El papel de la familia en la sociedad de hoy es preponderante, y a veces, muchas personas pueden querer defender el que no es necesario una familia, sin embargo, es importante saber que todo el que pisa esta tierra nace de una familia.
Sabemos que la definición de familia ha cambiado mucho, más así, sigue siendo necesario la presencia de un padre y de una madre para que se dé el fruto que nace de ellos, que es un hijo o una hija. Aunque un hijo nazca por un proceso científico, ya sea por donación de espermas, donación de óvulo o alquiler de vientre, se necesita la presencia de las dos personas que ponen las células de vida, espermatozoide u óvulo.
Inicio de la familia según el texto bíblico
En el resumen de un documento que resume el sínodo de la familia en el año 2014, el papa Francisco cita:
“Dios creó el hombre a su imagen; los creó hombre y mujer… Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer y los dos llegan a ser una sola carne”. (Gen 1,27; 2,24).
Por tanto, la familia inicia con la unión de dos personas, y sigue diciendo:
La vida matrimonial como base de una familia, es una bella experiencia y, por tanto, es necesario desempeñar el rol que le toca a cada uno y ese rol tiene que ver con la custodia de los hijos e hijas. Y ayuda mucho recordar la función que realizan tres palabras mágicas: permiso, disculpas y gracias.
La familia tiene un fundamento
Lo primero es que Dios eligió nacer en una familia humana, que Él mismo formó. La formó en un poblado perdido de la periferia del imperio romano. Y el evangelista Lucas (2, 52), lo resume diciendo: “Jesús estaba sujeto a una familia, es decir, e iba creciendo en sabiduría y en gracia”. Cada familia necesita de un padre y de una madre.
Los padres tienen una importancia vital para sus hijos y existen unos elementos que le ayudan a ser lo mejor que pueda ser como ente de bien, y siendo así sabe cómo se transmite un legado, crea cercanía con sus hijos/as, promueve valores en sus hijos/as, es feliz por ser padre de sus hijos/as y modela lo que quiere ver en ellos.
Elementos simbólicos que ayuda a los padres (Lucas 15, 11-32)
En esa misión de acompañar la vida del hijo o la hija, aparece una propuesta bíblica que da pistas de acogida, cercanía, perdón, misión y visión en el proyecto de criar. Y ayuda saber que un buen padre o madre sabe corregir sin humillar, esperar y perdonar, saber escuchar, comunicar y saben comprender.
De la propuesta en Lucas 15, 11-32 del padre misericordioso y el hijo pródigo: el calzado nuevo, muestra la preparación para emprender el camino, la capacidad para avanzar sin temor por la vida. El traje nuevo, simboliza el apoyo que necesita todo ser humano de tener cumplida sus necesidades básicas, y cada padre en una edad determinada está llamado a proporcionar esos elementos vitales.
Así mismo, el anillo, representa la alianza de vínculos que se fortalecen cada día con cada progenitor y su hijo o hija. El banquete y la fiesta son símbolos de novedad, de alegría y esperanza que se pone como una herencia definida en la vida de ellos, gestando una oportunidad y un para qué en la vida. Eso va a ayudar a que ese hijo o hija aprenda a honrar a su padre y madre.
Honrar a nuestro padre y madre según Bert Helinger
Para que los hijos puedan honrar, antes es vital que tengan un conocimiento o una conciencia, un modelaje, un linaje.
En ese sentido, según Helinger, el padre da la fuerza del avance, de romper barreras; también da el pensamiento lógico matemático. Sin en el padre, en cierta forma, estamos perdidos. El padre te permite reconocer los límites de aquello que te ayuda a saber de dónde vienes, a dónde vas y hasta dónde llegar. La madre propicia el éxito, la abundancia, éxito en las relaciones de pareja, entre otros.