El poeta, en este caso, el pintor, asume su disidencia como un estandarte solidario ante "su aquí" y ante "nuestro ahora". Apuesta a la creatividad del sujeto y a su potencial creativo, en este tiempo de pandemia, en este "Pandemonio" en cuarentena.

Es entonces cuando pone ante nuestros ojos una segunda serie, estructurada por cinco (5) pinturas, sostenidas por el título de "Imágenes de Muerte", donde…rostros diluidos en silencios y miradas cobijadas por la soledad, nos inducen al vacío existencial de lo fantasmagórico, para darle sentido al cuerpo de la mortaja, al funeral de los desquites y sus tétricos linderos.

Mientras recorro esta novedosa sala cibernética, y, después de esta travesía virtual, pasamos a visualizar su colección titulada "Máscaras y Sueños", conformada por dieciséis (16) piezas (cuadros) que simbolizan este gran teatro de la vida, donde nosotros, somos sujetos (actores) en movimientos, en una escena onírica interminable, muy propia de la existencia.

He aquí la gran incógnita del vivir, plasmada en la pintura de un poeta disidente, de un pintor aferrado a diluir la angustia del Ser y sus demonios, ante el espejo de los espíritus malignos de los gendarmes neoliberales, con sus ojos de insaciable consumo, detrás de los relicarios y sus ventanales.

Es entonces cuando traspasamos la filigrana cromática del ojo del hermeneuta y sus transfiguraciones. Es entonces… sí, cuando descubrimos que ya son los cuadros los que nos miran a nosotros, espectadores refractados en la pantalla de la nada, para dejarnos su serie titulada "Manchas y Huellas", formada por treinta (30) pinturas que recogen la huella del tiempo infectado, de la hora enfermiza y sus gusanos.

"Manchas y huellas" es el discurso cromático del pincel convertido consigna, en canon de vida hacia lo estético, como compromiso del artista y su apego a lo ético. Esa es la serie del legado viral, el sello del contagio en la piel. La marca del coronavirus, la expresión de la pugna entre las potencias y el nuevo orden mundial.

"Manchas y huellas" es la serie que precisa el motivo que engendra el asombro, la huida y el encierro de las voces, para situarnos en la incertidumbre, mientras politiqueros del "Capitolio", programan sus maquinaciones contra el orden institucional, procurando quedarse pisoteando las lilas…marchitando la primavera.

…Todo parece haber cambiado de repente…todo parece que ya no es, ni será lo que ayer fue, y el pintor, el poeta…aquel que ahora se traduce en la simbología del decir de lo cromático, nos convoca a ver su serie titulada "Cuerpos Rotos", integrada por quince (15) cuadros, todos plasmados en la desintegración de la vida, convertidos en espectros, en sombras desgajadas…en ruptura, desprovistos de pestañas, convertidos en sombras…en imágenes sombrías de fantasmas insondables

… de esquelética corporalidad.

He aquí la mira de bronce…el quejido de una costilla que no encuentra su tumba. He aquí al poeta-pintor diseñando su otra aventura…hacia su propia esperanza.

En este ritual de luto que se exhibe como bandera desnudando el viento, no cabe la agonía. En este transitar junto a los sepultureros que habitan en los campanarios palaciegos, no cabe el llanto. En esta marcha de zombis…de "cuerpos rotos", florece la esperanza como único relicario del hermeneuta, para sonreír y brincar sobre los luminosos días de los sobrevivientes de este "Pandemonio".