Penoso ver a los dueños de supermercados o sus representantes en un paredón mediático para explicar las razones del precio al que venden el pollo. Prometieron en un video que mantendrán estable el precio de 72 pesos la libra, en una admisión de que están reduciendo sus márgenes normales de ganancia, que los altos precios son culpa de la especulación que hacen otros y que seguirán manteniendo ese precio a los consumidores sin importar que los sigan adquiriendo más caro. Fueron bastante inteligentes de no prometer también que las cantidades que ofertan también serán las mismas, que las aves son ahora el centro de la discordia ocuparán los mismos espacios en las vitrinas.

La idea de la producción del video de marras y su promoción por redes sociales parece que proviene del ministro de Agricultura, aparentemente en una reunión en un salón de la sede de la entidad. Días antes había explicado que la causa del aumento de precio era que estaban escondidos en los congeladores de los establecimientos. Una imputación de acaparamiento para agudizar la escasez y vender cuando el precio les permita hacerse de un lucro extraordinario a los dueños legítimos de pollos que, por el criterio de un funcionario, no tienen derecho ahora a ofertar a precios libres.  Una casa con frente de playa si se puede vender al mejor postor, para el pollo fresco, el pan y todo lo demás hay que pasar el filtro del bienestar colectivo, como en Cuba, Venezuela y Argentina.

Este es uno más de varios episodios patéticos de culpar por la inflación a las mismas personas que por los últimos once años han estado al frente de las actividades productivas, de intermediación o venta final de todos los bienes y servicios que conforman la canasta básica.  En la gráfica se presentan las variaciones anuales del IPC para el grupo Alimentos-Bebidas No Alcohólicas y del Pollo Fresco para los meses desde diciembre 2011 a septiembre del 2020.

En toda la serie no se presentan variaciones anuales superiores al 10% en ningún mes para el grupo, la más alta fue de 9.1% en octubre del 2015. Este comportamiento en el grupo más importante de la canasta básica es una de las causas que el Banco Central citaba en sus informes económicos como uno de los responsables de la estabilidad de precios y baja inflación de nuestra economía. La serie para el Pollo Fresco presenta altas y bajas, una alta volatilidad con cuatro aumentos por encima del 20%, dos tasas anuales negativas superiores al 10% y varias tasas negativas o cerca del 0%.

Estos resultados se dieron en una economía sin controles generalizados de precios.  Cuando el pollo subía se consumían otras carnes o su impacto general en la inflación se compensaba con otros alimentos que bajaban de precio. No se recuerda poner a dueños de supermercados a explicar razones al público cuando el grupo de alimentos presentaba una tasa alta de variación. Cuando en febrero del 2015 el pollo presentó una variación de 26.1% con respecto al mismo mes del año anterior tampoco se llamó a un despacho de un funcionario a que dueños prometieran lo imposible: un precio estable con la misma cantidad de pollos en los congeladores.

Seguiré advirtiendo hasta el cansancio este derrotero fatal de pasar de tener un perro que ladraba y no mordía en Proconsumidor, que hacía dos o tres payasadas al año abusando y humillando comerciantes, a uno que sí cree tendrá en este gobierno la oportunidad de ser el Zar de los Precios Justos, un clon de Nicolás Maduro que nos traerá la Ley de Precios Justos y una Superintendencia de Control de Precios que provea a todos de alimentación, salud, educación y entretenimiento a precios no rompan los bolsillos.

El paredón mediático a dueños de supermercados lo que hará es poner al resentimiento desbordado de las turbas saqueadoras algo más que el logo del establecimiento. También para que el club de los expropiadores, esos enemigos jurados de la libertad de empresa y la propiedad privada que ocupan puestos en la administración pública y curules en el congreso, conozca las caras de las listas que están formando para provocar que aquí se imite al Comandante Chávez en su bochornosa caravana donde manda a robar a favor del Estado propiedades privadas. Los funcionarios deben dejar de tentar al diablo y los empresarios deben rescatar el valor para enfrentar humillaciones como ésta. Todavía estamos a tiempo parar el camino al precipicio colectivista.