Mientras el mundo vive la victoria estadounidense sobre el terrorismo prohijado por Al Qaeda y la muerte de su más famoso líder, la agenda de la guerra que libran las grandes potencias occidentales sobre países del medio oriente continua en números rojos en detrimento de lo que persigue el Pentágono y la Otan.
Las potencia occidentales conocen las diferencias históricas, políticas y culturales con los países árabes, principalmente en lo que respecta al desarrollo de la democracia al estilo de Occidente. Los pueblos musulmanes están conformados por el Islán donde la sumisión a un Todopoderoso circunda las relaciones de poder entre pueblo y líder religioso que a su vez administra los bienes de la tierra y apoya familias gobernantes permitiendo largas y funestas dictaduras en la región.
La democracia que se está reclamando en los países dichos musulmanes no es la del mismo espíritu de la democracia occidental nacida en Inglaterra con su acomodada idea de libertad sino la necesidad que busca el pueblo: empleo, salud, vivienda y poder expresarse plenamente en términos políticos e ideológicos.
Palestina no se queda atrás y a la manifestación que realiza año tras año los 15 de mayo será esta vez una intifada blanca -se recuerda que en una fecha igual durante la guerra con Israel cerca de un millón de palestinos fueron echados de sus tierras-. Esta vez cerca de un millón de palestinos realizará una marcha pacífica hasta Jerusalén, a fin de exigir la declaración de independencia del Estado palestino.
La unión de Hamas y Fatah, el primero que domina la Cisjordania y el segundo la Franja de Gaza, fue posible debido al levantamiento del bloqueo que mantenía el anterior gobierno de Egipto, bajo la dictadura de Mubarak asociado a Israel, y es exactamente lo que hoy preocupa al gobierno de Israel que no podrá valerse de la fuerza militar para reprimir la corriente de marchas por la independencia palestina asociadas a la corriente "democrática" en el medio oriente.
Las marchas pacíficas son y serán de aquí enfrente las mejores defensas contra las armas genocidas inventadas por la humanidad.