Chile es una sociedad que ha estado en la vanguardia en la implementación de reformas “aperturistas” del predominio del Mercado sobre el intervencionismo del Estado. Algo que pesa como una losa a los “hijos de la Universidad de Chicago” por aquello del consejo de Milton Friedman al dictador Pinochet para aplicar el recetario del shock monetarista a la debacle económica.
Una de las manifestaciones de esta “liberalización” ha sido la descentralización de los servicios sociales, que pasaron al control municipal, incluyendo salud y educación. Este proceso llevó a Chile a ser una de las economías más privatizadas del mundo (la oferta de bienes públicos o semi-públicos se realiza mayoritariamente por operadores no-gubernamentales) y, por lo tanto, a que el gobierno de derecha de Piñera fuese superado por las protestas demandando la gratuidad de la educación de calidad.
La educación, al igual que la salud, no tiene precio, pero la realidad económica es que si tiene costos. El papel del Estado es racionalizar dicho gasto para hacerlo disponible para todos los ciudadanos
Bachelet le sucedió prometiendo lo que demandaban los estudiantes y ha sometido una Reforma Educativa que busca redirigir el financiamiento que va a colegios privados para subsidiar el costo de su matrícula a los más depauperados. Son 5,000 los colegios privados subvencionados que sirven al 52% de los estudiantes matriculados en Chile. La propuesta en el Congreso es la suspensión de la subvención a aquellos colegios que tengan lucro y, por lo tanto, no justifican dicho pago.
Evidentemente, este es el caldo de cultivo para que dichos operadores privados de esos colegios subvencionados se encuentren amenazados de perder esa fuente de ingresos. En verdad que el Gobierno, aquí o allá, no puede inventar ingresos, por los que si va a mejorar la educación pública tiene que buscar los fondos en aquellos rubros que son distorsiones evidentes.
Algo parecido está pasando en República Dominicana, sin que se llegue a manifestaciones masivas protestando por la inauguración de escuelas para las tandas extendidas que ha hecho que las “escuelas privadas pobres” de nuestros barrios desaparezcan, ya que son afectadas por la mejoría de la calidad de la enseñanza pública.
Está claro que la naturaleza de bien semi-público de la educación (ya que puede ser ofertado pública o privadamente) ha hecho que el “producto” escolar se haya sofisticado con la educación bilingüe llegando a niveles de costos inalcanzable para una sociedad pobre, a veces, muy pobre.
La educación, al igual que la salud, no tiene precio, pero la realidad económica es que si tiene costos. El papel del Estado es racionalizar dicho gasto para hacerlo disponible para todos los ciudadanos. Aquí o en Chile, porque el refrán ya lo advierte: ¡Palo si bogas… palo si no bogas!
Para los que deseen ver las noticias sobre las protestas en contra de la reforma educativa en Chile, el enlace de la Tercera, periódico de Santiago, es el siguiente: http://www.latercera.com/noticia/nacional/2014/10/680-601728-9-confepa-marcha-de-hoy-es-el-inicio-de-las-manifestaciones-de-los-apoderados-en.shtml