como quiera será dañino este negocio.

Si se decide que lo mejor sería la explotación de hidrocarburos, en adición tendrán que abocarse a la modificación de las Leyes No. 64-00 sobre Medio Ambiente y No. 202-04 sobre Áreas Protegidas, para poder hacer estas inversiones dentro del Parque, y a la vez compensar a los propietarios privados de manera justa.

Es entendible que un país pobre como nosotros, teniendo la posibilidad de explotar comercialmente petróleo y/o gas natural, lo hagamos con el debido respeto al medio ambiente, lo más que se pueda. Es entendible que necesitemos nuevas fuentes de recursos que nos ayuden al desarrollo.

Pero por el contrario, si se decide no hacer estas inversiones, ya sea porque los pozos no son comercialmente rentables o porque simplemente se prefiere respetar el medio ambiente, lo mejor sería dedicar el Parque al eco-turismo, ya que como quiera necesitamos los ingresos que produciría. No serían en la cantidad que quisiéramos, pero estaríamos mejor que ahora donde la producción es cero.

La disyuntiva sería si ponemos el Parque a producir riquezas, con petróleo o con turismo. Pero es hora de que produzca.