La Republica Dominicana ya puede considerarse un país con excelente cocina. Y el sector turístico debe incluir este importante elemento en sus estrategias de promoción. Estamos en el mapa gourmet a nivel mundial.
Usted puede viajar a Nueva York, Madrid, Roma o Paris y encontrará restaurantes de primera categoría, con comidas de todo tipo, incluyendo la muy popular “cocina fusión” donde se combinan sabores que antes nos era imposible imaginar. Pero en Santo Domingo, Punta Cana, Bávaro, Juan Dolio, Las Terrenas o Santiago, usted encuentra excelentes lugares donde puede comer tan bien como en cualquiera de los países mencionados.
Comencemos por las comidas populares, como una pizza. Muchos piensan que al llegar a Italia uno puede sentarse en cualquier lugar y pedir la mejor pizza del mundo y eso es totalmente falso. Hay buenas pizzas, como en Nápoles, con su masa fina y tostada, sazonada con exquisitos aderezos y cubierta con finos quesos y embutidos pero también las hay que son un verdadero desastre. Mucho depende de la región donde uno se encuentra y si es un lugar turístico con mucha gente, no piense que se comerá una buena pizza.
Excluyendo las pizzas de marcas reconocidas que existen en nuestro país, la mayoría con franquicia norteamericana, hay restaurantes locales las pizzas que se preparan son una verdadera delicia y hay que ser muy exigente para diferenciarlas de una pizza napolitana. No menciono en este artículo nombres de restaurantes para evitar malas interpretaciones.
Con las hamburguesas sucede lo mismo. Sacando las de reconocidas cadenas norteamericanas, hay restaurantes que le sirven este famoso plato, que nada tienen que envidiarle a la mejor hamburguesa del mundo. En efecto, un par de ciudadanos de Estados Unidos, se sentaron en un restaurant de Santo Domingo y pidieron un par de hamburguesas. El dueño le preguntó cómo encontraron la comida y uno de ellos le dijo en ingles, algo como esto “me pareció lo peor de mi vida” y el dueño muy asombrado le pregunto ¿Qué paso? Y como cortesía le ofreció otro plato. Pero la respuesta del cliente fue la siguiente “no se trata de la comida sino que me avergüenza haberme comido la mejor hamburguesa de mi vida fuera de los Estados Unidos” Una historia real.
Vayamos ahora a la comida más especializada e internacional. Los restaurantes de comida italiana abundan en el país y muchos de ellos son regenteados por italianos. No se sorprenda si en algunos de esos restaurantes disfruta de ciertas exquisiteces que son comparables a cualquier cocina italiana. Allá hay excelentes restaurantes, muchos especializados en comida mediterránea, pero no por ser Italia la buena comida se encuentra en todas partes.
Las heladerías y dulcerías son otro ejemplo. Restaurantes italianos en el país preparan unos postres y helados que son realmente sorprendentes y aunque en esta materia Italia se lleva la corona, no por ello dejan de ser de excelente calidad.
La comida española no se queda atrás, sin dejar de reconocer que los italianos han proliferado más en los últimos años. ¿Cree que no puede comerse un buen cochinillo en algún restaurant de Republica Dominicana? Pues está equivocado. Y si de otros platos de la comida española se trata, como las paellas, los asopados y otros mariscos, fácilmente se sorprendería.
Sobre la “comida fusión” también hay restaurantes con chef internacionales que hacen maravillas. Uno de ellos tiene un restaurant localizado en Bavaro y se encuentra entre los mejores del mundo. Han llegado chef de todas partes, venezolanos, costarricenses, mexicanos, cubanos, etc, que son contratados por dueños de restaurantes de comida fusión e internacional, donde se come tan bien como en cualquier lugar del mundo.
Pero no faltan los asiáticos, con sus sabores exóticos. Hay muchos que ya son una tradición en el país y preparan desde los famosos sushi japoneses hasta los platos más singulares y sofisticados de la comida china o tailandesa, alternando los sabores fuertes, delicados o sutilmente aromatizados, que hacen de la buena comida una verdadera delicia. Mucha gente que visita China viene con 15 libras menos porque no soporta su comida y eso se debe a que la comida popular en ese país no es la que uno tradicionalmente está acostumbrado a comer en occidente.
En las parrilladas, tampoco faltan los restaurantes argentinos o uruguayos, con su famoso estilo de asar las carnes al carbón o leña, que son famosas alrededor del mundo. Obviamente, muchos cortes a la parrilla son de carne importada, especialmente Angus, que tiene una textura y sabor inigualable.
Finalmente, hablemos de la comida criolla. Los mondongos, cocidos o sancochos que se preparan en muchos restaurantes son verdaderamente deliciosos. Aquí el que no prepara un buen arroz y habichuela, no sobrevive aunque sea en un barrio pobre. El dominicano, por más pobre que sea, no come arroz de mala calidad ni que se lo regalen. La bandera dominicana o plato del día, en casi todos los lugares, hay que prepararlos con cierta calidad y sabor para no cerrar el negocio en poco tiempo.
Pero también hay comida fusión criolla. Por ejemplo, un camarón envuelto en plátano maduro, o un mofongo con camarones. Con el coco se hacen platos exquisitos, tanto arroces como pescados, donde Samana se lleva la corona. Se usan igualmente diferentes tipos de víveres, salteados con salsas francesas o en pastelones de carne, vegetales y mariscos. Y si de locrios se trata, pruebe el de longaniza o el de costillitas de cerdo, para no mencionar el de arenque o bacalao, ambos importados.
En fin, aquí se come bien. Desde la alta cocina internacional hasta el plato del día y eso debe ser mejor explotado por el sector turístico ya que a muchos extranjeros amigos, que me visitan de vez en cuando, cuando los invito a comer en algún restaurante, quedan gratamente sorprendidos por la exquisitez y variedad de los platos. Muchos llegan a decir, “en dominicana se come mucho y demasiado bien”
A uno de esos extranjeros, que es como mi hermano, desde que llega al aeropuerto lo único que acierta a decir es ¿cuándo vamos a comer el cerdo asado en la carretera?