La transición de un sistema dictatorial a la llamada democracia representativa en el país, lleva más de 50 años de iniciada (1961-2015)  y aún prevalece el  concepto piramidal del desarrollo social,  el estilo autocrático,  la cultura autoritaria, los privilegios siguen siendo cuestiones de pocos, acentuándose la exclusión social. Poco se  ha avanzado hacia la horizontalidad democrática, El barómetro de las Américas señala en su último estudio que ha crecido el conservadurismo en el país  en un 60%. Entre 28 países objeto del estudio ocupamos el lugar más alto.

Desmontar el trujillismo y su cultura autoritaria y excluyente ha sido tarea de todas las generaciones de dominicanos y dominicanas desde 1961 hasta la fecha. Esfuerzo por el cual, se ha pagado un alto precio en vidas, sangre derramada y sufrimiento. Por ello, sigue siendo un imperativo generacional,   colocar entre los objetivos de los partidos políticos progresistas del país, la democracia interna y como consecuencia la democratización del país.   Veamos síntesis, en esta serie de artículos de acontecimientos y forma de gobierno del periodo 1961 2015.

El 14 de junio de 1959 llegó la heroica expedición compuesta por 198 expedicionarios, 54 por Constanza, vía aérea y 144 por Maimón y Estero Hondo, Puerto Plata, en la costa norte, al mando del Capitán del ejército rebelde cubano, pero dominicano Enrique Jiménez Moya. Vinieron a combatir con las armas la dictadura.   Los héroes del 59, aunque militarmente fueron derrotados, políticamente encendieron las llamas augustas de la libertad en la conciencia nacional.

En enero de 1960 fue descubierto por la dictadura el Movimiento Revolucionario 14 de junio, que asumió como programa de lucha el del Movimiento de la Liberación Dominicana (MLD), bandera bajo la cual llegaron los expedicionarios del 59. Cayeron en manos del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), centenares de jóvenes hembras y varones, sometiéndolos a crueles torturas,  muchos fueron desaparecidos, deportados,  muertos, los que lograron sobrevivir quedaron en las ergástulas en pésimas condiciones y en calidad de presos políticos. En uno de los interrogatorios que sostuvo, ante los esbirros, Daniel Ariza sostuvo: “Realmente estaba participando en una conspiración, aunque no fuera muy bien calculada, ni planificada, pero lo que íbamos a hacer era liberar al pueblo dominicano de las injusticias, la opresión, la pobreza y para instaurar en gobierno democrático”. Tomado de su libro Testimonio de un Combatiente Revolucionario. (Pág. 164).

En 1961 es ajusticiado el tirano, por los héroes del 30 de mayo, se establece tímidamente la llamada democracia representativa versus poder absoluto. Es en la  limitada democracia representativa instaurada  en medio  de feroz combate de la población con los remanentes de la dictadura, que se organizan las primeras elecciones en diciembre de 1962,  ganadas con más de un 60% de los votos por el Partido Revolucionario Dominicano y su candidato Prof. Juan Bosch, el cual  puso en práctica todo un proceso de democratización de la sociedad y adoptó una avanzada y nueva Constitución. Es derrocado siete meses después por los conservadores,  de común acuerdo con la Iglesia Católica y la administración de los Estados Unidos, en septiembre de 1963, a pesar de haber establecido el pacto, no escrito, pero político de: “Borrón y cuenta nueva”.   El Golpe de Estado  cerró toda esperanza de cambiar las estructuras de poder dejadas por la dictadura por la vía pacífica y por medio de elecciones. Al respecto sostuvo Tony Raful en el Listín Diario del 21 de mayo de 2013, “El Estado dominicano no pudo sobreponerse al deterioro y descomposición orgánica e institucional, que acusó el derrocamiento del gobierno constitucional del profesor Juan Bosch en 1963. El daño ocasionado a la joven democracia y al porvenir social de justicia y libertad de parte de los militares golpistas y sus auspiciadores, fue trágico y fatal”.

Los acontecimientos y  las condiciones históricas de aquel momento, que le correspondió vivir a Manolo Tavarez Justo, como presidente y líder del anti-trujillista Movimiento Revolucionario 14 de Junio, junto a su dirección, fueron de mucha expectación y  trascendencia. En tanto, no participaron  en las elecciones organizadas en diciembre de 1962. Según versiones, por la  desconfianza y la poca credibilidad que le merecían las condiciones y    las Instituciones bajo las cuales se organizaban aquellas las elecciones. Hoy podemos afirmar… como correcta su interpretación, pues fueron confirmanda posteriormente, con el Golpe de Estado siete meses después, al gobierno legítimamente constituido del Prof. Bosch. Confirmándose, desgraciadamente, Sus aprehensiones y desconfianza en las garantías ofrecidas.

Entendió de una vez y por todas, que se había agotado el frágil espacio democrático y la vía  pacífica para el cambio, por lo que asumió la responsabilidad que le imponían las circunstancias y se alzó en las montañas dominicanas con seis frentes guerrilleros en noviembre de 1963, demandando la vuelta a la Constitucionalidad sin elecciones y restitución del gobierno del Prof. Juan Bosch. Fue  asesinado, fusilado, luego de rendirse junto a  15 compañeros, acogiéndose a las garantías de sus vidas, que le había prometido el gobierno de facto del triunvirato, el 21 de diciembre de 1963.

El 24  abril de 1965, estamentos importantes de las Fuerzas Armadas Dominicanas,  encabezados por el Cnel.  Rafael Fernández Domínguez derribó al gobierno de facto llamado El Triunvirato. Los mismos  retomaron la plataforma programática de la vuelta a la Constitución de 1963 y la restitución del presidente Bosch,  provocando la guerra cívico militar, bajo el mando y liderazgo del Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó,  coronándose victoriosa, triunfante la revolución, en la llamada Batalla del Puente Duarte en la tarde del 27 de abril. Triunfo popular  que provocó la Segunda Intervención Norteamericana, el 28 de abril, bajo el argumento, primero, de “salvar vidas e intereses norteamericanos”, pero la principal razón política, fue  de que estaba dirigida por 50 comunistas, convirtiéndose la lucha de ahí en adelante  en guerra patria y de liberación nacional. Se estima que murieron más de cuatro mil dominicanos entre civiles y militares.