Si la chopería fina va a Chavón y paga mil dólares para ver a Jennifer López, la chopería gruesa está todos los días y a muchísimas horas en tu pantalla, y si sale el Pachá, la oztia, tía.
El Pachá es el eterno niño travieso de la televisión dominicana. Ha logrado lo que pocos. Logró que el mismísimo Doctor Joaquín Balaguer Ricardo se considerase como uno de sus fans, desde la parte de atrás de auto y mientras el General Bello hacía gala de su cara de pocos amigos. El Pachá ha besado en la boca al mismísimo Mayimbe y ha puesto mano hasta donde dicen Cirilo. ¡Qué Daniel el travieso! ¡Qué tierno! ¡El Pachá llora y nos hace llorar! ¡Qué majo, la oztia, tío!
Recuerdo a Jean-Louis Jorge, de quien era redactor de textos, cuando en aquellos años 80 sacó al joven Pachá de su idílico mundo cibaeño, porque el tipo se movía, era incontrolable, se movía más que Alí cuando era Cassius Clay, era el hijo que todo mundo bucólico hubiese querido tener, hasta Heidi en sus montañas, hasta el doctor Zachary Smith en “Lost in the Space”.
Jean-Louis sacó al Pachá como yo sacaría una espinilla de un pescado. Y de repente, El Pachá estaba ahí, y aquí. Y en Nueva York. Y en el canal 9. Y en tu cerebro. A rey muerto rey…. Pachá. Se nos fue Freddy Beras con sus dados de la suerte, ya Corporán no le gritará a Dominguín para que te lleve una caja de comida a tu casa, DOMINGÚÍN, DOMINGUÍN, noooooo, ahora estará EL PACHÁ…
Gritará, brincará, tendrá un speed más caliente que, ehhh, más fuerte que… ehhh, fueltísimo, mano, ese tipo ta como empericao, brincando, hablando, poniéndome a sudal, y eso, que toy en manguita de camisa, mi pana, aquí en crito rey.
Pero al Pachá se le permite todo. (Por suerte que existen Michel Miguel y Toño Rosario, sí, dale, vieja dale, que el mejor animador tú sabe quién é, sí, ¡Maikel Miguel!).
Ahora el Pachá le pega tremendo beso a Belkys Concepción. Era un beso salido de un sueño que tuvo. El Pachá es un besuquero, como el besuqueiro brasileño. Take care with him. El Pachá le estampó tremendo beso a la mítica directora de las Chicas del Can, la gran institución feminista del siglo XX. ¡A Belkys Concepción, una mujer más que digna, combativa, creativa, festiva, todo un modelo de mujer en tiempos en que todo se desgasta más rápido que los tennis de un loco!
Ahora el Pachá se excusa y seguramente en el país de la chopería fina y de la gruesa, el mundo mirará con compasión al ya no tan joven comunicador cibaeño afligido, que él no quiso hacer eso, hasta el próximo show, hasta el siguiente calentamiento, hasta que se recuerde de que tuvo un sueño y cada quien tiene que realizar su sueño, aunque sea sobre cadáveres.
¿Tendrá consecuencia el acto de violencia sexual, machista, delante de más de diez millones de personas, en un live show? ¿Tendremos autoridades que condenen la arrogancia, la violencia física que significa acceder a un acto no consentido? El beso del Pachá es una incitación a la violencia, a la violación. Besa, realiza tus sueños, viola, puedes hacer lo que te dé tu maldita gana, porque tú eres tú y no importa si estás rodeado por niños, de si eres un “modelo”, de si luego el Ministerio de la Juventud o Acroarte o algún relacionista público te eleve a la Gloria.
El Pachá va más allá del sentido común, de las leyes, de las buenas tradiciones católicas, de la idea de respeto, de buena convivencia. Si tu sueño es darle un balazo a alguien, dáselo. Si tienes que jamaquear a la primerísima dama o a Margarita, ¡lo puedes hacer! Ese es tu sueño.
En el país de la chopería fina y de la gruesa, los chopos son los emperadores. ¡Y ay tutía!
Oh Pachá, sigue soñando, sigue realizando tus sueños, excúsate luego como los gringos después de darte el pisón, ¡excuse me!, que en el país de los chopos, el tuerto es rey.