El pasado 14 de octubre los jueces Nelson Antonio Angomás, Pedro Julio Cornelio y Elizabeth Amalia López declararon no culpable al sacerdote Alberto Zacarías Cordero Liriano,  de 40 años, acusado de violar a “Elsita” una menor de 15 años, en la ciudad de Bonao.  La magistrada del Ministerio Publico, Carmen Elizabeth Jiménez, había solicitado 10 años de cárcel contra el cura.  El abuelo-tutor de Elsita atribuyó la sentencia a la manipulación de “los poderes combinados de la Iglesia y los actuantes en la Justicia” y declaró que apelaría hasta llevar el caso a la Suprema Corte de Justicia si fuese necesario.[1]

El apresamiento de Cordero se inició el 16 de julio de 2012.  El Ministerio Público y los abogados de la menor mostraron pruebas médicas de que la jovencita sufrió desgarramiento vaginal y anal a causa de la denunciada violación.  A su vez, la familia alegó que el acusado les ofreció de 1 a 3 millones de pesos como “compensación” para que retiraran la querella y más tarde, durante el juicio de fondo, un sacerdote se acercó a la tía de Elsita para proponerle casarla con el acusado de su violación.

Desde el inicio del arresto, más de 20 sacerdotes de la zona organizaron una campaña para declarar inocente al acusado.  La campaña de intimidación movilizó a curas, y a grupos civiles y religiosos de Monseñor Nouel y Cotuí.[2] De facto aisló y calumnió a la familia de la víctima, y amedrentó a otras para que guardaran silencio y no fueran a las autoridades.

Yvelice Sánchez, tía de Elsita, confirmó mis sospechas:  “después de q nosotros comenzamos el proceso ya se han destapado 3 situaciones similares pienso q la gente al ver q hubo una familia q tuvo la valentía de enfrentar la iglesia pues ellos han decidido hacerlo también.  Es lo que dije desde el primer momento q supe de esto:  NO PODEMOS CALLARLOS [SIC] PUES SI LO HACEMOS QUIEN SABE CUANTAS MAS ESTÁN PASANDO POR LO MISMO Y SEGUIRÁN PASÁNDOLO”.

Los funcionarios de la justicia dominicana tienen que entender que la iglesia Católica es un imán para pedófilos, un paraíso para poder rodearse de niños y escoger sus víctimas sin levantar sospechas:

Primero, logran disfrutar de estudios pagos, sueldo seguro, y un empleo que les ha permitido satisfacer su inclinación sexual por menores de edad con la protección de la Iglesia, con recientes excepciones.

Segundo, pueden permanecer célibes (no castos) sin levantar sospechas.  Al contrario, el celibato pasará de ser un estigma a ser un símbolo de sacrificio y santidad.  Podrá organizar y rodearse de menores sin levantar sospechas; los padres desconfiarían de cualquier hombre soltero que no fuese cura.

Tercero, podrá seleccionar el sexo y la edad de los menores que apetece y elegir entre estos a los más vulnerables a ser intimidados para mantener el secreto:  hijos de madres solteras, pobres, tímidos, etc.

Cuarto, si el cura pederasta es descubierto, en la Republica Dominicana tendrá la protección de la Iglesia y del Estado, y se le dificultará encontrar un abogado pro bono, como evidencia el historial de los casos conocidos desde el 2004.  Es notorio el caso de una madre que permitió que un vecino le hiciese sexo oral a su hija de 9 años, para grabarlo y poder demandarlo; caso presentado en un programa de Nuria.  Pero el cambio puede predecirse por la militancia de las organizaciones feministas, la demanda y organización por un estado laico, y el rol que están cumpliendo los medios de comunicación y las redes sociales.

El comportamiento de Cordero no fue analizado en los tribunales, ni las evidencias incriminatorias recogidas por los agentes policiales.  Su actuación previa se ajusta perfectamente al perfil del pederasta sacerdotal.  Organizó varios grupos de niñas de 7 a 15 años de edad.  Fundó el grupo de Las Reinitas, para niñas de 9 a 15 años de edad; Las Consagradas al Señor, con niñas de 12 a 15 años; la Escuela de Formación Juvenil, Comunidad Divino Niño, para niñitas en edad de primera comunión, y la Escuela de Monaguillos.  Éste último es el único activo sin la presencia del cura. Yvelice Sánchez comenta que “la mayoría de las niñas de los grupos son de madres soltera…y de esas la gran mayoría él [el Padre Cordero] era el padrino, compadro [sic] con muchas personas de esa iglesia”.

El juicio de fondo contra el padre Cordero en Bonao se caracterizó por un mal trabajo de la policía para recoger la evidencia incriminatoria del acusado, y por admitir como auténtica una supuesta carta de Elsita cuyo origen es cuestionable, y cuya confirmación sería inadmisible en una corte de los Estados Unidos, y no sé si en otras cortes dominicanas.  Esto así porque el “experto” de la institución no fue a juicio para ser cuestionado y presentar sus credenciales y su historial que le puedan dar credibilidad; así como para responder a las preguntas de Elsita y su familia que cuestionan la autenticidad de la carta, manifiesta en la incongruencia con la firma de la carta, y algunos de los caracteres de la misma.

Tampoco puede la corte ignorar el cúmulo de evidencias recogidas por el examen clínico y el testimonio de psicólogas del Ministerio de Menores que examinaron la veracidad de las declaraciones de la menor.  En la carta, supuestamente Elsita niega la violación y le pide perdón a Cordero por las acusaciones.  Este es el testimonio de Yvelice Sánchez, que el juez principal no admitió:

“Estamos 100% seguros que ella no escribió esa carta y nos lo ha dicho, además hubo mucha incoherencia en la persona que la presentó, es una testigo del padre q en la audiencia anterior se desmayó para ver si reenviaban pues ella como testigo no se sentía bien.  En la próxima audiencia entonces presento la carta, la cual está fechada del 29 de marzo del 2013 o sea casi un año después del caso estar en los tribunales mi sobrina iba a escribir esa carta?  Y dice la testigo q se la entrego a ella el 4 de mayo o sea dos meses después y la entrego al tribunal en agosto casi 3 meses después y la carta era para el padre y ella aun la tenía en su poder o sea son cosas q si los jueces hubieran analizado se abrían dado cuenta q eso fue un show para alargar el proceso.  La testigo dice q vio una mi sobrina un día en la iglesia llorando y q ahí le dijo q tenia q entregarle algo, cosa q es mentira pues ella no ha vuelto a esa iglesia, desde q se comenzó el caso, quien sabe lo q le hubieran hecho si ella se asoma por ahí con el fanatismo que tienen?”.

La carta fue enviada al INACIF, algo que no intranquilizó a Elsita.  Lo más contundente, afirma su familia, es “que ella sigue asegurando que no la escribió y verla llorando ese lunes en la noche de impotencia la confirma, no se rehusó a ir al INACIF cuando se iba a tomar sus letras, de haberlo hecho se hubiera puesto furiosa por no ir sabiendo las consecuencias q eso traería para el caso”.

En estas condiciones, la carta no debió de haber sido admitida como evidencia.  Pero además, el juicio fue viciado por no recoger las evidencias del disco duro de la computadora del padre y el número de la placa del vehículo que utilizaba para visitar moteles en Bonao.  Esta fue negada por la Iglesia al abogado que la solicitó en el local donde se esconde el vehículo.  Las placas con la fecha de entrada de los vehículos, son registradas en los moteles.  Así se hubiese podido trazar el mapa de las andanzas del cura.  ¿Por qué se oculta la evidencia que incrimina al cura y se admite una evidencia sin permitir el cuestionamiento del origen y del análisis de la supuesta carta de Elsita y se ocultan las credenciales del supuesto experto?


[1] Pueden ver aquí el video con las declaraciones del cura y del abuelo y padre de crianza de la menor.

http://www.youtube.com/watch?v=hnH8l0tJZz0

[2] Ver video en la sala del tribunal el día de ratificación de la medida de coerción contra Cordero:   http://www.noticiassin.com/2012/08/ratifican-medida-de-coercion-contra-sacerdote-de-bonao-acusado-de-abusar-sexualmente-una-menor/.  Ver además los detalles sobre el caso en mi artículo anterior: http://www.acento.com.do/index.php/blog/10942/78/Sobre-obispos-curas-clericalismo-y-Bonao.html