Los que asesinaron a las hermanas Mirabal admitieron su culpabilidad en los tribunales y fueron condenados, pero poco después lograron escapar de la cárcel con el apoyo de militares y se trasladaron a Estados Unidos. Nunca pedimos su extradición, porque este es un país sin consecuencias.
Un juez suizo declaró a la prensa que la familia Trujillo tenía 183 millones de dólares en bancos de ese país. Nunca pedimos su devolución, lo que sí hicieron los haitianos con un dinero de Baby Doc Duvalier que también apareció en esa nación. Y es que este es un país sin consecuencias.
José Francisco Peña Gómez no dejó fortuna, pero los pocos perredeístas que se mantienen en ese partido se incorporan al gobierno del PLD, al que siempre combatieron, porque el olvidarse de los principios ideológicos no tiene consecuencia en este país , cuando lo que se busca es un puesto en el gobierno.
Juan Bosch, fundador del PLD, fue sumamente honesto, tanto durante su breve presidencia, como en los años en que adoctrinaba a sus discípulos, a los que enseñó a ser honestos. Pero una vez en el gobierno y Bosch senil, su partido se convertiría en un negocio colectivo, donde no se sanciona a los que estafan al Estado, a pesar de que muchos de su nomenclatura evidencian públicamente sus mal habida fortunas. Y es que este es un país sin consecuencias.
El PLD siempre combatió a Balaguer y su partido, pero su liderazgo se olvidó de sus principios y pactó con éste para poder llegar al poder en 1996, Y es que este es un país sin consecuencias.
Dentro del PLD su actual bando en el poder, para debilitar al otro bando que aspira a sustituirlo, está dispuesto a someter a la justicia por corrupción a integrantes de la nomenclatura del otro bando, pero no a miembros del que está en el poder. Y eso no tiene consecuencias ni dentro ni fuera del partido. No es cuestión de servir al partido para servir al pueblo, sino desde el partido servirse uno mismo.
Y nuestros ríos se secan porque talamos nuestros bosques. Pero al nivel de responsabilidades, este es un país sin consecuencias.
No queremos saber de los haitianos, pero los necesitamos. Pero al nivel de responsabilidades este es un país sin consecuencias.
Nuestro principal patriota, Juan Pablo Duarte, malpasó el grueso de su largo exilio en Venezuela y nadie pagó las consecuencia.
A Sánchez, otro Padre de la Patria, lo fusilamos y nadie pagó las consecuencias.
Un amigo húngaro me comentó que el suyo es un país sin consecuencias, porque cuando esa nación fue liberada por el ejército de Stalin en 1945 no se castigó a los ciudadanos fascistas que apoyaron al ejército de Hitler y cometieron crímenes durante los años de la ocupación alemana. Pero cuando los rusos se fueron de Hungría no se castigaron a los ciudadanos que cometieron crímenes durante los largos años del control comunista ruso.
En Santo Domingo cuando la Restauración, ocasión en que algunos dominicanos lucharon junto con los españoles y en contra de nuestros mambises restauradores, luego no hicimos nada contra ellos. Eso de la falta de consecuencias, viene pues, de lejos.