En nuestro artículo pasado Parlamento en Construcción, dimos cuenta de un breve nota introductoria acerca del origen del parlamento.

Siguiendo el hilo de esos comentarios, el día de hoy quisiera resaltar que en la actualidad los parlamentos verdaderamente democráticos no solo ostentan el cúmulo de atribuciones que les otorga la Constitución, sino que además deben cumplir con las obligaciones de informar y rendir cuentas, así como de atender y orientar a la ciudadanía.

En los países ubicados en la coordenada democrática de la geopolítica, la responsabilidad de atender y orientar no significa que los representantes populares ostenten la obligación de otorgar favores o distribuir dinero entre los ciudadanos, pues ello desvirtúa el debido ejercicio de la labor legislativa. Es decir, el deber de proximidad con la ciudadanía radica en abrir las puertas de las oficinas legislativas para que los representantes populares interactúen con sus representados, mas no para legitimar un bufete de clientelismo político.

Estas obligaciones, Informar y Atender a la ciudadanía constituyen la esencia de lo que ahora se le conoce como Parlamento Abierto.

A los parlamentos abiertos se les puede reconocer como tales si cumplen con cuatro elementos fundamentales: Diálogo directo con la población, transparencia, rendición de cuentas y libre acceso a la información pública.

En República Dominicana, existen tres instancias que pueden considerarse como parte del espectro parlamentario: El Senado, la Cámara de Diputados y también los concejos municipales de regidores de los Ayuntamientos, sin embargo es importante reflexionar si estas instituciones pueden considerarse como parlamentos abiertos.

Por lo menos las cámaras del Congreso Nacional, cuentan con oficinas de acceso a la información pública y han institucionalizado portales de internet donde se puede consultar un cúmulo de información muy importante, sin embargo, todo ello no es suficiente.

Para dar el paso hacia un parlamento abierto, es necesario lograr una verdadera rendición de cuentas, pues aún existe un grado de opacidad importante en los reportes de gasto, por ejemplo, los informes de gestión legislativa, disponibles en los portales de transparencia, son meramente enunciativos, mas no descriptivos y pormenorizados.

Además de lo anterior, es necesario dar máxima publicidad a los procedimientos para designar funcionarios así como de las discusiones deliberativas de reformas a las leyes, pues no existe la transparencia necesaria para que la ciudadanía conozca todo lo que sucede durante cada etapa parlamentaria, ni tampoco existe la facilidad para que la ciudadanía interactue con sus representantes durante el proceso de discusión y aprobación de leyes.

Asimismo, es fundamental esclarecer que el mandato constitucional, a través del cual se obliga los legisladores a residir en sus respectivas demarcaciones, no persigue el proposito de obligar a los Senadores y Diputados a pernoctar entre sus electores sino a establecer algún mecanismo institucional de interacción directa con la ciudadanía, por ello es necesario formalizar y reglamentar el funcionamiento de las oficinas de representación legislativa en los distritos y provincias de la nación.

En estos tiempos de transición democrática, corresponde darnos cuenta  que el parlamento en República Dominicana permanece en construcción; es responsabilidad de representantes y representados terminar de construirlo.

“In memoriam de Pilar Rodriguez Romo”

Aniversario del natalicio de la mujer del puño en alto, mi madre.

1 de Septiembre de 1951 – 11 de marzo de 2019