Papito Jiménez, indiscutiblemente que encarnó el carnaval puertoplateño, por haber sido una de las más señeras figuras populares de ésta festividad, tan importante y transcendente de la cultura popular dominicana.

Considerado la máxima expresión del carnaval de Puerto Plata. Cada año encarnaba un personaje de la entraña más popular del pueblo. Supo darle colorido, esplendor y alegría a ese magno evento que celebran los dominicanos, desde los tiempos de la Colonia.

Su presencia en el carnaval se mantuvo durante más de sesenta años interrumpidos. Se disfrazaba cada año encarnando un personaje diferente y desplazándose por toda la ciudad de Puerto Plata, llevando alegría y diversión a niños, jóvenes y viejos.

Papito Jiménez, fue siempre aclamado y seguido por una gran multitud de público. En su participación en el carnaval no aceptaba y mucho menos buscaba dinero.

Su nombre completo era: Héctor Francisco Jiménez Mercado, mejor conocido como Papito Jiménez.

Nació en Puerto Plata, el 18 de enero de 1918, hijo de los señores Ramón Jiménez y América Mercado.

Tuvo dos hermanos: Ramón (a) Ramoncito (quien nació el 13 de septiembre de 1916, quien fuera sastre de oficio, Teniente Coronel del Cuerpo de Bomberos de Puerto Plata, músico y tocando la trompeta en la Banda de Música Municipal y compositor; murió el 19 de julio de 2001) y Margarita Jiménez Mercado (nacida en 1920, conocida modista y casó con Eduardo Graveley y procrearon tres hijos: Eduardo, Thelma Beactriz y Francia (murió) Graveley Jiménez.

Fue alfabetizado por el maestro Machuca. Tuvo además, los profesores José María Certad Hernández y Rufino Martínez, en la Escuela Asilo Viejo, de Puerto Plata, llegando hasta el séptimo curso.

Papito Jiménez, desde muy pequeño comenzó a  disfrazarse, junto a su hermana más pequeña Margarita, de personajes populares.

En el desaparecido sector Los Castillitos, donde creció y desarrolló, allí en sus primeros años de juventud impartió clases particulares a niños, enseñándole las primeras letras.

Comenzó a darle colorido y alegría al carnaval de Puerto Plata, a través de los diferentes personajes populares que encarnaba. Su manera de disfrazarse era espontánea y libre, desplazándose en los sectores populares de su querido pueblo de Puerto Plata por las diferentes calles.

Jamás participó en el carnaval de salón, de clubes sociales, para la  elite de Puerto Plata.

“El carnaval es un evento muy serio—dice José G. Guerrero–, aunque la falsa y la burla constituyan algunos de sus elementos inherentes”. 

Desde esa perspectiva asumía su papel Papito Jiménez, de ahí sus grandes éxitos por más de sesenta años en el carnaval de Puerto Plata.

Ahí están sus personajes: Roba la Gallina, Caín, Juanita, El turista, El Carbonero, El Gigante de la Boya, El Canillita, Negro Conga, La viuda, Llegó Juanita, El billetero,  y otros tantos, que eran encarnados por Papito Jiménez de una manera genial y fuera de serie. Sus miradas y caminatas eran increíbles y aterradoras. 

Tenía do oficio zapatero; denominando a su taller como: “Clínica de Zapatos”, en donde acudían todos los sectores de Puerto Plata a arreglar sus zapatos. Fue un verdadero maestro de la zapatería en Puerto Plata.

Ingresó al Cuerpo de Bomberos Municipal de Puerto Plata, en el año 1945 y allí alcanzó el rango de Capitán. Su padre, llegó a ser Jefe de dicho Cuerpo y hermano Ramón Jiménez, Tenía el rango de Teniente Coronel del mismo.

Por muchos años laboró como cartero en la Estafeta del Correos de Puerto Plata, después de haber laborado por más de cuarenta años, fue pensionado de dicha oficina.

Su compañera lo fue doña Antera Sánchez. Procreó varios hijos: Norma, Héctor Manuel (fallecido), María Asunción, Patria, Francisco, Dalia, Mayra, Nanira, Berta y Marta Jiménez.

Mencionar el nombre de Papito Jiménez en Puerto Plata, es hablar del carnaval puertoplateño.

Con sus personajes populares supo poner muy en altos la cultura popular dominicana. Estos salían de la vida cotidiana del pueblo que lo vio nacer.

Papito Jiménez, fue admirado y respetado por su pueblo, por lo que representó en el carnaval de Puerto Plata.

Tenía gracia y talento en la caracterización de los distintos personajes populares que hacía. Vivía y se sabía compenetrar con los mismos.

No tenía horas para salir disfrazados. No importando como estuviera el Sol para desplazarse por los diferentes barrios y calles de Puerto Plata.

Dejó sus aportes al carnaval de Puerto Plata. Su nombre deberá de aparecer en un lugar privilegiado de esta diversión y alegría del pueblo dominicano, que desde el año 1520, celebra esta festividad.

Sus personajes populares que encarnaba tenían un mensaje. Se le consideró el Rey del Carnaval de Puerto Plata. Era el más carismático, esperado y si se quiere la más ingeniosa dentro del carnaval puertoplateño.

Debemos destacar a otros puertopalteños que se disfrazaban en Puerto Plata, como eran: Wenceslao Núnez, Rafael Tolentino, Amalio Morrobel, Trinidad Jerez (a) Trina, Francisco Javier Pérez Minaya (a) Chavero, Rafael Pérez (a) Golia, Wenceslao Wells, Nicolás Batista, Alberto Hernández (a) Pirulú, Inocencio Puello (a) Papo, Concepción Puello, Mariano de la Cruz (a) Negrete, Valentín Sánchez, Sandolo Rotestán, Ramón Taveras, Virginio Tejada (a) Nene, Andalvivo, Ovejita, Víctor Mejía, Felipe Mejía (a) Pasin,  y otros tantos.

Papito Jiménez, dejó una escuela que aprovechó las tantas caracterizaciones y  creaciones que hizo al carnaval puertopalteño. Ahí están ellos, haciendo sus aportes al carnaval de Puerto Plata.

Sus aportes han sido recogidos y divulgados por una nueva generación de jóvenes y viejos en estos menesteres que surgieron en Puerto Plata.

Los Taimáscaros, han hecho sus aportes al carnaval de Puerto Plata, en los últimos años.

Sería interesante que nuestros folkloristas e historiadores de la cultura popular dominicana, comenzaran a hurgar en los importantes aportes que le hicieron al carnaval de Puerto Plata una gran cantidad de Puertoplateños que hoy en días son olvidados e ignorados, que nos hicieron reír, alegrar y divertir en la festividad del carnaval.

No hemos valorados en su  justa dimensión, el papel desempeñado por éstos  señores que encarnaban personajes populares en el carnaval de Puerto Plata, que fueron introducidos por los aportes de los negros, mulatos cubanos y cocolos venidos al pueblo desde otras islas.

Como ha sostenido el sociólogo Dagoberto Tejeda Ortiz: “De todas maneras, el carnaval popular, en las calles, es responsabilidad  del pueblo, compuesto en casi su totalidad por negros y mulatos, los cuales han enriquecidos con su capacidad artística, y su contenido cultural, con raíces e identidad nacional, criollizando y dominicanizándolo” (Cultura popular e identidad nacional, tomo I. Santo Domingo. Editora Mediabyte, S. A., 1998, página 249).

Fue un destacado miembro de las instituciones: Sociedad Mutualista British Early Rose, fundada el 4 de enero de 1881; miembro por más de 25 años, siendo en varias ocasiones Enfermero y Censor.

Y, de la Sociedad Mutualista La Buena Samaritana, instalada el 6 de enero en 1907; miembro durante más de 30 años. En aquella fue enfermero y censor por varios años.

Después de haber participado por más de sesenta años en el carnaval de Puerto Plata, murió el verdadero Rey de dicho carnaval, Papito Jiménez en las tierras que lo vio nacer, el 19 de agosto de 1992.

Así mueren nuestros ilustres personajes en el abandono y la ignorancia de su pueblo, sin recibir la ayuda oportuna y necesaria de parte del Estado Dominicano.