Hace poco la ONG Oxfam internacional vio envuelta en un escándalo mayúsculo  al darse a conocer la noticia que algunos trabajadores de esta instancia en Haití contrataron prostitutas, posiblemente algunas de ellas menores de edad.

Esta ONG fue creada en 1942 y es una de las Organizaciones No Gubernamentales más antiguas y prestigiosas del mundo. La misma interviene en emergencias humanitarias y en la realización de proyectos de desarrollo en más de 90 países para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables.

También trata de sensibilizar a la opinión pública e incidir en las instancias políticas para modificar las estructuras que provocan la pobreza y la injusticia.

El escándalo no se refiere a toda la red Oxfam. Se circunscribe a la división británica, a la que pertenecían los trabajadores en Haití implicados en los delitos sexuales denunciados. En Haití trabajaban entonces 230 personas de Oxfam.

Oxfam, ciertamente, abrió una investigación interna y a los pocos meses expulsó a los implicados, pero, “para evitar el escándalo”, no informó a las autoridades locales de los hechos, y ninguno de ellos fue llevado a la justicia.

Un aspecto que se debe destacar es que por este hecho tuvo que dimitir su directora general pues a ella se le señala como la persona que contrató a quien dirigía los trabajos en Haití, un señor que también había recibido las mismas acusaciones en otros países de África donde había trabajado.

Sin embargo, hay que decir que este hecho también ha sido aprovechado por editorialistas y reporteros malintencionados para denigrar a las ONG y cuestionar su trabajo, basándose en “fuentes de ONGs” no identificadas o en “miembros de ONGs que piden preservar su anonimato”.

El propósito es magnificar el escándalo, hablando con toda irresponsabilidad de “orgías tipo Calígula”, de “bacanales sexuales pagadas con fondos de la Organización”, de “hechos frecuentes en el sector humanitario”, de que “es sólo la punta del iceberg”, de que dilapidan el dinero de millones de donantes…

Se soslaya deliberadamente que todas las ONGs se someten anualmente a rigurosas auditorías, y que la mayoría de ellas cuentan con exigentes protocolos de actuación que incluyen la prohibición del abuso sexual, de cualquier manifestación de discriminación, abuso de autoridad, acoso físico o psicológico, abuso de poder o autoridad… Otra cosa es que a veces fallen los mecanismos encargados de vigilar esas normas.

Ahora bien, el escándalo en que se ha visto envuelto Intermón-Oxfam debe servir de referente a las demás ONGs que hacen vida en Haití y en otras partes del mundo. Menciono específicamente a Haití porque el trabajo de las ONGs ha sido fuertemente criticado en este país pues se manejan miles de millones de pesos sin que se observen resultados tangibles.

Las acusaciones de abusos sexuales después del terremoto han venido en todos los órdenes inclusive en los miembros de la Minustah y otras entidades que han tenido presencia en el hermano país después de esta catástrofe.

En mis próximas entregas hablaré sobre el rol de las ONGs en Haití tanto del aporte como de las críticas que se les atribuyen. Sean justas o no la percepción que existe es de que las ONGs son un negocio muy lucrativo que invierten más en salarios de lujo de sus empleados que en el trabajo real que realizan, pero de esto seguiremos hablando…