El 8 de octubre del 2012 escribí lo siguiente por este medio:

“Los dominicanos de menos de 35 años de edad desconocen un país que existió solo un par de décadas atrás. Quizás un poco más. Y no me refiero al plano político. Por el momento no me interesa hablar de quien gobernaba. Sino hablar de quienes éramos “los gobernados”.

Ese país unas décadas atrás se había librado de la bota de una agria tiranía, inmoral y  asesina. Recuerdo de niño las conversaciones llenas de esperanzas de mi padre con los exilados en España, con aquellos que no se habían conformado con un plato de migajas de la tiranía, con aquellos que soñaban con hacer una país digno de vivir en el. Con aquellos que no soñaban, en el lenguaje de hoy, con Jeepetas, casas en La Romana o Jarabacoa, yates y relojes a costa de un pueblo. Aquellos eran verdaderos hombres en el sentido total del término. Sus valores eran otros. Su moral era inquebrantable. Eran hombres sin precio.

En ese país, que ya se esfumó de la historia, era más valioso Ser que Tener. Esos “gobernados” de esa época supieron ir a las calles muchas veces hasta la revolución de Abril a defender lo que ellos consideran una esencia de su Ser: Su nación. Su casa. Hoy, nuestro país es una nación bizarra. Para muchos hoy es más importante “Tener” que “Ser”. Ah, y nada peor que un revolucionario metido a político y parte integral de la jefatura actual y…. de las últimas décadas.

En ese país, que con pena me imagino que quizás usted no conoció, los ladrones (políticos o no) eran mal vistos, no nos sentábamos con ellos en las mismas mesas y restaurantes “de categoría”. Prefiéranos no entrar donde ellos estaban. No le decíamos “mi hermano ¿y que?…”. En ese país jamás hubiéramos alabado el Porche o el Ferrari o la “Jeva” del narcotraficante que se sienta hoy al lado de nosotros en cualquier banco del parque. No. Esos “gobernados”, tenían mucho más pudor y vergüenza… y coraje, por no decir otra cosa, que los “gobernados” de hoy.”

En otro párrafo del mismo artículo exprese mi sentir:

“En las décadas más recientes nuestro pueblo ha sido llevado como “caña para el ingenio” para ser molido y exprimido. La apuesta ha sido que los Dominicanos somos buenos y que nos ha costado tanto nuestra libertad que no nos atrevemos ya a romper el esquema y levantar nuestras voces, con acciones que le hagan temblar el pulso a nuestros políticos. Me parece que ya es hora, que en lugar de que nuestros hijos se quieran ir del país para buscar un futuro que ya no tienen en el nuestro, que sean los corruptos políticos de las últimas décadas y los de ahora, los que se quieran o que se tengan que largar del país porque ya ellos no tienen futuro. Ese el país que debemos recobrar.”

Y concluí con lo siguiente:

“No me cabe duda de que, después de regalar suntuosos apartamentos a los amigos del Jefe, las reformas fiscales de los últimos años y que pudieron tener alguna justificación con gobiernos limpios, la delincuencia con soporte estatal y la corrupción que nos cobija como sombras del infierno, no me cabe duda de que pronto, muy pronto, para los que han hundido al país no habrá cárceles suficientes donde meterlos ni aviones que se los puedan llevar del país, con sus mansiones y queridas. Un país no puede ser burlado todo el tiempo. Los pueblos, desde la nada y hacia el todo, saben cómo desarrollar estos mecanismos de defensa y agresión.

Apostar a que los dominicanos somos “buenos tó” es una mala apuesta. Pero una buena apuesta será que hoy o mañana si que vamos a recobrar el país que una vez existió… por lo menos soy iluso de creer que si existió y que volverá a existir”

Hoy, Junio del 2017 empiezo a ver la posibilidad de que mi país todavía exista.

El circo que hoy vemos, con todos sus monos con corbatas, lanzando aullidos desde sus jaulas porque sus fundas repletas de maníes les son ahora difíciles de pelar, comer, beber y bailar debe ser tan solo el comienzo de la búsqueda de una nación noble que nació para nunca ser esclava de nadie. Ni aun de sí misma cuando la misma se pudra y se corrompa.

En otra época, cuando los hombres eran “hombres sin precio” muchos de los que hoy nos gobiernan estarían pidiendo asilo en las embajadas del país.  Quizás no tengamos que llegar tan lejos, pero del algo estoy seguro, ese país que una vez quiso existir pronto, muy pronto lo vamos a recuperar.

Cueste lo que cueste.