Vemos y sentimos los desplazamientos semio-gráficos del sujeto creador, en este caso, del poeta, asumiendo la corporalidad creativa del pintor, y, esta vez, discurre su impronta imaginativa, sobre la expresión arquetípica del agradecimiento, para homenajear a Guy Debord.

¿Quién fue ese personaje de esta post-modernidad que hoy reclama posturas y/o compromisos, ante este resquebrajado tiempo de tragedias y funestos espectáculos?

Según Amador Fernández-Savater:

"Guy Debord fue un revolucionario, filósofo, aventurero, escritor y cineasta francés nacido en el año 1931. Fundó el grupo y la revista Internacional Situacionista (IS), considerado por Mario Perniola como “la última vanguardia del siglo XX”. En 1967, publicó La sociedad del espectáculo, un libro mítico y una referencia de primer orden en el debate crítico sobre la naturaleza del capitalismo moderno. “Todo lo que era directamente vivido, se aleja hoy en una representación”, afirmaba Debord en la primera tesis del libro. La IS tuvo una influencia significativa en los lenguajes, las estéticas, los estilos y los contenidos de la revuelta de Mayo del 68″.

(Fuente: https://m.eldiario.es/ del 29/11/2014-hora: 20:53).

Esto nos induce a confirmar que el eje de ebullición creativa e imaginativa de este sujeto-creador, tiene una base racional que se fundamenta en lo racional (la razón) y lo cognoscente (el conocimiento). De ahí su búsqueda estético-gráfica, situando sus vínculos en una serie integrada por veinte (20) pinturas situacionales, donde los espacios y los formatos gráfico-arquitectónicos, configuran el caos de seres en penumbra, en una ciudad enfermiza, atrapada por el miedo y la incertidumbre.

Sin detener su ímpetu, el poeta-pintor, el pensador, nos trae su serie Ícaro, representado por cinco (5) pinturas que nos recrea la mitología griega, para acercarnos a imágenes que procuran su vuelo y su alcance se queda en la nada, en el vacío, y no hay alas que escapen a las plumas enfermizas de un virus que obliga a una caída de picada…mientras curadores y coleccionistas, se escurren…cercados entre las fakes new, y la mirada huidiza…de espectadores poblados de cuarentena.

Y es cuando miro esta ciber-sala o esta exposición virtual y me encuentro con la serie "New York Solitario y Fantasmal", representada por seis (6) cuadros, donde jeringuillas; espectros y quejidos con dimensión de cementerios, recorren las el Bronx, mientras Mortajas y fantasmas, quedan sin aliento…entre solitarias banquetas del "Central Park".

En esta serie, el "Hospital Central" luce como un tétrico museo de angustias y duelos. Así es como la mirada grafico-estética se posa sobre le médula geográfica de Manhattan, panorama que el sujeto-artista, asume, consciente de su vuelo al mundo de la otredad, su mudanza al paraíso de sus mutaciones estéticas.

Al final del recorrido, en una última esquina de esta sala virtual, que es tocable y sentible…cuelga sobre una pared de sincrónicos murales, una última serie que resulta ser inconclusa… trocal, recurrente…y vital, se trata de "El Virus, la Danza, la Memoria", formada por once (11) pinturas que reconfigurar la imagen cromática de la esperanza, sobre una tierra infectada por los discursos y las sentencias de los traganíqueles del Capitolio.

En fin…esta es la hazaña que nos une en este aquí y ahora. Esta es la desnudez de los colores, el asombro del acertijo, la acción del inesperado ímpetu, el reencuentro del artista con su enigma. La gran fiesta del otro con los otros. El reencuentro el inusitado del pintor con el poeta, detrás del colorido de la palabra, siempre perfilando su pincel… sobre la interminable acuarela de la lengua.

No me pregunten por el tiempo de esta Ciberexposicion. Este festín no termina…es permanente…va más allá de la canalla y sus demonios…sobrepasa las estadísticas y sus manipulados porcentajes…se queda por encima del coronavirus y sus maliciosos rituales.

Antes del retiro de apagar estas luces, debo reiterar que esta Ciberexposición es la inauguración de una novedad que fija un indiscutible aporte en este país, dentro del mundo del arte y, sin jactancias, dejamos está huella…para que otros creadores sigan el camino…mientras enmarcamos en este narrar, la otra mirada gráfico-estética del hermeneuta, más allá de esta cuarentena y su "pandemonio".