Se lama “paganini” a la persona que paga; sobre todo cuando esa persona paga la cuenta o factura de consumo de bebida y comida. Esta voz, paganini, se oyó mucho entre los jóvenes, por lo que puede pensarse que pertenece a la jerga de los jóvenes o registro juvenil

 

 

PAGANINI

No se ha encontrado mención en los diccionarios de dominicanismos o del español dominicano de la utilización de la palabra que consta en el epígrafe.

Si esto no se ha hecho es porque el empleo del vocablo no está documentado en impreso alguno; esto así porque existe ya una obra en la que se han seguido todos los métodos modernos de investigación. Si no la asentaron allí es por aquello de que no rastro de la voz.

Se lama “paganini” a la persona que paga; sobre todo cuando esa persona paga la cuenta o factura de consumo de bebida y comida. Esta voz, paganini, se oyó mucho entre los jóvenes, por lo que puede pensarse que pertenece a la jerga de los jóvenes o registro juvenil.

Para que no haya duda con respecto al uso continuado, el autor de estos comentarios sobre la lengua recuerda haber usado el vocablo en su juventud. Las situaciones en las cuales se echaba mano del término era casi siempre cuando alguien llegaba a un grupo que se hallaba ya sentado a la mesa y el recién llegado sin medios para pagar consumo alguno preguntaba: ¿Quién es el paganini hoy?

El uso era tan arraigado que no hacía falta que el recién llegado manifestara que no tenía recursos consigo. Las funciones de paganini en los grupos de amigos era tal que se rotaban los amigos para desempeñarla. Este papel de reciprocidad se consideraba un deber de amistad.

No hace falta que se escriba aquí que en la denominación hay también un patente sentido jocoso, pues se ha tomado un apellido conocido sacado del italiano; esto así por la semejanza entre el verbo pagar y el apellido extranjero.

Hay otro ¿italianismo? Que se usaba de manera festiva en el español dominicano. Era entre amigos para significar que alguien estaba a pie o no tenía medio mecánico de transporte. En estos casos se decía que la persona venía “a pierino”. Más aún, había quien le colocaba más especificidad al asunto llegando a decir “a pierino gamba”. Era lo mismo que decir que venía en el “carro de D. Fernando, un ratito a pie y otro andando”.

Quizá valga la pena que se documente el uso por lo menos de “paganini” con el significado que se reclama aquí; y quién sabe si pierino y la gamba se cuelan también.

TURBAMULTA

¿Acaso el odio al gran vecino del Norte por los errores que Washington cometió hace una TURBAMULTA de años es más fuerte que sus convicciones. . .”

Hay palabras en la lengua común que atraen la atención del lector tan pronto como los ojos tropiezan con ellas. La resaltada en el texto tiene ese poder de atracción. Por esa razón y por haber sido colocada en un lugar equivocado se estudiará en esta sección.

Para que quede claro el significado del vocablo sometido a escrutinio se procederá primero a revisarle los genes; luego se indicarán los significados que reconocen los diccionarios para el término y, al final se propondrán algunas palabras para arreglar el desaguisado.

Al examinar los genes de la palabra del título se tiende a pensar que hay dos palabras en ella, turba y multa. La primera de las dos por sí misma significa grupo confuso y desordenado de mucha gente. La segunda parte (palabra) desconcierta a primera vista porque “multa” es una pena pecuniaria aplicada por falta, delito o contravención.

Esta voz multa procede del latín y se toma por mucha, de donde se desprende que es una muchedumbre, palabra que en su seno lleva a muche, que evoca el vocablo mucho/a del español. El término turbamulta entró en el español es el año 1578 como compuesto del latín turba y multa y en su origen significaba “mucha confusión”. Este dato se toma del Breve diccionario etimológico de la lengua castellana (1967), de Joan Corominas.

De la raíz latina antes mentada salen voces en otras lenguas de la misma familia que la española, como el italiano mólto que deriva del latín múltus, que es una gran cantidad; que entre otras está en el origen de moltitúdine, que es gran número de personas. Lo referido consta en el Vocabolario etimologico della lingua italiana (1991) de Ottorino Pianigiani.

Algo parecido a lo que acontece en el italiano sucede con el francés. En esa lengua, aunque en la actualidad parezca increíble, en el francés de la Edad Media existieron palabras muy cercanas al “mucho” del español, como por ejemplo, molt, mout, mot. Están documentados como adjetivo y adverbio de cantidad indefinida, con el valor de “numeroso, en gran cantidad, demasiado”. Estas informaciones están documentadas en el Dictionnaire de l´ancien français de A. J. Greimas (1997). En portugués le atribuyen el mismo origen a turbamulta, “gran multitud”, gran turba, agitada, tropel, agrupamiento grande de personas.

Llegado el examen de la palabra a este punto hay que abonar algo en beneficio del columnista. En el siglo XIX en español “turbamulta” no era solo una gran cantidad de personas, sino también de cosas; así se encuentra en el Primer diccionario general etimológico de la lengua española (1883) de Roque Barcia. En el Diccionario de autoridades (1726-1739) consta como “concurso grande, ò muchedumbre numerosa de gente confusa, y desordenada, ù de otra cosa”.

En la actualidad una turbamulta es una “multitud confusa y desordenada”. Ya en el DRAE de 1970 aparece la palabra del título como “multitud confusa y desordenada”, es decir, que no ha habido cambio alguno desde hace más de cuarenta años.

Si el columnista deseaba dar a entender que había transcurrido largo tiempo pudo haber usado la manera sencilla de manifestarlo “largo tiempo, mucho tiempo”. Hay muchas otras maneras de expresar esa idea, pero eso requeriría también cambiar la redacción.

MARINA
”Las autoridades continúan todavía investigando las causas del accidente múltiple en aguas de la citada MARINA que causó la muerte de cuatro personas y dejó. . .”

Los desaciertos acerca del idioma parece que persiguen a algunas personas y el autor de estos análisis es una de ellas. Con este asunto de la “marina” se está navegando en aguas profundas porque no hay explicación plausible para justificar el uso en un entorno como el de la cita. Además de profundas, podría decirse que las aguas están turbias porque de la manera en que está escrito el mensaje no se percibe con claridad su significado.

Para dilucidar el asunto hay que enfocarlo primero desde el punto de vista del español corriente, es decir, siguiendo los significados de la palabra marina en el idioma de todos y luego buscar la explicación a la torpeza.

En esta parte de estos comentarios lo que se verá en realidad es una desigual contienda (en número) entre cuatro diferentes lenguas contra una; es decir, entre el español, francés, italiano y portugués contra el inglés. Todo lo que sigue solo por la voz marina. Más abajo viene el detalle.

Lo que se verá más adelante no es raro que ocurra pues de un lado se verá el inglés y del otro se colocarán varias de las lenguas que pertenecen a las lenguas romances. Se verán una después de la otra, solo para demostrar las diferencias que separan unas de otras. Antes de ese despliegue se enumerarán las acepciones en español de “marina”.

En español marina tiene significados que no tiene el inglés marine, ni marina. Casi todas las lenguas romances comparten esos significados, con pequeñas diferencias.

El sustantivo femenino marina es el conjunto de embarcaciones de un estado; así como el conjunto de personas que sirven en la marina de guerra. Se designa con la misma palabra la técnica o ciencia de navegar. Es una pintura de tema marinero. Por último es un terreno junto al mar.

Desde el año 1992, en la edición vigésima primera del Diccionario de la lengua española de la RAE consta la voz marine para designar al “soldado de la infantería de marina estadounidense o de la británica”. No hay que escribirlo en cursiva, ni entrecomillado desde ese año.

Los franceses han aceptado la voz del inglés, marine, con la salvedad importante para esa lengua de que es un  vocablo masculino; esto así porque en francés las palabras que terminan en -ine son femeninas.  Los significados de la voz marine del francés son los mismos que los del español marina.

Estas significaciones se encuentran también en portugués. Esa lengua al igual que en francés reconoce la voz marine del inglés como un fusilero naval de los E. U. A. En lengua italiana las acepciones son muy parecidas a las de las lenguas antes mencionadas; por lo tanto,  no comparte la significación de la marina del inglés del modo en que por equivocación se empleó en la cita.

En inglés la marina del texto es un “embarcadero, puerto deportivo”. Es un embarcadero para embarcaciones de recreo. Es un atracadero acondicionado para embarcar y desembarcar personas, con seguridad de amarre; que además ofrece servicios de reparaciones, combustibles, comestibles y otras comodidades.

La marina del inglés no comparte el significado del cuadro o pintura más larga que alta que representa una escena del mar como aparece en las demás lenguas mentadas.

Luego de estas largas explicaciones, se desea que las personas que traducen o “fusilan” noticias del inglés al español no  se dejen sorprender por los parecidos engañosos. Se ruega a los manes de la lengua para que los haga más cuidadosos en su trabajo.

TEMPRANO

“En conversaciones TEMPRANAS, según el alcalde, ambas partes se mantienen en profundo desacuerdo, aunque él dijo que la Ciudad ha propuesto aumentos de sueldo. . .”

Imagino que estas conversaciones las sostuvieron en la madrugada para que fueran “tempranas” como sostiene el redactor de la reseña, o a principio de la tarde. Hay que aclarar que en el español de los Estados Unidos este temprano aplicado a las acciones que se hacen durante los primeros contactos traen irritadas muchas epidermis sensibles a los tropiezos que estropean el español conocido por todos.

En el cuerpo de esta sección se propondrán otras soluciones para que estos hispanounidenses logren escapar de este equivocado influjo y consigan escribir de acuerdo con los usos (ni siquiera normas) generales de la lengua.

El adjetivo temprano es mejor reservarlo para lo que ocurre antes de tiempo, antes de la hora convenida, o en las primeras horas del día o de la noche.

En lugar de recurrir a temprano pudo elegir un término más apropiado: “En las primeras conversaciones. . .” “Al inicio de las conversaciones. . .” “Al iniciar las conversaciones. . .” Al empezar, comenzar, principiar, entablar, emprender las conversaciones. . .”

Lo que necesitan estos “refreidores” de noticias es despegarse de lo primero que les viene en mente. Tienen que hurgar en el reservorio de palabras sinónimas para dar con una que transmita la idea cabalmente en español; alejarse de lo primero que les viene a la memoria.

Solamente cuando pongan suficiente distancia entre el español y el inglés podrán darse por satisfechos en la labor de escribir en español auténtico.