Con la reciente repatriación del extraditado Toño Leña después de su excarcelación en Puerto Rico al cumplir con la pena impuesta, de nuevo surge la queja de algunos dominicanos por considerar que las sanciones  impuestas por la Justicia estadounidense a los confesos narcotraficantes son muy benignas. Recientemente  habíamos escuchado similares lamentos en ocasión de conocerse las penas cumplidas por “El Don” y “Oreganito”, y sus sonadas presencias  de vuelta en la patria. Según estas lamentaciones, la culpa de que los narcos no paguen caro por sus delitos con largas penas carcelarias y el decomiso de todos sus mal habidos bienes es primordialmente de las autoridades estadounidenses, por negociar condiciones blandas a cambio de testimonios considerados valiosos en su lucha contra las redes criminales. De haber sido procesados judicialmente en nuestro país estos pintorescos personajes, ¿otro gallo cantaría?

Como es el caso más reciente, consideremos las circunstancias que dieron lugar a la extradición a Puerto Rico de Ramon Antonio del Rosario Puente en diciembre 2011. Recordemos que el reincidente y elusivo narcotraficante* fue apresado en La Romana en marzo 2009 por un alijo de 10 kilos de cocaína lanzados desde una avioneta en los cañaverales del Este, y aunque inicialmente fue encarcelado preventivamente, el juez de la instrucción posteriormente varió  su dictamen de coerción  y lo liberó bajo fianza. Pusimos candado tardíamente en enero 2010 cuando el pleno de la Suprema Corte de Justicia suspendió al Juez de Instrucción de La Romana por su comprometedora decisión.

Luego el autoproclamado “empresario del transporte” duró meses como “fugitivo” de la justicia rondando el Este en sus rentables negocios.  El diario El Día titula la noticia de su nueva hazaña en fecha 10 de diciembre 2009: “Otro escape por narco deja malparadas a autoridades”.  Revela el artículo que, “…el presidente de la DNCD, mayor general Rolando Rosado Mateo, tuvo una reunión con los ejecutores del operativo y reclamó explicaciones, dejando saber que podrían producirse sanciones.” El día antes del fallido operativo el “fugitivo”  había dado declaraciones a la prensa en La Romana quejándose de que  las autoridades lo estaban acosando.

Desde al menos 1997 hasta 2010 Toño había operado a sus anchas con uno que otro tropezón temporal en los cañaverales y costas del Este-  con muy buena suerte o con poderosa protección-  haciendo crecer su “negocio de transporte”  por aire, mar y tierra,  a nuevos niveles de rentabilidad. El hábil Toño decide enfriarse con un viajecito al extranjero, que hace fácilmente a pesar del impedimento de salida en su contra. Con la mala suerte que en Venezuela no era tan bien conocido y lo detuvieron por una orden de arresto de Interpol cuando se aprestaba a viajar a Colombia desde Caracas con documentos falsos.** Para apreciar la importancia de este arresto es suficiente recordar el operativo de su repatriación desde Venezuela, según relata Ubaldo Guzmán Molina del diario HOY en su artículo del 11 de mayo 2010 titulado “Llega al país Ramón Antonio del Rosario Puente (Toño Leña)”:

“El presunto   narcotraficante Ramón Antonio del Rosario Puente (Toño Leña), cuyo nombre original es Luis Ramón del Rosario Sánchez,  quien fue traído ayer de  Caracas, Venezuela, en un avión militar, se declaró inocente. Dijo que no conoce al narcotraficante boricua José David Figueroa Agosto.

Del Rosario  acusó a un político, a quien le habría prestado dinero,  de haberlo involucrado en el caso. Dijo que dispone de pruebas.

Del Rosario fue traído por el presidente de la Dirección de Control de Drogas (DNCD), mayor general Rolando Rosado Mateo; el jefe de la Policía, mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, y el director de la Interpol en República Dominicana, coronel Rafael Atahualpa Sarita.”

No es frecuente que un narcotraficante recibe una atención tan personalizada de la plana mayor de las autoridades policiales y antinarcóticas. Suponemos que este tratamiento esmerado es solo dispensado a los grandes capos.

Inicialmente la pretensión de las autoridades dominicanas era  no solo de procesar a Toño Leña localmente, sino también solicitar la extradición de “Muñecón” (el puertorriqueño Elvin Estrada Torres), recién apresado en Puerto Rico y también presunto socio de Figueroa Agosto en sus operaciones de narcotráfico entre nuestro país y la vecina isla. En esas gestiones de extradición se supone que viajaron a San Juan los jefes de la DNCD y la Policía Nacional en junio 2010 a entrevistarse con las autoridades de la vecina isla, aunque el Procurador General de la Republica negó en esa ocasión que así fuera.*** Puerto Rico en esos días ya había iniciado los trámites legales para extraditar al recién arrestado capo dominicano.

Toño resistió con dientes y uñas la solicitud de extradición a San Juan por unos dieciocho meses hasta diciembre 2011, pues su experiencia de veintitrés años lidiando con los órganos de represión y la justicia le indicaba que era preferible permanecer en el país a enfrentar los cargos en su contra que hacerlo en EEUU. De alguna manera u otra siempre se la había arreglado para recuperar su libertad y seguir expandiendo su floreciente negocio durante unos 23 años, y no tenía por qué arriesgarse  en un escenario menos propicio. Al igual que Hiraldo Guerrero,  contrata al Dr. Ramon Pina Acevedo y una batería de abogados defensores para atrincherarse en su oposición a la extradición con todas las artimañas a su alcance, esperando contar con su combinación de suerte y/o protección de las alturas para evadir la Justicia de nuevo.

Comprobada la evidente incapacidad o falta de voluntad para arrestar y procesar judicialmente a los grandes capos y sus aliados (entre ellos Figueroa Agosto, Hiraldo Guerrero, y Toño Leña)  en República Dominicana, el momento decisorio ocurre cuando arrestan a Figueroa Agosto y un grupo grande de sus secuaces en Puerto Rico en julio 2010, pues se hizo evidente que el juicio en Santo Domingo a sus colaboradores sería secundario con relación a los pejes gordos a ser procesados en EEUU. No había confianza en la Justicia dominicana de parte de las autoridades estadounidenses para llegar hasta las últimas consecuencias, y por tanto era preciso consolidar el proceso para desmantelar la amplia red que operaba con base en el paraíso  de la impunidad que era nuestro país.

Si hoy al ser repatriados en libertad lamentamos los resultados de las extradiciones a EEUU de grandes capos del narcotráfico  y sus protectores, no hacemos más que llorar como mujeres lo que en su momento no defendimos como hombres. (Con nuestras excusas por el uso de la expresión sexista) Si queremos que otro gallo cante, tenemos que demostrar la voluntad de hacer justicia a los grandes delincuentes- caiga quien caiga- eliminando la impunidad en nuestra patria, para así evitar que se los lleven a ser procesados en tribunales extranjeros. No hay otro camino.

*”Se trata de Ramón Antonio del Rosario Puente, mejor conocido como “Toño Leña”, quien se presenta como empresario del transporte, pero que ha eludido a la Justicia en más de cinco ocasiones de acusaciones por narcotráfico.

Estuvo vinculado en el caso en que el coronel Jorge Luis Peña Segura, que estaba al servicio de la DNCD, y el sargento de la Fuerza Aérea Eduardo Hernández García fueron arrestados en octubre de 2008 cuando recibían un cargamento de cocaína bombardeado por una avioneta en un cañaveral de Higüey.

El operativo para arrestar a “Toño Leña” se montó el martes, pero logró escapar, aunque horas antes se exhibió en La Romana, donde declaró en una rueda de prensa que el Ministerio Público quería eliminarlo.

En la mañana el presidente de la DNCD, mayor general Rolando Rosado Mateo, tuvo una reunión con los ejecutores del operativo y reclamó explicaciones, dejando saber que podrían producirse sanciones.

El primer caso por el que fue perseguido Rosario Puente data de febrero de 1997, cuando fue sometido por el tráfico de 1,402 libras de marihuana.

El arresto más reciente se produjo en marzo de 2009, ocasión en que la DNCD lo apresó en La Romana junto a cuatro hombres, entonces estando él prófugo por un caso de 10 kilos de cocaína. Sus compañeros de expediente por ese caso son Elvin Radhamés, José Pichardo Guerrero, Richard Cabrera Martínez y Emilio Osvaldo Ramos Lebrón.” http://estepaisdemierda.blogspot.com/2009/12/otro-escape-por-narco-deja-malparadas. 

**Cosas veredes, el vocero de la DNCD se enteró por la prensa del arresto, según el artículo: http://hoy.com.do/agarran-a-tono-lena-aeropuerto-venezuela/

“No sabía.  El vocero de la DNCD, Roberto Lebrón, se sorprendió al  enterarse por este diario del arresto de Toño Leña, supuesto jefe de operaciones de la banda de  Figueroa Agosto, que actuaba en el Este, según autoridades.”

*** http://listindiario.com/la-republica/2010/6/18/146806/Procurador-afirma-que-extradicion-de-Tono-Lena-es-puro-rumor