Lloro con hondo dolor de hija que sabe no verá más a su padre. ¿Y qué le pasan a estas lágrimas porfiadas que no me dejan escribir?
Es que los documentos hacen historia y me atizan la memoria, y aquí, ahora, organizando mi archivo, veo este trabajo que te hizo Leonardo Mastrapa, en el mismo año que, gracias a Lourdes María Medina Perez, como Directora Provincial de Cultura, mi tesis de Maestría se convirtió en libro publicado; en el mismo año que la Feria Internacional del Libro de La Cabaña te la dedicaron y andábamos tú y yo como padre e hija por todo el Morro, cantarines, y con orgullo me presentabas a todos y decías: “es la autora de un libro sobre mis inicios en…” Ay, tu Delicias natal y de promotor artístico junto con los jóvenes de ProArte en Tunas, que en los 50′, con sus tertulias, conferencias y veladas, fomentaron la base de la cultura tunera.
Pablo Armando Fernández, te amo mi querido padre espiritual, porque la intensidad de los sentimientos trascienden el tiempo físico: tu ternura, espiritualidad artística y grandeza literaria-intelectual y humana triplican tu apego ideológico. Los artistas nos entregan su obra y su legado más allá de lo político inmediato, más allà de su propia vida.
Tu vida y la mía se unieron para siempre desde el 2003, más allá de tu mistisismo newyorkino y de tu entusiasta regreso en el 1959 a la Cuba revolucionaria prometedora. Yo escribí sobre ti y tú escribiste sobre mi vida con tintas de ternura y consejos para mí y para Arcelito y Dianita, a quienes llamaste tu nietecitos.
Y mira que coincidencias: aunque en las Jornadas Cucalambeanas compartíamos y en cada viaje tuyo a Tunas, siempre nos encontrábamos, fue en República Dominicana donde más nos unimos, y en Santo Domingo tu hijo Pablito y yo discutíamos el tenerte. Innumerables paseos y cenas, pero ninguno como aquel almuerzo/comida del 31 de diciembre del 2012, con mi amiga Sonia Silvestre, en nuestro apartametico de Costa Verde, en Santo Domingo Oeste. Sonia con sus anécdotas sublimes de las madrugadas de fiestas y andanzas trovadorescas junto a Silvio, Pablo, Noel Nicola; y tú contándonos historias místicas de aquel joven de 16 años por New York y los espíritus, de lo esotérico, de los misterios…Y yo cocinándoles a los dos ropa vieja, congrí y platanito maduro frito, que a Sonia le encantó, tanto así que le llevó a su esposo. No faltó un buen whisky, que te encanta, ni nuestra Presidente, ni nuestra Havana Club. Todo era simbolismos en aquella mesa de hermandad, paternidad, de comunión de almas y de culturas.
¡Ay Pablo querido!, llegue mi susurro con muchos amor como el padre que siempre idealicé y el que me diste la oportunidad de tener por unos años que a mí me supieron a toda una vida amándote. Gracias al Premio Nacional de Literatura de Cuba, gracias al amoroso esposo, padre y al hombre sincero, sensible, y enigmático por tu entrega a los que amas, gracias a tu ternura paterna que nos cobijó a mis hijos y a mí. Hoy desde la distancia meramente física, esta otra hija tuya, tu "perdularia", quisiera declamar tu poema: "Aprendiendo a morir"…, pero se ahoga mi garganta de recuerdos y.. ¡nooooo! Yaaa sé, mejooor vamos a reír juntos de lo flaco que está Arcel y siii papito, yaa me has dicho que le tengo que hacer análisis, a veer vamos a reír del audio que no funcionaba para decir tus poemas en aquel evento de poesías, o del enamorado que no me conviene, o de tu último libro publicado que me dedicaste.
Pablo miiiio: desde este instante y lugar siento el tenue palpitar de tu corazoncito lento pero feliz por la intensa vida que te dio y que nos la regalaste en cada palabra y en cada acto de entrega. Un ¡te amo!, vuele a ti y se pose como mariposa en tu eterno recuerdo. Un beso papá: ¡Te amoooooo!
"Mi muy queridísima hija del alma:
No sé si te comuniqué que en el mes de febrero estuve en el hospital CIMEQ por una semana. Padezco de diverticulitis y eso me produjo un peligroso sangramiento. Afortunadamente, Gracias a Dios y a los Buenos Espíritus, como decía mi padre, estoy bien. Claro, sometido a una dieta muy seria. Respecto a tu trabajo sobre la bella y dulce
Sonia Silvestre con quien almorcé un día en tu casa, estoy seguro que lo leí y guardé, aunque ahora no lo encuentro. He tenido problema con la computadora dedicada a los correos electrónicos. También pensaba que te había escrito, pero tampoco encuentro el correo enviado. Reciban todo nuestro amor familiar. Besos y abrazos
tu Papá Pablo." Mayo, 2014.