Espero que en este nuevo año que comienza por fin podamos encontrar el camino que lleve a todos los hombres y mujeres de buena voluntad de nuestro país hacia la unidad necesaria para producir los cambios que, desesperadamente, necesita nuestra nación.
Y para comenzar con buen pie, me permito traerles este poema que fue bien difundido e inspirador en la década de los 70.
Paciencia
PACIENCIA, otra vez la palabra, PACIENCIA…
hasta cuando el repique sin ecos de cobardía y sombras,
la insensata mentira de nuestro mundo hipócrita.
PACIENCIA, cuando niño, cuando andaba descalzo en los inviernos, rotoso y despeinado y en la escuela me hacían el vacio, preguntaba a mi madre ¿por qué?
PACIENCIA, se alzaba la respuesta para enjaularme el alma, mientras los niños ricos tenían Nochebuena y Melchor y Gaspar y Baltazar rodeaban de juguetes sus ventanas. ¿Por qué? yo preguntaba ¿Se olvidaron de mí? ¿Es que Dios es solamente de los ricos? ¿O es que soy un niño malo?..
Y en las noches insomnes de mi infancia se alzaba el PACIENCIA, como un rezo de absurda mansedumbre…
Y hoy, PACIENCIA.. y otra vez la palabra.
PACIENCIA, sobre el hondo negror de nuestra calma.
PACIENCIA ante el ejército de hambrientos.
PACIENCIA ante los pobres niños que caminan sin risas por su infancia.
PACIENCIA ante las prostitutas, pobres vírgenes pálidas, pitonisas de Safo ante el altar del mundo. PACIENCIA ante la injuria. PACIENCIA ante la infamia. PACIENCIA tuvo Cristo y lo mataron y PACIENTE ES EL PUEBLO Y ES ESCLAVO. PACIENCIA, cuando la vida avanza y los rebeldes cantan.
Cuando revienta el pecho en cuajaron de sangre.
Cuando hay tanto que hacer en la vida.
PACIENCIA NO, moverse, agitarse, avanzar y luchar sin esperar. IMPACIENTE es el grito que no aguarda para elevar su voz en el mañana…
¿PACIENCIA? PACIENCIA tuvo Cristo y lo mataron.
¡PACIENCIA NO, NO Y NO, MIL VECES NO!
(Oscar Vargas del Carpio/Boliviano)