(*) Actualización  y propuestas sobre esta pandemia desbordada, ante un decreto improcedente.

El problema no es cometer errores, lo importante es reconocerlo y corregirlos rectificar. Llegó la hora de recuperar la salud del pueblo y poner al país en condiciones de producir y satisfacer las necesidades de los integrantes de esta sociedad.

Con un aumento  permanente de la positividad  de la Covid-19,  el gobierno y  las autoridades, bajo la asesoría de la Comisión  de alto nivel se empecinan en continuar con el error y hacer creer que, el problema más importe es lo que se llama Gran Santo Domingo, Santiago,  San Francisco de Macorís y Santiago, como las demarcaciones con mayor cantidad de casos positivos en el territorio nacional, y es un criterio incorrecto. Ver cuadro de distribución porcentual del primer articulo.

Es evidente que, a más de cinco meses de hacer presencia en el país la pandemia y apenas cuatro días de asumir y controlar el poder las próximas autoridades que encabezará Luis Abinader Corona, tanto el gobierno como la Comisión creada para resolver esta preocupante y desalentadora pandemia, no ha sido posible, principalmente, por la ausencia de una correcta estrategia epidemiológica y de salud pública y el escaso dominio de la estructura sanitaria y la idiosincrasia cultural del comportamiento del dominicano y dominicana. Quisieron interpolar una realidad que está muy lejos a nuestra cultura y estructura sanitaria.

Tampoco tiene, por su propia conformación, una visión integral de la salud, no solo por la exclusión del personal de Epidemiologia y Salud Publica necesario, sino, por la ausencia de una incomprensión de la conformación e idiosincrasia de la sociedad dominicana, lo que la ha llevado a continuar elaborando  una estrategia equivocada para enfrentar y resolver esta pandemia.

Lo llamativo y real de todo esto es la incapacidad que ha mostrado el gobierno y la Comisión responsable de conducir todo lo que tiene que ver con esta pandemia, traduciéndose en llamados de desesperación de parte de la ciudadanía en buscar fórmulas más eficaces para resolver esta triste realidad. Y aún así, persistan en su política errática.

Todo esto se traduce en indisciplina y desobediencias a medidas sanitarias elementales, como: El distanciamiento físico, la no aglomeración y el uso de mascarillas, el toque de queda, el quédate en  casa.

Lo triste de todo esto es que, por diferentes medios y forma, hemos venido, junto a otros profesionales del área, planteando las reales y oportunas medidas que se deben adoptar, para tratar de no llegar a diciembre con esta realidad.

Y desde abril, específicamente, a partir del boletín Número 57, y de manera sistemática, hemos advertirlo en múltiples trabajos y medios, las consecuencias, sino se aplican las políticas correcta.

Lo que sí parte el alma, y hasta cierto modo, crea decepción, ha sido el decreto que ha emitido en el día, 8/8/2020, NUMERO 298-20, EL PRESIDENTE Danilo Medina, donde informa en el cuarto “CONSIDERANDO: Que, en consulta con el presidente electo, Luis R. Abinader Corona, se ha acordado extender el toque de queda por veinticinco (25) días a partir del domingo 9 de agosto de 2020”.

DECRETO:

ARTICULO I. Se extiende el toque de queda en el territorio nacional por veinticinco (25) días a partir del domingo 9 de agosto de 2020, revisable por las nuevas autoridades que tomarán posesión el 16 de agosto de 2020. 

ARTICULO 2.-  Se ratifican y mantienen vigentes las demás disposiciones del Decreto nuum.266-20 del 20de julio de 2020.

Todo esto es ineficaz,  y lo peor es que  el Presidente Danilo y la Comisión de alto Nivel no reconocen el fracaso de su política, sino que, esta decisión ha sido acordada con las nuevas autoridades que encabezará Luis Abinader, lo que deja entrever el próximo presidente a partir del 16 de agosto que,  podría ser más de lo mismo, con cierta posibilidad de  modificación, si lo considera de lugar, toda vez que esta prolongación de los 25 días que quedan, de los 45 días aprobado,  ha sido adoptada con su anuencia.

Por la complejidad del momento sanitario que viene atravesando la república dominicana, producto de la aplicación de un modelo neoliberal que ha convertido al gobierno en un simple regulador a favor de las clases ricas del país, y eso, tiene su repercusión en el modelo de salud que se ha construido, desde el 2001 con  leyes  como: 87-1 y 42-1, que ha parido este fracasado modelo sanitario.

Si el próximo gobierno no rompe, tanto con la política, como con esa comisión fracasada y que ha llevado a este país al momento que estamos, al pueblo les esperan meses sombríos y desesperantes, con la única esperanza de que, el pueblo exija sus derechos a la vida y la salud en las calles.

Aun así, estoy en el deber de ratificar, corregir y ampliar algunas medidas que creo, son IMPRESCINDIBLES para derrotar esta pandemia, consciente de que, hay fuertes y determinantes intereses de capitales, nacional e internacional, que pulsan por hacer prevalecer sus ganancias por encima de la salud del pueblo,  en una incorrecta e inhumana visión de que, “con este virus estamos obligados a convivir”. ¡Zafa! falso mensaje. 

Hoy el mundo y la ciencia están muchos más preparados  que hace ocho meses cuando se identificó el primer caso en China, y son varios los países que han manejado de manera eficiente y correcta esta pandemia, a tal punto que, esos países han llegado a una, dos, tres y cuatro fase  de su normalidad. Aunque para algunos, haya que corregir decisiones en el camino; ejemplos han sido China, Vietnam, Corea del Sur, Corea del Norte, Israel, y en Latinoamérica y el Caribe, Costa Rica y Cuba.

Lo único que han hecho es, aplicar los principios de la Epidemiologia, la Salud Pública, y entender que, sin salud no habrá ninguna producción de ningún bien y servicio.

Hoy tenemos acceso a más medicamentos, procedimientos, mayor dominio técnico del virus, mejor capacidad y disponibilidad de Kits para la toma de muestras y poder identificarlo, incluyendo que, YA existe la primera vacuna contra el virus por parte de Rusia y será administrada masivamente a su población en el mes de Octubre y ofrecida al mundo a partir de dicha fecha.

El problema de esta pandemia no es entregarle más recursos al sector salud, NO. Eso por sí no resuelve el problema.

Es imprescindible, paralelo a un aumento de la inversión en salud, modificar, reestructurar y transformar la ley del Seguridad Social y de Salud (87-1 y 42-1) que,  ni es Seguridad Social, ni mucho menos Salud. 

El presidente Danilo Medina, o el entrante Luis Abinader, deben echar para atrás el contenido del decreto 298-20, porque está condenado a seguir fracasando. Si no actuamos rápido, atinado y conscientes ahora, seguiremos lamentando  el fracaso de esta situación, y nadie, pero nadie estará tranquilo, ni el presidente Danilo que, debería sentirse muy mal, al entregar el destino a una Comisión de Alto nivel para  enfrentar esta desgracia al final de su gobierno y no pudo, ni siquiera, detener el aumento de la misma.