Si el servicio eléctrico esta financieramente quebrado, su infraestructura es pésima y su regulación es un caos; si el empresariado reclama casi a diario un pacto entre todos los sectores para enfrentar dicha crisis; si todos los partidos políticos están de acuerdo y, además, si el propio presidente de la Republica, Danilo Medina, ha prometido en discursos enfáticos y solemnes que su Gobierno impulsaría dicho consenso, entonces, cabe preguntar: ¿qué ha pasado con el pacto eléctrico?
Estando todos de acuerdo: ¿quién o qué poder le impide su aprobación e inicio?
Aunque cada quien puede acudir a la mesa de diálogo con sus propios pareceres e intereses, lo cierto es que la salida a la crisis eléctrica pasa por una reforma a fondo del sector, que afectaría a sus componentes principales. Por ejemplo: el funcionamiento del mercado mayorista y la renovación de contratos de largo plazo ; la quiebra financiera y las deficiencias operacionales de las tres distribuidoras; la insuficiencia del subsistema de transmisión si efectivamente se agregan nuevas plantas generadoras en el futuro cercano; un sistema tarifario absurdo e insostenible para todos: consumidores, generadores y las distribuidoras , es decir, el Gobierno; finalmente, la regulación ni es eficiente ni es confiable y su ostensible dependencia política es un espantapájaros para los inversionistas privados.
Todas esas distorsiones se han acumulado y endurecido durante años y hoy actúan simultáneamente e influyen una sobre la otra. Esto significa que cualquier estrategia correctiva deberá desembocar en un rediseño de gran calado de la organización y regulación económica y jurídica de todo el servicio (mercado) electrico.
Además, según lo indicado líneas arriba, es obvio que todos los sectores tendrán que aportar su cuota de sacrificio para "levantar ese muerto": los generadores, los consumidores, los políticos y en concreto el Gobierno. Por eso se le llama pacto.
Ahora bien, lo que preocupa es la dilación. Llevamos dos años desde el anuncio solemne del presidente Medina el 16 de agosto del 2012…y todavía nada.
La crisis eléctrica es sistémica y grave, y requiere urgentes y valientes decisiones de Estado.