La felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación
se fundan en la Justicia Social, la Independencia
económica y la Soberanía Política
Juan Domingo Perón
Para gran parte de entendidos, economistas y expertos en mercados internacionales, el fenómeno de la Globalización ha venido a representar todo un proceso beneficioso para el comercio mundial, el progreso, y el desarrollo de los países a nivel mundial. Pero la maravilla que han venido augurando tales grupos, adolece de una serie de taras que pone un serio hándicap, no solo a los países pequeños y pobres, sino también a las mismas potencias abanderadas del proceso globalizante.
En el caso de la República Dominicana, esta se ve afectada por tales inconvenientes, de manera principal en lo que tiene que ver con el propósito de la integración, eliminación de la frontera, y la creación de un solo mercado de 21 millones de personas en un Estado binacional de haitianos y dominicanos. Tal integración, además de lo económico incluye lo social, lo cultural, y lo político; es un proceso que pone en peligro hasta nuestra identidad nacional.
La Globalización se ha definido como “Un proceso económico tecnológico, político y cultural a escala planetaria que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo, uniendo sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global”.
Sabemos que tal fenómeno trae consigo, encima de nuevas oportunidades, nuevos desafíos y nuevas amenazas. Existe una nueva plataforma científico – tecnológica a nivel mundial que hace que todo el globo terráqueo se mantenga interconectado en tiempo real.
El empresariado que se encuentra al frente de las multinacionales viene implementando la libre circulación de capitales con el propósito de implantar de manera definitiva la llamada sociedad de consumo, buscando obtener cada vez mayores beneficios económicos. Pero aquellas sociedades de menor capacidad económica se ven imposibilitados de competir, lo que trae como consecuencia que se vaya entronizando la desigualdad económica y social.
El proceso globalizante tiene como elementos al libre comercio mundial, a la inversión internacional de manera directa, al movimiento de capitales al instante, al crecimiento acelerado de las tecnologías de la comunicación; y por último, y de gran importancia, a las migraciones, trayendo consigo todos sus efectos socio-culturales. Esto (contrario a lo que ofrece) ha hecho aumentar la fragmentación social, que ya existía en los años 80, porque la brecha de ingreso que producen los procesos globalizantes crea mayores niveles de desigualdad. Procesos que, como resultado, traen consigo las tendencias amenazantes para la equidad y la integración.
Esto es solo parte del panorama que nos ofrece la globalización en relación a los niveles de desarrollo de los pueblos, principalmente de Latinoamérica y muy particularmente de la República Dominicana.
Ahora tenemos sobre el tapete el próximo arribo a la presidencia de los Estados Unidos de América a Donald Trump, un empresario que renegando de tal condición (según sus discursos), se opone a gran parte de los elementos que integran el proceso de Globalización y sus cuestionados acuerdos de libre comercio, que al parecer solo son generados para beneficiar a los más poderosos. El presidente electo aboga por el “americanismo” frente al globalismo.
Poco antes de la elección de Trump, en referéndum celebrado en Gran Bretaña, ganó el brexit, abreviatura de Britain (Gran Bretaña) y exit (salida), que indica salida del Reino Unido de la Unión Europea. Los ingleses están desencantados con las supuestas ventajas que arrojaría la integración, entienden que les resta soberanía de hacer sus propias leyes, le resta el derecho de controlar sus propias fronteras, de ser fiscalmente responsables. Como consecuencia de esta elección, el Reino Unido rompe con los acuerdos comerciales y de libre circulación de personas. Los ingleses votaron por el anglosajonismo frente al globalismo.
Entiendo que lo anterior es suficiente para dar una panorámica que lleve una idea, de hacia donde comienzan a moverse las aguas en el agitado mar de la globalización, y que ha sido nuestro parecer desde el año 2011, expuesta en nuestra tesis de grado de maestría en Defensa y Seguridad Nacional titulada “La Seguridad en la República Dominicana, y su Importancia en el Desarrollo Nacional”.
Ante los propósitos de los poderosos sectores políticos y económicos, tanto dominicanos como haitianos, que propugnan y llevan a cabo ingentes esfuerzos por la integración y creación de un Estado binacional; Es nuestra plena convicción, que si se da la oportunidad al pueblo dominicano de elegir acerca de esto, ganaría ampliamente el dominicanismo ante el fusionismo.