A marzo del año 2021, la deuda externa de la República Dominicana, ascendía a aproximadamente 59 mil millones de dólares, esto es el 71 por ciento de nuestro Producto Interno Bruto. El endeudamiento del gobierno presidido por Luis Abinader Corona, ha sido exponencial y trepidante; en un año se han tomado prestamos aproximadamente 12 mil millones de Dólares, lo que no es cualquier cosa.
Lo anterior, puede justificarse con la excusa de la pandemia, con la necesidad de recursos para mantener la economía a flote, y con el intensivo gasto público que todo lo anterior ha representado, sin embargo, los números no dan, ya que, no se sabe dónde ha ido a parar la totalidad de esa extravagante suma de dinero.
Al mismo tiempo, me llama poderosamente la atención el hecho, proferido a viva voz por todos los funcionarios del gobierno y por el propio Director de Presupuesto, Rijo Presbot, de que los ahorros como consecuencia de que se han puesto los resguardos y candados al dispendio del gobierno anterior, han llevado al ahorro de decenas de miles de millones de pesos.
Si sumamos estos ahorros tan cacareados, al dinero tomado en arriendo, entonces, debemos concluir que, este ha sido el gobierno que, en un año ha manejado más recursos en la historia de la República Dominicana. La pregunta es, si este dinero se ha ido solo a las vacunas, o los programas sociales del gobierno o en la reparación del puente Juan Bosch, ya que, solo hemos visto al Presidente Abinader, dándole palazos al inicio de proyectos privados, y una que otra cosita pública.
Cuando Danilo tomó posesión, recuerdo como ahora, que, al ser preguntado respecto al estado de las finanzas públicas, y de su parecer respecto al estado en que se encontraban, afirmó, olvidando que era de su mismo partido el anterior gobierno, que, le habían dejado un maletín lleno de facturas. Este gobierno, afirmó lo mismo, en otras palabras.
Todo lo anterior lo comento como ciudadano dominicano, como padre, como profesional, que debo salir todos los dias de mi casa a trabajar desde la mañana hasta al atardecer, que pago impuestos de todo tipo, que además pago la gasolina más cara del mundo, que debo pagar seguridad privada, luz carísima, agua, planta eléctrica, inversor, colegios y universidades, sin esperar nada del gobierno, porque se, y la experiencia me ha indicado, que ahorita, como Danilo, ese maletín lleno de facturas no lo pagaran ellos, sino que saldrá de nuestros bolsillos, ya rotos, y cansados de tanto jurungarlos.
Espero en Dios, que los supuestos ahorros realizados de las arcas públicas sean realmente utilizados en la construcción y realización de obras necesarias para el desarrollo integral del país, que dejen de estar haciendo tantos anuncios de inversiones y que procedan con el hecho y cumplimiento de las promesas realizadas, en todas las provincias, desde Samaná, hasta San Juan, desde Pedernales hasta Higuey.
Lo he afirmado mil veces, soy optimista por actitud, por decisión de vida, porque así me hizo Doña Celeste, porque entiendo que es la única manera de vivir, mirando hacia adelante, y con el Sol de frente, pero me asusta que, no tengamos después harina para hacer el pan de mayo, mucho menos para las teleras de diciembre; más aún cuando se junten el pago de todos esos chelitos, que tendremos que pagar a la buena o a la mala.
Gobernar a través de los medios de comunicación, y el descomunal gasto en publicidad es válido, pero la realidad a veces es mucho más convincente y nos da realmente duro, durísimo.